jueves, 19 de marzo de 2020

LA BELLEZA CALMA



Tras cinco días de confinamiento se me ha producido, al son de las malas noticias, un conato de desfallecimiento y un pequeño porcentaje de rabia (¿hacia quién?).

Por suerte, al apagar la tele y tumbarme en el sofá, la lectura de un libro me ha traído a un mundo de calma. Me protegían de mis miedos, todas  las frases, descripciones de sentimientos con prosa balsámica de la autora del libro, y entre las dos tapas, ahí estaba yo, atrincherado en las páginas de una seguridad de belleza melancólica pero serena. 

lunes, 16 de marzo de 2020

UN DiA


   Va terminando un día absolutamente inédito. Vivo con mi madre. Ninguno ha salido. Hemos jugado a cartas a la mañana. Tras la siesta, una hora de pedaleo estático mirando al árbol y el caserío enfrente de mi ventana al mundo. Al coronavirus.
Lavado continuo de manos. Luego, más de hora y media de lectura. Estoy disfrutando mucho con "Años lentos", de Aramburu, alguien que no es santo de mi devoción personalmente. Como escritor me gusta bastante. Más lavado de manos.
Luego otra nueva partida de cartas y tras volver a lavar las manos, en el teleberri otra sesión de sustos rozando el pánico de media hora. Mañana sólo salgo por medicación (de lo mío, no del virus) y pan.
Nunca había pasado un día así y no hay mal que por bien no venga.
Y al final de este escrito telegráfico me pregunto si esto tendrá algún interés para alguien.
Un abrazo virtual a tod@s.....

domingo, 8 de marzo de 2020

ACEPTACIÓN Y AMOR.


           Cuando uno puede aceptar su realidad, incluso si ésta puede ser disparatada a veces (esas en las que la realidad de uno se etiqueta con la palabra enfermedad, sin que yo tenga nada en contra de esa etiqueta) puede caminar por la vida sin vergüenza ni orgullo, simplemente de manera natural y sin máscara.
   No se enorgullece uno de eso, porque observa con bastante indulgencia sus mayores fallos y sus tonterías, pero no lo hace con lupa de aumento sino que, si puede, riéndose de sí mismo, que es muy sano. Lo hace mucho un amigo que tengo con fuertes dolores, y lo hace Marjo Garel. Gracias a su ejemplo.
       Un amigo me dijo que en una época fue muy rencoroso pero que la vida le había dado tantos palos que ya no lo era. No quería perder el tiempo en eso que sólo te quema a ti sobre todo. Pienso igual. 

     Han sido demasiados años y algunas cosas se aprenden por el camino. No fue tiempo perdido, fue tiempo necesario, a pesar de haber sido muy molesto, pero uno sigue ahí, sin haber hecho demasiado esfuerzo, con nada más que el tiempo que le ve pasar  y el amor, lo más importante que ha encontrado por todo el camino y que le sale natural devolver.
     Un fuerte abrazo a toda la gente  buena que trata de serlo siempre que puede. Ell@s son mi casa. 

     Gracias porque en esta zona de mi caminar, en el facebook, gente como Ana. M. Cachaza, Magdalena Barcenas e Ignacio Ferriz y Mercedes y Vero y Antonio y  Lola  y Marisol y más, me han apoyado mucho.