El camino es agradable pero tienes la incertidumbre de no saber a dónde te lleva. Tras días de duda, desoyes todo lo que la cabeza te dice que hay que hacer como dios manda (nunca nadie explicó cómo manda Dios hacer las cosas, quizá porque quien utiliza esa expresión quiere convencer a la gente de que su bárbaro modo de hacer las cosas es el adecuado y por eso lo acompaña con la coletilla del "como dios manda" o "como se ha hecho toda la vida" o la "ciencia lo dice" utilizando también la ciencia a su antojo unas veces diciendo una cosa y otras la contraria) y te adentras en terrenos en los que no te queda otro remedio que entrar pues los convencionales te han sido bloqueados por múltiples circunstancias.
Disfrutas sin embargo de este camino incierto en que resulta un placer tu sola compañía con una de las mejores músicas hechas jamás y descansas de la paliza que te dan cada día muchas medicinas. Sólo tomarlas es un trabajo extra para el cuerpo. Y así sigue la vida sin saber qué es lo que deparará el destino a ti ni a nadie, pero tomaste la decisión de jugarla fuera en las condiciones que fueran y te lleve a donde te lleve; por tanto, a pesar de momentos de aturdimiento y gran duda, difícil será, por no decir imposible, que te apartes del camino vital por tu decisión o desgana y tendrá que ser éste, (a saber cómo y cuándo y después de que ocurran qué situaciones), el que te quite el oxigeno de los últimos momentos al decir adiós.
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