martes, 10 de enero de 2017

NO SON SERIOS


Pienso que un programa de televisión al que se invita a una persona que defiende absolutamente todo lo que hace el partido gobernante, por mucho que un día ese partido defienda una cosa y al día siguiente la contraria (la persona que digo defenderá la una y la contraria llevándose la contraria tantas veces como se la lleva el partido gobernante y defenderá  lo indefendible, diga lo que diga, cómo lo diga y cada vez que lo diga, dicho partido gobernante) no es un programa serio.

Pero sobre todo que no es serio un programa que, por el tema de las audiencias, (y muy a pesar de hacer buenos reportajes, entrevistas y análisis económicos de diferentes economistas) invita semanalmente a una persona que miente constantemente, que minimiza las burradas hechas por los gobernantes y que no tiene otro oficio que tratar de destruir un partido que ganó 5 eurodiputados pocos meses después de formarse.

Y no es serio, porque la persona de la que hablo en el párrafo anterior no enriquece el programa, ni los argumentos políticos, sino que todo lo ensucia y enfanga con sus personalismos llenos de mentiras y faltas de respeto. Ante esta circunstancia, cada vez que el presentador, ante los exabruptos del mentiroso compulsivo, dice, "no es este el tema del que hemos venido a hablar y tengo que acabar con esto", es cuando menos curioso que en el caso del mentiroso, tarde mucho en acabar con "esto" y en otros casos, mucho menos. Creo que ese presentador no tiene la culpa de que, cada vez que no se hable del tema que se quiere tratar sino, debido a los saltos y provocaciones del mentiroso, de lo de siempre, con mentiras incluidas, aumenten las audiencias, y por lo tanto el personaje mentiroso sea una bicoca para el programa, pero al no pararle los pies al mentiroso lo rápido que se le debieran de parar en un programa serio  que además SABE que el personaje  miente, el programa se convierte en cómplice indirecto del mentiroso, con lo que se derriba su  honestidad, ética, y buen entendimiento político, en un país que lo que menos  necesita es que se haga espectáculo y circo amarillista de la política.  De hecho, nunca se le recriminan las mentiras al personaje provocador, ni se le pide que las corrija.

Y el morbo en espectáculo está demasiado servido en ese programa, que debiera ser más veraz, y no lo es, invitando a quien invita, para crear espectáculo político. Si se pierde seriedad por entretener, entonces no es un programa serio que habla de política, sino que presenta a personajes que la montan y eso es tristemente "entretenido" y da audiencia. Pero no honesto ni serio. No ético.

Me parece, por otra parte, muy triste lo que está pasando con la izquierda, con el viejo partido y el emergente.
Y para qué andar a escondidas, todos saben que el mentiroso se apellida Inda y que el defensor constante del gobernante, Marhuenda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario