jueves, 19 de abril de 2018

TODOS PUEDEN

Hace no muchos meses acudí con mi madre a urgencias psiquiátricas a pedir que me ingresaran de por vida en un psiquiátrico de larga estancia. Se negaron a hacerme el favor.
Yo lo hice porque quería morir pero no quería matarme pues había pedido a la divinidad que mi vida no terminase nunca por mi propia mano.
Si cuento esto no es por dar el espectáculo. Lo cuento porque llevo más de un mes con una gran paz interna y feliz de estar vivo. Agradecido. No lo esperaba pero la vida me ha dado una segunda oportunidad que no pienso desaprovechar.
Puede que vuelva a caer en depresión pero eso no quita para que si yo escribo ciertas cosas últimamente lo haga además de para mí, con intención de hablar a aquellos que pueden estar en una situación cercana a la que describo en los dos primeros párrafos. Quiero decirles que por mi propia experiencia sé que las cosas se superan a veces contra toda falta de esperanza, casi sin querer.
Quiero decirles que confíen, que de verdad, ellos también tienen capacidad para salir. Todos la tienen. Cada uno a su manera, cada uno con sus cartas, todos pueden.
Todo mi cariño a aquellos que fui yo y decirles que se quieran mucho, todo lo que puedan.

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