jueves, 2 de febrero de 2017

GANADORES QUE NO QUIEREN SERLO


     En el libro "Paseos con Robert Walser" Carl Seeling, autor del libro entrecomillado, y por medio del cual éste último da testimonio de algunas conversaciones que tuvo con el escritor que da título a ese  libro (joer Antxon, ya eres rebuscado a veces), hay una cita con la que di gracias a Vila-Matas, Enrique, novelista español (no sabéis lo mal que lo pasa uno diciendo esa palabra hasta por escrito; miedo, rozando fobia social); Vila Matas cita a Seeling citando a  Walser. Este último estaba internado en los antes llamados manicomios, de tan cuerdo que era, y os aseguro que esta vez no bromeo, y Carl Seeling le visitaba y daban paseos en los que se dieron lugar esas conversaciones sobre las que abunda el libro entrecomillado. Seeling al habla. O por escrito:
      "No olvidaré nunca aquella mañana de otoño en la que Walser y yo caminamos de Teufen a Speichen, a través de una niebla muy espesa. Le dije aquel día que quizás su obra duraría tanto como la de Gottfried Keller. Se plantó como si hubiese echado raíces en la tierra, me miró con suma gravedad y me dijo que, si me tomaba en serio su amistad, no le saliese jamás con semejantes cumplidos. Él, Robert Walser era un cero a la izquierda y quería ser olvidado".
           
        Puf, Freud nació 22 años antes que Walser y éste falleció 17 años después del fallecimiento de Freud. No sé si alguien que marcó un hito enorme en la psicología fue leido por Walser, que lo que menos quería en su vida, era, precisamente, marcar un hito. No creo que Walser se fiara mucho de Sigmund o si llegó a leer algo de aquél. De todas maneras voy a citar a Woody Allen interpretando un papel medio secundario en su película "A Roma con Amor"; la esposa del personaje interpretado por Allen todo lo psicologizaba o psicoanalizaba, especialmente a su marido. Ante uno de sus comentarios al respecto, el personaje interpretado por Allen (pero que podría estar diciendo lo que Allen pensaba en 2012) dice a su mujer: "Oye, dile a Freud que me devuelva las vueltas."
         Es muy probable que todo sea más sencillo y no necesitemos ni a Freud ni a Allen para entender a Walser. Ya conté algo sobre Walser en dos entradas de Blog: Este absolutamente atípico escritor, se tomaba la escritura como un trabajo cualquiera que le satisfacía, esas son sus palabras (un trabajo como otro cualquiera), huía del divismo, no frecuentó circulos literarios y no quiso hacerle la pelota a nadie. Y como consecuencia quizá, de esta sociedad tan loca, ya por 1924 (fecha de su ingreso en un psiquiátrico en el cual pasó unos años hasta ser trasladado a otro, donde falleció) Walser sólo se sentía cómodo en un sanatorio o psiquiátrico. Conocí a un tipo amable e inteligente en el psiquiátrico de San Sebastián, muy tranquilo allí: "Me llevan a Mondragon (lugar donde se decía y se dice que están los locos, no sabéis de que hablais los perfectamente cuerdos  a veces; el paréntesis es mío)". Ante esto le digo: "¿Cómo así?" Contesta: "Lo he pedido yo, si estás mejor dentro que fuera pues dentro." Me lo dijo con una pachorra sonriente el tío. Una auxiliar, en otro momento, le dijo: "O sea que te vas a Mondra, a vivir del cuento" ; yo, defensor de la humanidad, salí en su defensa pero él ni se tomó el esfuezo, ni se inmutó. Pero yo le dije a la auxiliar a ver si a ella le gustaría vivir en un psiquiátrico, y ella dijo que no, pero que lo decía para animarnos. Mejor dejarlo ahí. Que cada cual piense lo que quiera.
         Walser ha sido considerado un escritor extraordinario y en contra de sus deseos fue muy reconocido e influyó en otros autores de gran renombre posteriormente. Sí, ya sé que lo conté otra vez, pero es importante para mí repetirlo..
           Walser no quería destacar pero escribir le hizo destacar mucho a posteriori. Él, que sepamos, sigue muerto, pero todavía vende. Se horrorizaría si viese que hasta en la caritativa y cariñosa macroempresa FNAC, venden libros suyos. Por lo menos uno que yo vi, para ser totalmente honesto.
        Otra cita: Walser en persona al habla ahora: "Y si alguna vez una ola me levantase y me llevase hacia lo alto, allí donde impera la fuerza y el prestigio, haría pedazos las circunstancias que me han favorecido y me arrojaría yo mismo abajo, a las ínfimas e insignificantes tinieblas. Sólo en las regiones inferiores consigo respirar." TOMA. Quizá esa frase explique por qué decidio vivir en un psiquiátrico a los 46 años (1924) sin tener que recurrir a Freud. No quiso venderse a la sociedad cuerda. Demasiado racional y sensible, amante del amor y de la belleza y no del podio. Estremecedor. Querría pensar que en sus años finales conoció a gente tan hermosa como yo llegué a conocer en esos sitios. O cuando menos, en estados transitorios maravillosos de bondad y belleza interior. Aseguro que se mojan un poco los ojos, sólo de pensarlo.
          Ejemplo actual: Pepe Mujica, ex presidente de Uruguay, no aceptó que le llamaran el Mandela  latinoamericano: "Él se chupó muchos años más de cárcel" dijo al respectó. Más lejos: al escuchar a su entrevistador que algunas personas barajaban su nombre como nobel de la paz. Responde que eso no sería justo, que se lo dieran a título postumo a Gandhi o a otros. Refiriendose a un nobel de la paz de hace unos ocho años dice: "El mundo está lleno de guerras ¿y le dan el premio nobel de la paz? ¿Estamos locos?" Por cierto el propuesto por Mujica, que no Mújica, decía abiertamente en su autobiografía que no le gustaba que le llamaran "Mahatma" (maestro). Gandhi, por supuesto. Algunos de los llamados grandes hombres son muy conscientes de su pequeñez y de la del resto de los humanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario