lunes, 9 de mayo de 2016

JESUS DE NAZARET


Algunas personas me dicen que soy inteligente. Si tengo la osadía de decir que creo en Dios, y de  que creo que Jesucristo era el hijo de Dios, o Dios hecho hombre, ponen en duda lo que se dice en la primera frase, y probablemente piensan, bueno habrá que pasarle la ingenua pedrada, nadie es perfecto. Que menudo ingenuo que soy, que ese tío seguro que no existió, que la razón y el sentido común dicen que lo de la otra vida no es posible. Que no se pueden multiplicar panes y peces. Y más, mucho más...
       
         En principio, nunca entendí por qué Jesucristo, de alguna manera, se entregó, pudiendo haber dicho una única palabra que a Pilatos le hubiera bastado para no salvar a Barrabás y sí a él. Pero es porque me han vendido muy bien el sueño americano, el éxito y la cultura del ganador, que al final, como todo héroe, triunfa. 
     Jesús perdió, desde el punto de vista de todo lo que nos han enseñado a pensar y ser. Perdió. Eso es lo que me gusta de él. No le entiendo pero le tengo un enorme cariño. A quien no tengo cariño es a la Iglesia, y creo que el Papa actual no puede decir que las cosas que hizo la Iglesia en un pasado  demasiado cercano y en el lejano, fueron una barbaridad, pero no me extrañaría  nada  que lo piense.

Salvo cuando tuve 19 años y una borrachera muy suavecita me hizo ver que tenía cualidades que desconocía, y pensé, tras ella, y durante un corto espacio de tiempo, que no había Dios y que yo era un ser libre que no dependía de él, luego siempre creí en él. Pero a lo bestia; cuando las cosas empezaron a ponerse feas con veinte años, no dudaba en blasfemar, no dudaba en rebelarme contra mi enfermedad y contra Dios, que sentía que me tenía abandonado y que era injusto; me rebelaba contra la enfermedad y de rebote contra él. Es universal una de las razones que se esgrimen para "demostrar" que Dios no existe: si nos creó y nos quiere, ¿cómo demonios puede dejar que ocurran las barbaridades que ocurren? ¿Por qué permite que suframos tanto o que haya gente viviendo un infierno diario?

Y sin embargo, aún cuando las cosas venían muy mal dadas y para sorpresa mía yo seguía creyendo en Dios, pero lo odiaba... A pesar de creer en él.
Y sigo creyendo en Jesús de Nazaret. Y le quiero. Representa en su cruz a todos los desfavorecidos. Haciendo la cuadratura del círculo podría decir la siguiente tontería: El propio Dios fue injusto consigo mismo, pues (hecho hombre) abandonó a su propio hijo. Seguro que si digo que Dios tenía doble personalidad, padre e hijo (en la Iglesia dicen triple, añadiendo el espíritu santo) nuestro grande obispo se enfadaría mucho conmigo por bromear con cosas tan trascendentes, me excomulgaría, me llamaría pecador y diría que yo iría al infierno. La ventaja que tengo ante eso es que la Inquisición ya no existe. Y que no estoy al frente de ningún tipo de organización que deba de medir lo que dice, pues yo sólo respondo ante mí en este texto.

Lo que pasa  es que yo estoy seguro de que Jesucristo tenía mucho sentido del humor (que es una bella variante del AMOR, mensaje que vino a traer). Es decir, que diga lo que diga el obispo, según lo que dice el Papa (Misericordia, misericordia, misericordia, hasta contigo misericordia) yo no estoy cometiendo un pecado ni iría al infierno sino que estoy siendo feliz utilizando uno de los dones que Dios nos dio: el sentido del humor. Y si el ser humano (iba a decir HOMBRE, pero últimamente hago la pelota a las feministas), salvo en casos muy excepcionales y cuadriculados, tiene el don del sentido del humor, es imposible que el creador hecho hombre no lo tuviera.
Ese hombre, ese hombre tan manoseado por el mito y los aires episcopales, por una Iglesia que ha sido tan mezquina y que es justo que pida perdón por un pasado que representa justo todo lo contrario de la idea por la  que  Jesús la fundó por medio de Pedro. Ese hombre, estoy seguro, era alguien alegre, ese hombre, repito una vez más, tenía que tener sentido del humor. Ese hombre, Dios hecho humano, no pudo evitar dejarse llevar por el orgullo (tan humano) y atacar violentamente a los mercaderes al lado del templo. Ese hombre, humanamente, no entendió tampoco a Dios. Nos representa, con el "Por qué me has abandonado", en su desconcierto y dolor (no sólo físico sino del alma) en sentirse perdido y desesperanzado, aunque sólo fuera por  unos momentos y antes de expirar.
 Estoy cansado de los tópicos. Prefiero hablar con lo que me sale por dentro. Perdió, se unió a mujeres, se hizo amigo de María Magdalena (una despreciada, estigmatizada, una mujer a la que llamaban pecadora). Se hizo amigo de ella; eligió a gente humilde que sí quería seguirle.

No me gusta esa gravedad con la que nos lo han presentado en la biblia, en la Iglesia, en las películas. Ese es el Jesús en el que no creo. No puede ser. Vino a decir algo muy sencillo; la alegría del amor, la paz que tenían entre ellos con nada materialmente opulento. Vivieron con lo justo. Y nos dejó un gran dolor y un misterio; una vida dura y misteriosa para todos, que sólo se cura con el amor cotidiano, o que sólo se sobrelleva con él.
 Ese hombre, durante un corto tiempo, tampoco entendió...
               
Se pretende que respondiera a las matemáticas de la falsa y engañosa diosa Razón. Yo no creo en esta última. Pienso que la razón es sólo un instrumento que utilizamos para defender nuestra persona. Me encanta la literatura, precisamente porque habla de nuestras dudas, de nuestros miedos de nuestras incomprensiones, y muchas veces lo hace de forma lúdica, preciosa,  ingeniosa y hasta de manera  humorística. La literatura tampoco cede a la razón sino a la duda, que según Borges, es uno de los nombres de la inteligencia...
En este terreno, no creo en la razón. Me permito ser irracional, pensando que la cruz que llevo (y que llevamos), es, la llave de mi vida, una vez aceptada. No entiendo esa cruz, pero me da fuerzas, me hace sentir mi dolor y el que veo a mi alrededor, sin masoquismo, evidentemente, pero con el amor que intento llevar, a pesar de ella, o gracias a ella... 
Pues por supuesto que este mundo no hay quien lo entienda, con Dios o sin Dios.

Jesús, creo que tú eras como nosotros, no creo que fueras de la forma arrogante en la que te han representado en ciertos tiempos, en ciertos círculos eclesiásticos...
Yo ni siquiera sé si creo en la otra vida pero (y perdona mi dramatismo y victimismo), hay veces que me acuerdo de un amigo, que hace poco me dijo: "si me pusieran una pistola en la sien, diría, si quieres, por mí, dispara". Algunas mañanas, sobre todo al despertar, pienso, que según en qué momento, yo también diría eso. Y qué más da. Y si alguien me va a echar una bronca por este párrafo, como ocurrió con otra historia, que sepa que no le pienso contestar, por muy amig@ de facebook que sea.

 Pienso que Dios no es tan limitado y obtuso, para llevarme al infierno (en el que no creo) por el pecado de blasfemar. Sólo son palabras. No acepto la solemnidad ni la ortodoxia ni la "coherencia"; la coherencia no existe. Pero si nos contradecimos todos, un par de veces al día como mínimo.
  Te mando un abrazo Jesús, porque no sé rezar. 

Espero que esto no lo haya leído alguien demasiado ortodoxo pues con el mal rato que se habrá pasado leyendo todas las "barbaridades" (para el ortodoxo, para mí no lo son) que he dicho, se puede sentir muy mal con la ira y con las ganas que tendrá de darme una buena paliza. Con mucho amor y en el nombre de lo más sagrado, pero paliza.

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