Mientras las calles se llenan para luego vaciarse, mientras hablas apasionadamente para luego entrar en un corto y sutil silencio y mientras el sol sale muy poco cada mucho cielo gris, te vuelvo a encontrar cada X tiempo y parece que reanudamos una conversación que llevamos ocho años teniendo desde que nos conocimos, y sinceramente dijimos, entonces ya, me alegro de haberte conocido.
Vuelves a aparecer en mi vida intermitentemente y siempre tenemos cosas que contar, nunca ha cedido el empuje de nuestro cariño mutuo, que cuando se junta, forma una situación en la que hablan dos corazones con el alma desnuda pero fuerte ante el espejo del otro.
La vida ofrece a veces regalos y cuando menos te lo esperas vibras tras estar un rato campeando algunas apatías y me sigo alegrando de haberte conocido.
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