lunes, 5 de diciembre de 2016

LA PASTILLA DE RESCATE




No hago más que escuchar en los entretiempos de mis "tareas", la canción "Where do you go when the stars go blue?" O sea "¿A dónde vas cuando las estrellas se entristecen?" o, en el estribillo "¿A dónde vas cuando te entristeces (go blue)?" (bueno, es una traducción pedestre, porque aunque tengo el título de profesor de inglés de primaria, nunca lo llevé a la práctica y mandé al inglés al despeñadero, hace bastante); canción ésta, cantada por Paul Hewson con la chicas de The Corrs. Irlanda está llena de músicos geniales.
La música es una gran rescatadora o aliviadora de los días que pesan algo más que otros.
Cambiando irresponsable e incoherentemente de tema: Resulta que ayer venía andando por la bahía de la Concha (no lo que vosotros entendéis por concha, Vero, si es que te has metido en este lugar) y llegando al Boulevard, donde creía haber quedado, escuché a un hombre casi gritarle al móvil lo siguiente: "Hace aquí en San Sebastián un tiempo estupendo para ser diciembre". Pues no, no me parece estupendo. Subjetívamente sí, la temperatura es agradable.
Aunque tenemos un viento sur y una humedad siempre molestas, para todos los que tienen "algo". Y objetivamente no es estupendo que haga este tipo de tiempo estupendo.
Porque me recuerda que lo hace porque la tierra está quizá, o ya, en un estado completamente anormal y ya sabemos por qué, digan lo que digan los que todavía se atreven a decir, que lo que ocurre con el clima es solamente un cambio climático de ciclo universal como lo ha habido en otras épocas. Ese argumento me huele mal. Porque ya no hay estaciones con su tiempo correspondiente, sino algunos días de Verano casi fríos y lluviosos y otros de otoño o invierno, calurosos. Me inquieta. No quiero amargar a la gente y por tanto no le voy a recordar a nadie, mucho menos públicamente, que el ártico se derrite, y que al amazonas le han hecho, y seguirán haciéndole, salvajadas.
Lo que me ha inquietado más, e incluso asustado, es que esta mañana se han acumulado en mi sentimiento, unas vivencias encadenadas en relación a compartidos recuerdos que me han hecho llorar como a un niño en ansiedad. He ido a Ocio y Tiempo libre. Tienes que aguantar Antxon. No te rindas. Merece la PENA; eso me decía. Llevaba en mi bolsillo eso que se da en llamar pastilla de rescate. Es esa que, a pesar de no estar diariamente pautada, se toma (por indicación médica previa) cuando uno puede llegar a extremos casi imposibles de soportar. Te acostumbras a las putas crisis de ansiedad. Y mejor que te acostumbres si tienes esa tendencia.
Tras comer y estar en unos locales muy especiales, decía, ¿me la tomo? es que es fuerte, ya se irá; en ese estado, además, la mínima tontería puede aumentarte el malestar; imposible concentrarte en una lectura de un libro, o en otra cosa. En un tiempo solía querer escapar de mí. Ahora me suelo quedar conmigo, haciéndome compañía con cariño.
Pero un amigo que se siente rescatado por mí, ha evitado que yo acudiera a la pastilla de rescate. Nos hemos sentado en un banco a las cinco menos diez de la tarde y mientras él fumaba, yo le hablaba despacio, de todo menos de lo que tenía dentro. Es una persona suave, habla poco, yo mucho; dice que está a gusto con nosotros. Cuando le hablo a él, despacio, para no aturullarle, y veo que se va calmando de su puta crisis crónica de ansiedad (es un héroe, un auténtico mártir fuera de serie, es bello mi amigo), cuando se ve tranquilo y valorado, y yo no lo valoro para hacerle sentir mejor, sino porque me da lecciones con su comportamiento cordial, con pocas palabras, a pesar de lo que padece diariamente, yo entonces me voy calmando, viendo que si le hablo con el cariño que me saca de dentro, él se va calmando. Menudo gran cabrón agradable. No hubo pastilla de rescate sino amigo de rescate; tras un día difícil voy a estar con mi chica. Otra. Y sí. También he escrito este texto como una manera de rescate. Ya se sabe que los rescates son complicados, pero a veces acaban bien, como hoy; pero no te confíes chaval que aunque mañana es festivo, el trabajito que me da mi querda y supuesta bipolaridad, es de tiempo completo. 24 horas al día, 365 días al año. Y no es compasión, es saber donde ando, porque la vida tampoco es para tanto.. Chao.

All you need is love.

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