viernes, 3 de febrero de 2017

BIPOLARIDAD

                  BIPOLARIDAD


Empiezo a escribir estas palabras, y me lanzo a escribir como quien se lanza en paracaídas y tiene dudas de si el paracaídas se abrirá a tiempo o no y no tiene ni idea de a dónde va. Una novelista decía, refiriéndose a la escritura, que había un autor que decía que no sabía lo que iba a escribir al ponerse a ello, pero ella pensaba que sí que  lo sabía. Que lo sabía el autor que dijo que no sabía de que escribiría al ponerse a escribir, me refiero. Doy demasiadas explicaciones para entenderme mejor yo, no por tomar al lector por tonto, cosa de la que fui acusado por un amigo y apunto estuve de llevarle a los tribunales por injurias contra el honor y mi buen nombre y reputación y por delito de odio, en el que ya cabe todo. Vamos a terminar todos en la carcel por esa ley inventada; si discrepamos, o decimos algo que no gusta, utlizando la libertad de expresión (esa que nos van cortando a cachitos), eh, delito de odio, aquí mando yo. Sanción o juicio y encarcelamiento. Que viva.

El caso es que yo  no me veo como escritor (es como si a un profesor de filosofía le llamas filósofo), escribo, o que más da, si soy escritor o no, si no me va la vida ni el dinero en ello, pero aseguro que en muchos textos no suelo tener ni idea de lo que voy a escribir.
Este es el caso.

Lo cierto es que tener una bipolaridad patológica (ascensor hacia el piso noventa y bajada al menos uno) es una cosa un tanto complicada. Es un trabajo difícil. Quiero decir, hoy he dormido unas seis horas, se me acumulan emociones: unas cuantas: un encuentro ayer en un lugar de Donostia llamado Tabacalera, que ya no es tabacalera, es un centro cultural, pero se quedó con el nombre que le pusieron cuando cumplía la función que daba el nombre. El planteamiento teórico de lo que íbamos a hacer un grupo de enfermos psíquicos (no hagáis caso cuando digan que sois enfermos mentales, es una palabra utilizada en la rutina para descalificar a otros entre la gente """normal"""", en cuanto a crimenes o perversidad sexual, o utilizada en el mismo contexto en el que se usaría hijo de puta, y no precisamente en contexto irónico; no me importa dar por perdida esa batalla. A mi no me escucharás decir lo de mentales aunque lo digan personas que trabajan en el terreno y a las que aprecio. Y no pienso decir mentales sólo porque la RAE utilice ese término sustituyendo a loco. Y por lo que la RAE dictamina. La RAE no es Dios, y además son unos machistas en donde la mayoría son hombres, algunos con muchos menos menos méritos   para estar allí que muchas mujeres que no están. Pero bueno, ya se sabe que yo digo esto porque hago demagogia populista  para quedar bien con las mujeres y quedarme con sus votos, peloteo puro, todo mentira cínica y astuta, así que, que nadie se deje engañar, que aquí todo el mundo vamos a lo nuestro y los demás nos importan un rábano. Tú tranquil@ que este paréntesis en donde te he metido ya se terminará.  Y no sé si es lícito cambiar de párrafo en medio del paréntesis pero ahí que me voy.

      Y yo me meto con la RAE, no  para ganarme enemigos, sino por ir de guay. Que se me ve el plumero, vamos, y que todos somos muy capullos en el fondo y aquí el más tonto hace relojes, y el que no corre vuela, y que como todo el mundo es malo, ya sabéis, no se puede ser bueno, porque te machacan, y se aprovechan de uno, o sea, que te aclimatas (te conviertes en un cabrón más, para que los otros no te machaquen y puedas sobrevivir) o te machacan)), decíamos hace mil años, antes de este paréntesis digno del mismísimo Proust con doce años, que te podía abrir una digresión de estas en la página ochenta y cerrártela en la noventa para seguir con el hilo de la narración de la página ochenta, decíamos hace mil años, o empezabamos a decir que "el plantemiento teórico de lo que íbamos a hacer" unos cuantos enfermos psíquicos de un grupo, y sigo ya con el hilo,  junto con chicas jóvenes que necesitan reinserción social era genial.
    La chica que nos dirigió vale un montón pero estaba convaleciente de la epidemia de fiebres y pulmonías que tenemos y todo en teoría va bien, pero en la práctica se me acumularon los datos y me hice un buen lío, y no me centré nada, pues se juntaban emociones vividas ultimamente, además de que tenia cierta prisa pues tenía que ver a un amigo que no veía hace tiempo al terminar la actividad; un amigo  con el que había concertado cita, tras  meses sin vernos. Pitando salí, de manera que no recuerdo el tozo de caminata que hice desde que salí a la calle, hasta la parada del bus, más de medio kilómetro realizado entre ambos eventos (qué vocabulario, tío). En el autobús me recuerdo, pero tampoco en el camino entre la bajada de él y el camino al portal de mi amigo (otros 500 metros). 
        
        Te preguntarás qué tiene que ver esto con lo que he dicho antes sobre la bipolardad. Mucho; emoción en tabacalera, emoción con mi amigo que tras años muy duros se está poniendo bien, le bajan medicación y está contento. Hacía meses que no le veía y todo esto me hizo mucha ilusión. Por otra parte estoy consiguiendo ayudar un poco a dos personas, una de ellas es un amigo que voy a ver hoy y al que conocí hace meses, y su caso es muy duro. Es un héroe, aunque quien no le conoce puede pensar (mal) que es un atontado sedado y sin ningún interés. Ponte a hablarle con calma de tus sentimientos y verás cómo él se va relajando y entonces le hablas mucho más despacio que lo terremoto que eres con otros, te hace medir, su karma, tus propias palabras y la velocidad al decirlas, hablas más despacio y suave, y él, lo poco que habla cuando se va relajando y sonriendo ante tus palabras, y olvidándose de su mal, te va relajando a ti, de manera que te hace bien, el capullo. Y te da ejemplo, pues de nadie (personas) habla mal  y te sonríe cuando le sacas con una broma de su terror; es impresionante; por su horror puede tener cara de dirigirse al paredón, pero con la broma de afecto, le sale una sonrisa de un cariño que desarma. Una sonrisa amplia de un afecto y un calor humano multiplicado por mil. 14 años del trabajo a casa y de casa al trabajo.  Anteriormente otros trece no tan malos. Pero explota hace tiempo.

La otra persona a la que consigo apoyar un poco, también me hace mucho  bien al dejarse ayudar pero se me juntan estas emociones con otras: dificultades y miedos sobre lo que les  pasa a un par de familiares,  mezcladas con otras cosa también: la ilusión de ver hoy a gente que no veo hace tiempo y encima en mi cumple me felicita tanta gente con tanto cariño, y un cocktel de emociones buenas y malas, que me hacen asustarme un poco pues pienso que puedo ir hacia arriba y ahí es cuando la bipolaridad entra en juego y dices, he dormido poco, pienso muy rápido, demasiado rápido: CUI-DA-DI-TO chaval.

Porque cuando fui para arriba la primera vez, hace muchísimos años, no era consciente de que vendría una caída posterior, más contundente cuanto más arriba fui, y fue muy dura. Y tengo que tener cuidado. Pero saldré adelante. El problema es cuando las emociones se multiplican  vives con mucha intensidad lo bueno (hipersensibilidad) y con mucha intensidad lo malo (hipersensibilidad también). Estoy controlando ESA hipersensibilidad por intuición. La hiperreflexión analítica constante no vale en mi caso, aunque te parezca que la estoy haciendo. No. Salgo de mí por medio de este escrito para observarme como si fuera mi paciente y por intuición poder seguir adelante sin peligro; pero hoy toca trabajar más que otros días, estar atento, aunque para algunos trabajar sea sólo currar con nómina y  sueldo. No saben lo que se equivocan. Trabajar tus emociones para que no se desbroden y te lleven con ellas al despeñadero de arrba o abajo no es un juego de niños. Lo he dicho muchas veces. La enfermedad es mi trabajo y siempre preferí no tenerla, y currar con nómina y sueldo, que no  currar y tener que hacer equilibrismo emocional cada cierto tiempo, que es (te lo digo por centésima vez)  un trabajo complicado.

Un abrazo. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario