jueves, 29 de diciembre de 2016

YA TE LEO YO


   Y recogido ya mi rebaño (en forma de caja de antidepresivos en farmacia de guardia, que tomo sólo para estar contento, yo soy un tío muy fuerte, no un debilucho con tontos delirios de grandeza, sino alguien con buena madera de roble) y limpiados mis dientes y afeitada la barba de mi hermoso rostro, te voy a contar una cosa.
 
       Soy un mal lector. Pero me gusta leer. Este mismo año sólo releí "La loca de la casa" y "La ridícula idea de no volver a verte" de Montero, combinada ésta con "Oona y Salinger" de Beigdeber, del que tras un viaje malísimo (que no llegué a terminar) con "El mal de Montano" de Vila-Matas, leí también 13'99 euros. Algo bestia pero brillante y atractiva, la literatura del  tal Beigdeber. Se pasa  un poco, pero no es más que literatura; hace falta gente así de radical en el plano subjetivo de la literatura. Para mi gusto, claro. Tras este libro leí "La carne" también de Montero y hace un mes terminé de leer "Cinco esquinas" de Vargas Llosa. Salvo con esta última novela, normal y corriente y que no atiende a las reglas que el nobel Vargas Llosa marcó como "necesarias" en la literatura, pues me pareció una historia de lo más corriente aunque bien contada, si termino un libro, es señal de que me gusta mucho. Pero muchísimo. Si no, los puedo dejar al principio. Ya digo que soy mal lector pero mis libros leídos son devorados por el entendimiento y la emoción con gran intensidad y devoción. Y ahora estoy con "Bartleby y compañía" de Vila-Matas, que me está gustando; eso, tras haber rastreado los escritos autobiográficos de Kafka, que he dejado a un lado por respeto a su persona. Kafka hablando de su vida me conmueve demasiado, era un buen tipo y lo pasó mal y su subida al olimpo será justa probablemente pero es que, esa vida, me recuerda a otras que mejor no recordar...Franz, los academicistas que tan bien te tratan no te merecen. Lo mismo  pasa con Cervantes, que criticaba a gente muy parecida a los que estudian y hacen tesis doctorales de su obra y no son capaces de darse por aludidos cuando Cervantes no habla precisamente bien de la gente relamida y elitista. Sólo con leer el prólogo se ve para donde tira Miguel de Cervantes.

    Cuando yo tenía 29 años había leído muy pocos libros todavía, muy poca novela, que fue el género que me gusto posteriormente. Sí que leía artículos. Los domingos leía las columnas de Perez-Reverte y de Javier Marías en la revista del grupo correo "El semanal XL", y aunque me dé vergüenza recordarlo, no me da vergüenza decir que habiéndoles leído durante años, pensaba, que, ejem, tenían la razón. Y con cierto rubor debo de decir que a la señalada edad de 29 años, leía libros enteros de recopilaciones de artículos de Javier Marías, y también creía que Marías tenía, ejem, la RAZON. Yo creo que esta es una de las múltiples razones por las que tuve una treintena tan calamitosa. Pero, enterada mi prima de mis lecturas, me indicó una novela de Javier Marías ("Corazón tan blanco") que me gustó mucho. Luego leí varias más de él que también me gustaron mucho. Él, por fortuna, dejó de ser santo de mi devoción para mí, hace ya bastante tiempo.
       
A finales de 2001 Marías dijo cuáles habían sido las mejores obras literarias del siglo XX y le hice caso. Bien, con Henry James no pude, con Proust sí, pero dejé los tres últimos tomos de sus siete de "En búsqueda del tiempo perdido" para la siguiente vida. Pero me leí cuatro, y con mucha atención. Con "Volverás a región" de Benet, casi me voy al manicomio. Por otra parte,  aunque Marías no habló de él empecé a leer "Crimen y castigo" de Dostoievski, y estaba bien, sólo que ahí se tocaba el tema más traumático de mi existencia y de una manera un tanto retorcida: La Culpa y el castigo. Y no era plan. Sin embargo, entre los recomendados, me encantó "Doktor Faustus" de Mann y aunque no tanto como ésta última, también me gusto bastante "La montaña mágica", del mismo autor. Mucho disfruté con los cuentos de Borges, cuyas constantes alusiones a Chesterton me llevaron a leer los cuentos de este último, que me encantaron. Por mi cuenta, Cercas me gustó mucho, antes y después de 2005 fecha puntualmente básica en mi existencia (y no para bien), así como Paul Auster, un par de novelas de Dickens, "La muerte de Ivan Illich" de Tolstoi, la metamorfosis de Kafka, La Regenta de Clarin también me gustó. Y unas cuantas más, algunas de cosas de Vargas Llosa, Murakami y otros, pero no es cuestión de aburrir. Pero ya digo, todos los leídos, fueron leídos por lo mucho que me atrajeron y me emocionaron.

Resulta que llevando cuatro años de lecturas intensas y a salto de mata, se me ocurre escribir algo que no sabía que iba a ser libro. Era mi vida. Ese libro lo tiene en venta Amazon y no habla muy bien de ellos: porque el libro está disperso y desestructurado (como el autor) tiene una puntuación muy cuestionable, el narrador da demasiadas explicaciones  se justifica demasiado y además parece tomar por tonto al lector, por lo de las excesivas explicaciones, Conmigo que no cuenten para hacer propaganda de un libro, por mucho que lo escribiera yo. Y ahora creo que me iré a la cama con Vila-Matas (libro, libro) pero miraré algo de facebook antes de irme. Cuidado, se me olvidaba, uno de los libros que más me ha gustado nunca, es, LA RADIO ENCENDIDA, de un tal Moso. Extraordinario. No está donde merece, pero sí en mi corazón, siempre.

Evidentemente todo lo dicho no tiene relevancia alguna para nadie que se asome a este blog o a facebook, pero lo quiero colocar ahí, no hago daño a nadie y no creo que facebook me riña por no haber escrito La Odisea en breve.

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