domingo, 8 de abril de 2018

AQUÍ AHORA BIEN

En esta habitación de ático preciosa, pintada de blanco y espaciosa, la lluvia cae con gran fuerza sobre el tejado, pero yo estoy a buen recaudo y buen calor. Suena Beethoven, al que he empezado a escuchar hace dos semanas y me lleva por mundos gloriosos. No entiendo lo que dicen cuando dicen que hay que entender la música clásica para disfrutarla. La belleza se siente o no y todos pueden hacerlo. No hay que entender de flores y árboles para disfrutar del bosque.

Y mientras junto palabras y me encuentro maravillosamente sólo por no estar lo mal que estuve hasta hace un mes, pienso en lo que tengo y no tengo, y la segunda parte gana por goleada.

No tengo estos días capacidad para escribir nada largo, ni para concentrarme en la lectura (mi mayor pasión) pero tengo tesoros: amigos incondicionales, dos padres a los que quiero y de los que me siento orgulloso, y con los que tengo trato afectuoso y adulto; gracias a lo ocurrido he podido decirles que les quiero y que les agradezco todo. No hubiera podido ser así sin la oscuridad que recorrimos;  hay además gente afectuosa y cómplice en facebook; buena comida, techo, cama,  y capacidad de no frustrarme por no poder hacer todo lo que quisiera. Está bien así. Todo llegará. Acepto el inevitable aburrimiento de ciertos momentos de esta convalecencia (un mes bien contra un año mal) y la numerosa medicina.

 Y si no llega todo, también es muy importante vivir tranquilo y despacio, que es la enseñanza que me dio el año del dolor. Hacía falta ese año. Cuando lo pierdes todo y recuperas por lo menos la respiración pausada y la calma, en muchas cosas ves maravillas y cantos, por muy rutinarias que sean.

Recuerdo que en una época estuve muy enfadado con mi pasado y en ello basé un libro que gustó. Ahora no estoy enfadado con el pasado sino agradecido. Sin él no hubiera sido quien soy, más humilde, mejor persona, mucho menos ególatra (lo fui  y se sufre por tonterías siéndolo) y tengo paz en mi interior con sólo levantarme de la cama.
Sí, ya sé, el futuro puede venir malo y puedo volver a....Por supuesto. Pero hablo del aquí y ahora afortunado.

Mañana no es hoy y no sabemos ni siquiera si veremos tal mañana. Así que ahora todo está en su lugar.

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