miércoles, 22 de marzo de 2017

SI PUEDES


  Si puedes, ignora la tristeza, si puedes, sigue viviendo independientemente de lo que tu estado de ánimo (alegre o triste, tranquilo o nervioso) haga. Si puedes teclea, si puedes charla, si puedes estate viendo pasar lo malo si es que pasa por ti, como si fuera algo igual a unas nubes externas que no te pertenecen porque tú no eres tus sentimientos. Si puedes y si te acuerdas, pasa de tu mal y recibe con alegría y calor tu bien.

Y entonces ese calor con el café con leche y la música y la cena o cervezas con amigos y las risas, vendrán en cualquier momento, y la noche que parece haber venido a quedarse dentro y que tienes ganas de rechazar pues se confunde con el clima nublado y oscurecido del día, se va como vino, y en esos instantes no te acuerdas de la tristeza profunda que te acompañó o te acompaña en momentos. Sólo piensa en que se pasa y que cuando más importancia le des más fuerza coge sobre ti y más poder  tiene para hacerte daño. Y cuando llegue el sol interior y exterior, de clima o de amistades y risas cariñosas, simplemente siéntelas y piensa que aunque también pasarán, qué buenas son cuando ocurren. Un grupo musical decía que la vida era una sinfonía agridulce. Pues en general sí, a veces no, quién sabe...

Y así vamos pasando de unos colores a otros y no hay momentos iguales a otros ni alegrías o tristezas exactamente iguales a otras y tus estados recorren toda una cromación de paleta muy variada de cualquier pintor misterioso que va dibujando tus estados; pero ojo, piensa que sea como sea el dibujo que algo haya hecho en tu interior, tú tienes cierto poder para, según cómo lo observes o lo trates con tus sentidos, no te haga un mal absolutamente irreparable. Y puedes convertir el dibujo, a veces, de oscuro a brillante. Con cuidado.

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