domingo, 6 de noviembre de 2016

DIARIO VOLATIL/ llueve, llueve, llueve, cómo llueve...


 CUATRO

  Hola.


      Pues en estas estaba yo hace unas horas, recién duchado y  en mi segunda casa (tengo más que Wyoming), y después de darle una paliza al cuerpo, por medio de una caminata a ritmo de marcha olímpica, con un recorrido que ha tenido como salida la casa de mi campeona, y que tras dos o tres kilómetros ha tenido un parón para hacer un puente-enlace-escala (¿?, o como se diga, estoy orgulloso de ser un ignorante sin mundo) en casa de mis padres, y tras recoger de allí X cosas, había vuelto a casa de la campeona también a ritmo de marcha y en medio de una lluvia constante, cuando, tras ducharme (de lo que ya he informado en la primera línea), al mirar por la ventana, he visto que seguía lloviendo; a lo bestia. Y después hemos ido en autobús mi esposa y yo (aunque nunca hemos estado casados, y nuestros padres todavía no lo saben, pues el cura era falso; un actor que nadie conoce)  a comer, a casa de mis padres, en donde yo había hecho escala de caminata anteriormente.

       Me encanta el anterior párrafo. Es de estos en los que el lector  se queda enganchado al antes llamado libro debido sobre todo a la tensión emocional y factual  que se percibe con una sublime intensidad en cada una de las líneas de ese párrafo, y ya el lector, ante lo emocionante y cautivador de ese párrafo, no puede dejar de leer este texto que escriben las manos de alguien que a veces siento que no soy ni yo mismo. Pero lo soy. No tengo negros. ¿Para qué? ¿Con qué les pagaría? Si nadie paga unos textos que valdrían 200 euros antes de la crisis.  Por lo menos, ahora cualquier tonto puedo escribir (esto se ve en la peculiar conjugación del verbo poder, hace muy poco tiempo escrito)...

       Decía antes (vaya, no lo recuerdo, no sé qué era lo que decía; mi Alzheimer es cada día una mayor fuente de frustración); habrá que convertirlo en resignación estoica para decir la verdad: no sé lo que decía.
        
      Llueve. Bien, una palabra que me puede llevar a profundos terrenos líricos o metafísicos, los cuales son compatibles, tal y como nos lo demostró Borges. Lo bueno que tiene el haber leído a algunos autores de manera temeraria, pues te pueden provocar una chaladura  mayor de la que ya tenías antes de haberlos leído, es que al citarlos, la gente puede creer que eres muy culto. Y a veces das el pego.
          
     Llueve. Los insolentes de la palabra express tenemos problemas derivados de falta de disciplina, y por eso no somos profesionales. Por eso puedo decir sin venir a cuento: LLUEVE... La ventaja es que no nos quedamos bloqueados en escritos pues no nos importa mucho la ortodoxia (escrita, gramatical, sintáctica, o temática de cualquier texto que aspire a ser literario) de aquellos  a los que les preocupa tanto tanto tanto, que se quedan bloqueados, pero luego se desbloquean, y son capaces de hacer cosas que me encantan...
       
        Yo me bloqueo en otras cosas. Hacer la cama es una tarea complicadísima para mí; puedo llegar a extraviar la almohada por debajo de la cama. Y lo peor es que no bromeo. Porque gracia puede hacer; a mí me la suele hacer a posteriori. A priori y en el momento, me paso unos ratos malísimos. Crisis de ansiedad. Suelo tener un par de ellas al día. Con un par; sí señor, un par... Sudo la camisa como efecto colateral de dichas crisis. Dos al día...Y luego escuchas a alguien decir: "Jo, yo tuve una vez una crisis de ansiedad y lo pasé de mal...¡¡Fue horroroso!!!". No hombre no, o mujer. Que te acostumbras a vivir con los fantasmas. Bueno, un matiz, te acostumbras cuando te dan tregua.
       
     Eh, eh, pero yo no he venido a este lugar a hablar de mí. Es tan vulgar... No, yo he venido aquí a decir que LLUEVE (pues esa suele ser una noticia de carácter universal, nada individual ni egocéntrica, y es un gran salvavidas de inhibiciones en estrechos ascensores); y además, he venido a decir que hace frío y que no hace más de cuatro días estábamos en mangas, cortitas, de camiseta o niki...

    Llueve pues; y quiero decir que tras un despertar de campeonato, que no pienso relatar (es tan vulgar), y tras haber andado a toda leche (esto no lo había dicho, me parece) como si yo fuera un bipolar trastornado escuchando música algo trastornada de los noventa, y tras haber estado comiendo con mis padres y la campeona de mi vida, esta última está viendo una peli y yo ahora he bajado a un bar con wifi, pues la tableta de mi esposa es una pesadilla; y he bajado para decir que sigue lloviendo.

    La verdad es que me lo he pasado bien pero no sé, casi me provoca pudor el hecho de publicar este texto (es demasiado bueno para desperdiciarlo en un blog, y luego en facebook;  aunque me ocurre que en momentos pienso "esto está bien Rabella, muy bien" y en otros "no tienes perdón para escribir tanta nadería, haciendo perder el tiempo al santo lector con vulgaridades", ¿Será por eso que soy bipolar?; pero ahorita mismo pienso que es muy bueno y ya es demasiado tarde para no publicarlo, pues peores cosas he publicado y no me han echado de el lugar. Todavía).

         Nos vemos. Es Domingo sí, pero en unos días estamos a Viernes, o sea, esta vida es un chollo. Siempre hay fines de semana...

           ¿Había comentado que llueve en mi ciudad (porque es mía)?
              
   Por si acaso...

      Qué horror, ya le he dado a publicar. Van a pensar que soy tonto...

   

2 comentarios:

  1. La de connotaciones que esa "simple" palabra "llueve" tiene para cada uno, aquí, en parte del desierto español, porque desierto es, pero no el único, que Almería no le anda a la zaga, esa palabra, es maná y casí motivo obligado de salir, no a correr como tú, sino a celebrar, que el húmedo contacto nos bañe ..... pero ni a eso llega. Aunque no es ese el sentido que tú le das, cuando decimos "llueve!" porque sí, lo exclamamos con un grito jubiloso, y antes, de lanzarnos a la calle a sentirlo en la piel, enganchamos el teléfono y a llamar se ha dicho ¿has tendido la ropa?, pues recoge que está lloviendo ... ¡sí! que no te engaño, por fin ¡llueve!. Y cuando se está cortando esta primera llamada, miras de nuevo y ha escampado ..... a esperar tres o cuatro meses y los que han sido más rápidos y se lanzaron a la calle pertrechados de chubasqueros y paraguas, poco a poco, y después de cerrar este último, tienen que ir deshaciéndose del chubasquero, porque el calor, vuelve a hacer acto de presencia. Que nadie estamos a gusto con lo que nos sucede en el momento, que nos quejaríamos igual del frío, ¡seguro! pero las connotaciones mágicas de ese ¡llueve! nos hace por unos momentos soñar, con los campos y montes cubiertos de un tierno verde, que es imaginario, porque la verdad, es que la lluvia, ya entra dentro de los mitos y utopías de nuestro paisaje. No, no llueve y nos lo dice ese tono amarronado que adquiere lo que antes era verde y en realidad era el polvo en suspensión que nos regalan las nubes y todo lo ensucia ..... cuando llueve, llueve polvo y así andamos, pegados al suelo y siendo polvo antes que las palabras ¿divinas? de "polvo eres y en polvo te has de convertir" que se suponen es para cuando te ha abandonado la vida, se hacen realidad en nuestro día a día ... o es que habrá sucedido y me han regalado la facultad de escribir desde el otro lado .... pero ¡milagro! hoy si llueve, en veinticuatro horas, ha llovido dos veces, de diez minutos cada una....
    Y aunque no sea el sentido que querías darle, por lo menos, amigo, me ha servido, para asomarme a tu ventana y saludarte, Antxon. Desde el lejano sureste y a punto de cabalgar a la inmensa luna que se nos ha dibujado esta madrugada del 14, un hola y hasta pronto. Marjo O'Garek -Scarlett Garel.

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    1. Pero qué sorpresa más bonita, la señorita Escarlata-Marjo. Bien ,si escribes desde el otro lado yo quiero que para cuando vuelvas al planeta facebook en Enero os haya llovido bastante, y no polvo...Aquí en el norte, el problema es la humedad o que el sol no dura más de dos días: Si San Sebastián tuviera clima mediterráneo este sería el lugar más turísitco del mundo, o casi; es el viento sur el que nos da malas pasadas. Y es cierto, el sentido para el texto lo conduje (había escrito conducí, menudo escribidor)por medio de la palabra clave "llueve" y que lo demás fuera enganchándose. Por lo menos no hemos tenido lluvia con viento, pues esa combinación rompe hasta el paraguas más fuerte, y eso suele darse con frecuencia aquí. Así que esta visita tuya me alegra mucho y por eso deseo que en tu sitio llueva y llueva la virgen de la clara....Y ojalá no tengas que decir Marjo O' Garel, "a Dios pongo por testigo que nunca más pasaré hambre..." Lo que nos faltaba. Y si estás en el otro lado vete directa a por Gable Clark a sacar provecho del lugar, deseando que Clark ya no sea sólo polvo. Hasta pronto Marjo, cuida y fomenta la parte izquierda; que hoy en día parece que esa parte es poco así como el demonio, cuando siempre buscó el bien.

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