martes, 6 de diciembre de 2016

GOLPES DE ESTADO DE LA MENTE.

Aquí hay algo que folla. Uy perdón, falla, falla, qué van a pensar de mí.
Lo que FALLA es esto: Tardo poco tiempo en escribir un texto y quizá me pueda tirar el mismo tiempo atrancado, leyendo dos, una, o tres páginas de un libro.
O sea que tengo un amigo que se lee libros a toda velocidad, y lee desde hace 2 años y yo, que leo desde hace mucho tiempo, voy al ritmo  del caballo del malo.

Porque mi maquinaria de asociación de ideas provoca el peligro de mezclarlas todas de forma muy poco ortodoxa; menos mal que nunca quise ser ortodoxo, pero una cosa es eso y otra, que en la lectura, mi cabeza me declare la anarquía y la independencia unilateralmente, a mí mismo, y me dé golpes de estado en los cuales por cada párrafo, o a veces cada dos líneas, que leo, dichos golpes  de estado que la mente me da a MI, consiguen paralizar mi atención cuando quiero ir al siguiente párrafo, pues mi mente independiente y anarquista, se marcha, sin mi autorización, a otros lugares del pensamiento y del sentimiento, a veces difíciles de aguantar, otros muy agradables.

Gran problema para la lectura, la asociación de ideas. Como habré dicho (¿o sólo pensado?) miles de veces, y no sé si aquí también, las asociaciones de ideas son una bendición para descargarme escribiendo, pero una maldición para la lectura, que me gusta pero es más difícil para mí; de manera que, como ya he dicho (¿entonces para qué lo repites?) puedo tardar más en leer una página de otro que escribiendo dos mías. Y el único escribidor  al que consigo leer con interés centrado y sin problemas, soy yo. Lo que pasa que escribo tanto que no consigo seguirme la pista. Como para ponerme a coleccionar todas las entradas de blog en un libro. Que lo hagan mis herederos y así seré inmortal. Que se forren; lo mío es la austeridad, yo obedezco al gobierno.

Por otra parte, como me gusta escribir, suelo, no obligarme a leer a base de látigo, porque también me gusta hacerlo (casi más, no sé), pero sí me he solido poner a veces a ello con ánimo o motivo de escribir mejor, para ampliar mis campos de expansión de contenidos, y para acostumbrarme a las tildes (qué vergüenza recordar que me las explicaron con diez u once años y tódavía fálle en ellás) y a una buena colocación de los signos de puntuación.

No tengo otra explicación que pensar que pensé asociativamente tanto tanto tanto tanto durante veintidós años, que lo de la asociación de ideas fue algo que mi mente  aprovecha para escribir, pero también creó un vicio peligroso. No sólo para leer. En ciertos estados algo bajos la asociación de ideas puede llegar a hacerte pensar qué harás el día siguiente a aquel en el que te jubiles, aunque te queden 40 años de trabajo en la mina (creo que es mejor no decir que la última frase es mentira, pues así estropearía la broma (es que soy graciosillo) y por eso lo dejaré sin decir)). A veces pienso que estoy loco de verdad. Pero SE que no, porque todos me llevan la corriente.

Hasta más ver, queridos hermanos; ojalá que pronto.




No hay comentarios:

Publicar un comentario