lunes, 26 de diciembre de 2016

FRANZ KAFKA


  
Kafka escribió una carta a su padre para explicarle por qué le tenía miedo, advirtiéndole ya desde el principio que no sabría explicárselo bien. Como no podía escapar a su condición de excelente escritor de novela, esa carta, probablemente sin buscarlo él, se convirtió en una biografía novelada de alto voltaje.  En una parte de su biografía, mejor dicho... En concreto, es una biografía que abunda en una de las partes más espinosas de su existencia: evidentemente, como el título del escrito bien lo dice "Carta al padre" habla la relación que Kafka tuvo con su padre (atormentadora), de la que algunos estudiosos indican que nació su forma de entender el mundo y hasta la expresión literaria de ese mundo. Y digo algunos porque no se ponen de acuerdo muchísimos. Mira en internet, y ya verás cuanto entendido entiende el mismo tema de forma siempre algo diferente al resto.

Al final, siendo sus novelas casi metáforas existenciales (quizá sin él mismo pretenderlo) y fruto de lo absurdo que se sentía e incluso atormentado en muchas ocasiones, resulta que lo llamado kafkiano (Que tiene el carácter trágicamente absurdo) es,  no sólo la expresión de su literatura, sino que va más allá: alcanza incluso la interpretación de su obra, que se ha convertido en Kafkiana. Cuanto daño hacen los "estudiosos" a la literatura. Mucha gente disfrutó (yo no) de sus novelas, a pesar de (o precisamente por) ser tenebrosas y claustrofóbicas. Quedarán unos pocos que le lean, y serán escritores. Y ya está. La literatura está para hacer preguntas de forma artística, nada más. No está para ser analizada como si fuera una ciencia. Y gracias a dios la literatura no es ciencia.

Franz Kafka. Este hombre produjo un fenómeno tan kafkiano tras su muerte, que por su dignidad y en nombre de la ética personal, debería de tener derecho a volver a la vida a decir "qué están ustedes haciendo, diciendo que soy grande y que he influido en escritores y que soy de los mejores universalmente hablando. Ustedes que forman parte descendiente de los que me despreciaron. Ustedes que se fijan sólo en la "brillante" forma sin saber que el fondo era un reflejo de lo mal que lo pasé en su mundo. Porque es su mundo, que yo nunca comprendí, en el que todo lo quieren encasillar y etiquetar, no yo, yo no soy objeto de estudio, soy una persona que escribió. Nada más."

Para empezar, él siempre dudó de si era un escritor de calidad o no. Utilizó la literatura como forma de terapia, casi no publicó y encima dijo a su "amigo" Max Brod, que quemase toda su obra al morir (que era bastante fecunda). Su "amigo" no lo hizo y pensó más en la literatura universal que en la lealtad a un amigo. No voy a ponerme a juzgar a Max Brod aunque con ciertas dudas le haya puesto unas comillas cuando hablo de él como amigo. Simplemente su acto me parece moralmente cuestionable.

Kafka, sobre todo, sufrió, y malvivió psicológicamente. No pudo cortar el "cordón umbilical" que le ató a la autoridad de su padre, a cuya opinión y relación dio una relevancia abrumadora y obsesiva, que le asfixió siempre.  Su relación con él, con todo lo que le despreció, con todo lo que no le valoró, con su rechazo a su vocación literaria, con su condescendencia autoritaria hacia todo lo que hacía su hijo, (sumada a una forma hipersensible de ser y vivir) le produjo una existencia angustiosa. Lo práctico hubiera sido pasar completamente del padre. No pudo. Se sentía atrapado. 

Kafka era consciente de ser un individuo muy limitado afectivamente y muy dependiente de un azar que se le hacía grande. Era consciente de ser uno más de los "pobres hombres" que podemos llegar  a ser todos, en muchas ocasiones.

En sus escritos se toma la revancha con la vida y casi hasta se ríe de las desgracias de sus personajes, que en ocasiones eran una proyección de sí mismo.

Cuando publicó en vida "La metamorfosis" fue ignorado, y su amada Felice Bauer no reaccionó con ningún entusiasmo ante esa obra, lo que le hizo hundirse "infantilmente" (muchos nos hundimos infantilmente en este mundo infantil).

Y resulta que en "Carta al padre", Kafka se muestra entrañablemente débil, entrañablemente buscador de cariño y comprensión, en desesperación adulta por no haber recibido el aprecio de su padre; y se muestra acomplejado, se muestra como casi todos. Sus cartas a Felice lo muestran a veces desesperado hasta la neurosis más alta.

Y una cosa: eran cartas personales, ¿Con qué derecho las editan y las leemos? Es que era Kafka, claro. Pues por eso mismo. Un respeto.

Mi psiquiatra solía decir que todos somos unos "mierdecillas" y yo me enfadé con él por decir eso, a cuento de qué, le decía. Le entiendo. Nos miramos el ombligo sin darnos cuenta de lo terriblemente humanos (demasiado humanos) que somos, y nos engañamos cuando nos creemos fuertes, cuando dependemos de enfermedades y de un montón de cosas que vienen desde el exterior, ante las que estamos demasiado desprotegidos.

Por mucho que Kafka fuera encapsulado posteriormente como un Grande, un Maestro de la literatura, alguien que rompió moldes, un Genio, Kafka, en general, Franz, era, como el ser humano (hasta el más capullo) vulnerable, muy vulnerable. Cómo sufrió. De qué le sirvió la gloria póstuma. A él lo único que le hizo bien fue escribir; canalizar su tormento creando historias terroríficas, reflejos de su ser, y con un talento literario supremo. Pero el arte está sobre-valorado. Mi madre tiene un talento supremo para cocinar, y ese talento le pone a la altura de todos los que tienen talento para hacer cosas sobre-valoradas, sólo porque producen un placer intelectual o emocionalmente profundo. La literatura está sobre-valorada y absolutizada por quienes la ejercen y la leemos.

Por supuesto, ahora me va a venir uno y me va a decir que Kafka tenía una obra intachable, que era el amo literariamente, que  escribiendo era un superdotado (que ya se está empezando a considerar como una discapacidad, pues el superdotado nunca puede empatizar, en la escuela, ni con los que tienen su edad, pues se aburre, ni con los que tienen su altura intelectual, pues son cronológica y emocionalmente más mayores) y que no se debe de echar por tierra toda la obra de Kafka por su forma de ser. Y a pesar de que pienso  que Kafka escribía muy bien y tenía una capacidad de fabulación de alta categoría (o sea que pienso que era un grandísimo escritor) me gustaría que no se mezclase el tocino con la velocidad.

Franz Kafka muere en 1924. De manera absurda y kafkiana, como la misma muerte lo es. 

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