jueves, 3 de mayo de 2018

CARPE DIEM


         Se acerca la hora de cenar y de acostarse pronto, y el día ha sido de una manera impensable en otros tiempos. Bastante tranquilo. Por lo visto, este estado no da ideas para escribir texto ninguno pero yo diré que la magia de una habitación en la quietud de sus objetos que observas sentado, los colores del mar, naturales, una conversación provechosa y algunos quehaceres hechos despacio dando lugar luego a una ducha relajante pueden completar un fresco extraordinario en el interior de uno.

         Y saber, como sé, porque me está pasando todos los días, que el leve cansancio actual se transformará mañana a la mañana en un buen despertar (antes de hace más de un mes siempre me levantaba mal si estaba bien) es algo milagroso.

         Por lo tanto, el milagro de escuchar a otros y de ver el mar, o de escuchar música o de hacer cosas con las herramientas cotidianas que tiene uno, me parece digno de reseña y por tanto, el texto que escribo, compartible.

     Feliz noche, salud, y los mejores deseos para todos, que todo pasa, y todo llega, pero sobre todo, trata de aprovechar el momento si no es una tortura.

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