lunes, 21 de noviembre de 2016

VARGAS LLOSA Y LA COMODIDAD POLÍTICA


                  PORQUE CINISMO NO CREO QUE SEA



Señor Vargas Llosa, es muy probable que usted no lea este texto  pero lo escribo porque  me produce más que cierta molestia el hecho de escuchar o leer, muy repetidamente además, su discurso político consistente en  señalar como algo muy bueno casi todo lo que han hecho los dirigentes occidentales en todos los terrenos.  Hasta que llega Trump. 

No le he escuchado nunca criticar al PP en términos totales y a su fiesta de cumpleaños fueron altas instancias del PP pasado y hasta presente. Invitados por usted. También fue mi admirado Iñaki Gabilondo, que demostró no tener los prejuicios que un infeliz/feliz como yo podría tener. Por otro lado ante la victoria de Trump (que a mí también me desagrada mucho) no duda en sacar a la palestra una vez más, el  termino "populismo", y todos sabemos a quiénes se les ha puesto esa etiqueta hasta la saciedad en los dos últimos años en el país donde nuestro carné de identidad dice que vivimos. Según usted todo parece ser lo mismo. 

La única razón por la que periodistas estrella, tertulianos estrella, altas figuras articulistas, gente  acomodada y rica, y muchos políticos estrella critican a Podemos es por el temor a perder sus privilegios jerárquicos y económicos. Subirían los impuestos a los ricos,  cosa que quienes tienen el poder en las manos, no son capaces de soportar. Y tampoco soportan que les digan la verdad. Ni aguantarían perder lujos que Populismo Podemos les reduciría.

Egoísmo disfrazado de dignidad. Mentiras. Y han conseguido engañar a mucha gente. También es ingenuo egoísmo el mío; necesito medicina y hospitales, y aquellos a quienes usted apoya, seguirán desmantelando la parte pública de esos lugares, cosa que harían con mucha más moderación los populistas bolivarianos. Y no soy rico para quedarme en manos de una sanidad privada. Y van por ese camino.

"Occidente, cuna de la cultura de la libertad y del progreso". Esta frase que escribe usted en una columna del diario "El país" titulada "La decadencia de occidente" (ayer mismo, 20 de noviembre, publicada) no está sacada de contexto; y si lo está, no cuesta nada colocarla en dicho contexto. Alude a ella como consecuencia de la victoria de Donald Trump, el Brexity y la posibilidad de que Le Pen gane elecciones en Francia, para decir que los tan buenos occidentales podemos empezar a estar gobernados por gente peligrosa. Por supuesto, todos sabemos que Rajoy no trae peligro alguno a España. Repito: A todos ustedes, que tienen mucho poder mediático, les importa un rábano el ciudadano de a pie, sólo sus privilegios y riquezas, que mantienen gracias a la austeridad (pobreza) del ciudadano y así anda entrando cada vez más pobreza individual y familiar en España. Por mucho que se esconda esto con datos manipulados.

A mí tampoco me gustan nada  fenómenos como el de Trump, pero menos que esos fenómenos, que sí que son populismo, se equiparen a otros fenómenos de aire fresco, que lo que han traído es cultura política y una muy justa indignación a las muy mal llamadas democracias donde no manda el presidente del gobierno. Eso no quita para que yo pueda ser muy crítico con los "populistas" de aquí, que en mi opinión han cometido numerosos errores, y ha habido veces que han hecho cosas donde las formas han dejado  mucho que desear.

 La razón que da usted para que fenómenos como el de Trump sucedan, es, que occidente, o sus ciudadanos, en peligrosas mayorías (sobre todo en Estados Unidos, de acuerdo con usted), se ha asustado ante los cambios que ha provocado la globalización. No digo que esto no sea cierto. Pero a mí también me da miedo que haya muchos intelectuales que piensen como usted políticamente, por lo que debo de decirle a continuación:

 Su  literatura,  genial en general, (le dio un merecidísimo premio Nobel), y la "jerarquía" que ésta le ha dado, sea quizá una de las razones que han hecho de usted, como pensador político, un gran defensor de los verdugos, sin darse cuenta, puesto que usted no creo que los vea como tales, pero desde luego sus ideas políticas no tienen nada de humanistas.

No me puedo creer que usted no sea consciente de que occidente ha conseguido una buena dieta democrática y de libertad de expresión muy a pesar de lo peor: occidente ha robado, occidente ha sido "democráticamente" imperialista. La OTAN y Estados Unidos se han tomado unas libertades que son libertinaje. Occidente no sólo no ha hecho nada por lo que no es occidente (África y etc) sino que se ha repartido riquezas (petroleo y muchas cosas más) que no le han pertenecido. Así, por el morro. Yo me avergüenzo de ser europeo. Pero también soy moralmente muy mediocre, pues me aprovecho de todas las ventajas que me da el hecho de vivir en el auto-satisfecho y ombligüista "primer mundo" (el mundo es sólo uno, y ese eufemismo que descalifica a otros me disgusta)...

Usted suele hablar de vagos en sus novelas. Muy propio de quien se traga la maquiavélica ideología de los perdedores y ganadores del sueño americano. He conocido muchos "vagos" por el hecho de padecer una enfermedad psíquica y haber ingresado en psiquiátricos como consecuencia de ello. Usted no los ha podido conocer de primera mano. Nadie nace vago, ni se convierte en vago porque sí. Además de que las consecuencias de ser "vago" pueden llevar a situaciones límite de supervivencia muy hostil y hasta a la muerte (le repito que he conocido a muchos, yo mismo lo fui); cuando uno conoce la historia que hay detrás de cada "vago",  cuando uno tiene todos los datos sobre la mesa, entonces ya no ve muy clara la descalificación del "vago" como alguien inmoral. El azar tiene muchísima más relevancia en mi opinión, que los méritos, cosa que se ha omitido en las ideologías neoliberales del capitalismo salvaje, muy injustamente. Les conviene vender ese mensaje. Pero el pobre, mucha veces, no se lo ha buscado, ni ha competido mal. Ha tenido muy mala suerte.

Ante lo que he dicho antes, quienes ignoran qué es una enfermedad psíquica (la tuvieron Virginia Woolf, Hemingway, Einstein, Hesse y otros muchos) pueden pensar que un enfermo psíquico no puede distinguir bien la realidad. Sobra decir que no me comparo con los personajes nombrados, pero hay que decirlo.  Las opiniones de esta gente que pasó a la Historia, siguen siendo legítimas por mucho que que tuvieran estas características. De hecho, el fallecido no muy lejanamente en el tiempo Cabrera Infante, padecía trastorno bipolar, que es lo que yo tengo que aguantar. Sería algo ignorante descalificar mis puntos de vista por esa enfermedad. Y que no se caiga en la trampa en la que cayó una persona a la que dije que Ibarretxe padecía trastorno bipolar. La conclusión de la persona que escuchó esa frase fue ésta: "este cree que por tener trastorno bipolar, será como Ibarretxe" Es lo último que quisiera ser. Político. El argumento es tan absurdo como decir que llevo gafas y que como el hombre más importante del mundo las lleva, yo también lo seré...

Y si hablamos de moral (usted lo hace con el término "vago"), mire, los europeos no tenemos la manos limpias. 

Me parece usted buena persona, y no creo que escriba lo que escribe sobre política por maldad o por cinismo, sino por no pensar en los pobres y desfavorecidos (o vagos o perdedores) pero para haber sido candidato a presidente del Perú me parece que pisa usted demasiado una zona cercana a la ultra--derecha del capitalismo neoliberal salvaje (ese que se lleva globalmente, por medio de los controladores de Occidente, "cuna de la libertad y del progreso" según usted); por supuesto los que no piensan como usted son demagogos; es una actitud habitual para desacreditar la opinión de quien no opina como uno; y seguro que usted sabe lo que es la demagogia, pero sabe también que muchos de los que la usan no  saben ni lo que quiere decir la palabra "demagogia". Y usan esa palabra para derribar al contrario sin saber lo que dicen. Pero es que usted trata con gente demostradamente corrupta sin afearles nunca la conducta. 

Por favor, no es serio para una persona de la riqueza interior que demuestra tener en sus novelas, dos o tres de las cuales me han apasionado, siga anclado en lo que el sabio y modesto Jose Luis Sampedro avisó que nos podía destruir, porque ya no se sostiene...Está bien estar contra Trump, pero no considero al país en el que vivo ni a  occidente un ejemplo de búsqueda de cumplir los valores y derechos humanos (se los pasan por el forro sin hacer caso nunca a la ONU, que ya no sé para qué sirve).....
 

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