miércoles, 1 de febrero de 2017

LA CULPA ES LA CULPABLE



    Recuerdo que en un programa de radio de una organización llamada why not, decidimos hablar de las etiquetas que nos han puesto en nuestra vida. Se hablaron de las negativas. Yo me pongo a la defensiva. La idealización también es una etiqueta peligrosa pues uno no puede llegar al listón en el que le ven, pues como humano, no está en donde le ven. No, que le idealicen a alguien puede ser tan peligroso como que le descalifiquen. Más. Pero si esa persona sabe que quien le idealiza no lo sabe todo, asunto resuelto.
   Pero lo básico de aquel programa fue, que, no se sabe cómo, aquella tertulia radiofónica derivó en el concepto de la culpa. Aquí el listillo dijo que si es que somos ateos o agnósticos, por qué se sigue, entonces, en esta sociedad judeo-cristiana, aplicando la CULPA, utilizada por el catolicismo franquista para controlarnos, cuando hay culturas que no la tienen y la gente no se vuelve mala a mansalva. Tuve  la fortuna de que a la monitora y conductora del programa a nivel técnico,  y que no tiene enfermedad psíquica, ese tema, el de la culpa de nuestra todavía sociedad judeo-cristiana, le pareciera importante y muy básico. Nos mandó deberes. Para la semana que viene preparad  este tema, muy importante. No acudí la semana siguiente, y no me sentí culpable, jaja.
    Pero a lo que voy: una persona me dijo que si no tuviéramos el concepto de la culpa seríamos malos. Bueno, entrar aquí es como ponerse a discutir con Aristóteles o Sócrates. El ser humano es bueno o malo y eso. No lo sabemos. En el poder da toda la impresión de que NO es precisamente nada caritativo. Al contrario. Dudas.
    El caso es que yo pienso que a mí personalmente, la culpa no me hace mejor persona, sino peor. Cometes un error y dañas a alguien. Te das cuenta, esto no es correcto: pides disculpas. La otra persona las acepta o no. Y ahí se acabó el problema. Yo no me voy a castigar aunque la otra persona me endose el castigo de su enemistad y su mala cara, o porque le dé por retirarme el saludo; si eso le pasa hasta a mi novia y es un ser más bueno que nadie. No me hago responsable de los sentimientos de esa persona hacia mí y por tanto no le doy el poder de hacerme daño una vez pedidas las disculpas. Porque me las pido a mí, y yo me perdono. Si uno se acepta y se quiere absolutamente tal y como es, hasta en los rasgos que no le gustan, si acepta incluso esos rasgos negativos (orgullitos tontos, algo de ego trasnochado, terremotillo  muy despistado y otras cosas peores que no voy a contar porque ya te he dado demasiada confianza, lector, y ya sabes que en esta vida no hay que ser confiado porque la gente es muy mala y toda esa letanía), y se los perdona, tiene la llave de la calma para captarlos más rápido y no calentarse otras veces tanto, pues no se pone a luchar contra sí mismo, no se exige violentamente no ser como es, es tolerante consigo mismo y lo será más con otros. Mantendrá frialdad y calma para reconocer sus errores y rectificar si está a tiempo, y aprenderá de los errores,  pero esto se le hará más sencillo si   se perdona. Si es buena persona o si quiere serlo. Y yo no sé si lo soy, a veces no, desde luego, eso es muy abstracto, pero deseo ser buena persona y lo suelo conseguir bastante, no siempre. En ese caso seré mejor y no peor si mando a la culpa, y aquí me vais a perdonar vosotr@s el exabrupto, si mando a la culpa, repito, a tomar por culo. Más fácil que eso y menos violento, si no le hago caso a esa culpa enemiga. Y entonces no se enciende el auto-castigo.
    ¿Cómo se consigue no auto--castigarse? Pues el auto-castigo viene de sentirse culpable. Perdonándose uno. Y serás más tolerante con otros al serlo contigo, no te darás cuenta de que les perdonas pues tienes otras cosas más importantes en las que pensar, sobre todo en una, en cuidarte, quererte y perdonarte. Y si te arrepientes de lo mal hecho, trata de reparar daños siendo más humilde.
  Qué bonito y fácil ¿verdad?
       
      Pues no, porque esto requiere tiempo. Hasta no hace mucho me castigaba (pero es que lo llevaba haciendo desde la adolescencia, cogiéndoles el testigo a educadores, padres y profesores). Desde que una persona me dijo que me dijera "Me acepto y me quiero tal y como soy" me lo suelo decir en los momentos más peligrosos y encrespados y el auto-castigo va perdiendo fuerza, y más que a veces, el auto-castigo se queda sin argumentos, cuando meto la idea positiva de la aceptación absoluta.
         
     Esto no lo vas a conseguir ahora mismo. Si tienes calma e ilusión seguirás, toda tu vida, aprendiendo, pero para bien, y todo el mundo tiene sus tiempos y épocas, y por dios, no te sientas culpable por sentirte culpable. Y como eres un ser humano, pues del sufrimiento, por disgustos y dolores, no te vas a librar. Pero si sabes tolerarlo bien, serás más feliz, o mucho menos mal@.
         
       Quiero que una bella amiga recorra este camino despacito y que todo el que pueda se lance a la piscina. Yo tuve que hacerlo pues la vida me presento una disyuntiva muy radical. O vivir con ideas de suicidio o jugármela. Pero hay que jugar cada día, tratar de ser humilde, no como virtud, sino como característica para sufrir menos, tratar de conocerse y avanzar lo que se pueda. Pero quiérete, aceptate, perdónate. Si puedes. Si no, otra vez será. Esperanza.

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