jueves, 28 de abril de 2016

LA VIDA NO ES UN EXAMEN

DESDE MI PUNTO DE VISTA
TODOS VALEIS

      Por el mero hecho de haber nacido. Por ser seres humanos que hemos aterrizado en un lugar donde, por mucha palabrería que nos digan los que se piensan sabios (creerse sabio en una existencia tan misteriosa como ésta, es de ignorantes), no tenemos instrucciones, y la hoja de reclamación nos la devuelve la vida cada vez que se la damos. En blanco.
       No se trata de hacer. No se trata de demostrar. No se trata de ponerse retos. No hay nada que superar. ¿Superarse a sí mismo? ¿Yo supero a yo?. Entiendo lo que quieren decir pero me parece que es un problema semántico con el que yo he tenido problemas.
         
            Por ejemplo. 

        Tengo un amigo que estuvo a punto de perder la pierna en un terrible accidente. El médico se la quiso inmovilizar. Dijo que nanai. Que antes de eso prefería que se la cortasen y que ni una cosa ni otra. Esa pierna y lo que le ha hecho luchar el conseguir andar  a mi amigo con ella(todo su esfuerzo, esas carreras en las que llegaba el último, pero eso era lo de menos, él quería correr a pesar de todo, quería vivir) le han convertido en una persona con una fuerza interna como yo no he conocido en nadie. En nadie. 

         Esta persona trabaja para los que tienen otro tipo de minusvalías. Tuve la suerte de que fuera mi encargado en un taller para gente con minusvalía psíquica. Pero no la suerte de que fuera encargado. La suerte de conocerle, la suerte de que viera en mí lo que yo no veía. La suerte de que me ofreciera la amistad. La suerte de que me quisiera cuando yo no me quería y creía que "no valía" ni la centésima parte que él. Resulta que él veía la situación al revés. El hombre acaba de inventarse un trabajo, en el mejor sentido de la palabra "inventar", para hacer bicicletas para gente con minusvalía física. Las horas del día no le llegan para hacer todo lo que quiere y puede hacer.
         Repito: resulta que este hombre, cuando yo pensaba que no "valía" él pensaba que sí. Sé perfectamente que no era peloteo. Le conozco muy bien. Pero ahora pienso que él vale, yo también y también el resto del mundo. 
       Los únicos que no valen son los que se dedican a dañar al prójimo constantemente y como modo de vida; los que roban, los que violan, los que matan, los que hunden y desprecian a otros y les destruyen, los que no tienen compasión con los más indefensos. Los que llevan el mal dentro en dimensión gigantesca y que hacen el mal por puro placer de hacer mal a otros. A la cárcel todos. Allí es donde valen.

         Me refiero a otra cosa. Estar vivos, ser seres humanos y evitar hacer daño premeditado y constante a alguien ya es toda la superación. No tenemos que ponernos notas, no somos un producto a valorar. No debiéramos aplaudirnos cuando lo hemos conseguido y castigarnos por no haberlo hecho. ¿Conseguir qué? Es un milagro que tengamos, algunos, las necesidades básicas cubiertas, es un milagro que estemos vivos. Es un milagro que seamos. No debo exigirme cotas ni logros. No tenemos que hacer cosas para demostrar a los demás que valemos. DESDE MI FORMA DE VER LAS COSAS. No necesito "valer" para "valer" si es que se me puede entender. Mi felicidad no depende de la nota que yo me ponga cada puñetero día. No me pienso poner notas y no me quiero creer nada cuando me pongan un diez o cuando me pongan un cero. No es mi guerra. No es mi camino.
      ¿Ser útiles? ¿Somos objetos? ¿Hacer cosas?, ¿Evaluarnos? Y valorarnos según el resultado, claro; y de paso perdernos lo más importante: VIVIR. Tengo mucho cariño hacia personas que según los cánones del estúpido sueño americano, no valen, porque no hacen NADA. Sí que hacen. Mucho. Muchísimo. SON. Y viven. Y tienen que sufrir muchas veces, porque el sufrimiento viene con la vida. Que es algo que me dijo mi amigo el de la mágica pierna (como te admiro y quiero Aritz Martiarena. Zu ezagutzea bizitzan pasa zaiten gauzarik hoberenetako bat da).
     
         Yo no estoy escribiendo esto para demostrar que valgo. Lo estoy haciendo porque me sale (y necesito decir aquí una palabrota, porque ya está bien) de las pelotas. Y hago lo que me apetece, que no significa que sea un inmoral. Me apetece escribir, me apetece dar y recibir, me apetece querer y ayudar a mis padres, me apetece reír y hacer reír, me apetece disfrutar, e incluso sufrir si con ello consigo algo muy bueno para mí o para otros. Soy un hombre libre, a pesar de las inevitables limitaciones que mi cuerpo me produce, a pesar de los dolores.A pesar de que los neurotransmisores me hundan a veces en el agujero.
         
          Nos han comido el coco y nos han tomado el pelo. Y encima les obedecemos. Necesitan que creamos tonterías para que el chiringuito funcione. Me niego.
               
        El único esfuerzo que deseo hacer, lo único para lo que quiero poner voluntad o "superarme" es  para desengancharme de la cultura de las metas (y cuando llegas a esa meta, más metas, y más retos, y más metas;  y todos los días dependiendo   del auto-examen; no se trata de luchar; si vives y te aceptas, aunque no hagas NADA, ya estas haciendo TODO).
     
         "Pero es que no hace nada, está todo el día metid@ en esa tontería que no sirve para NADA."  ¿Y a ti qué te importa? No puedes quererla como es porque tienes dentro el dispositivo de cumplir, hacer, merecer, puntuar, conseguir. Y ves que a veces no puedes, porque es que además, por si no te hubieran exigido demasiado, tú sigues exigiéndote más. Y no soportas que esa persona no haga lo que tu te exiges de forma alocada. Déjale en paz, por favor, y practica el respeto y la tolerancia con las que se te llena la boca cuando hablas de forma solemne.

         Somos seres humanos, cuya única y más vital tarea es VIVIR. Si por medio de ello conseguimos HACER COSAS, genial, pero que eso sea una consecuencia, y si nos sale. Nunca una prioridad. La prioridad es VIVIR y lo estáis haciendo TODOS muy bien. Que yo sepa respiráis y muchas veces disfrutáis. Nunca me cansaré de presentar este punto de vista.

      CADA PERSONA ES UN CASO DISTINTO, CADA INDIVIDUO VALE POR LO QUE VALE, SI A ALGUNOS LES VA MUY BIEN EL ROLLO DE MARCARSE RETOS Y METAS Y OBJETIVOS GENIAL. SI OS HACE BIEN NO TENGO NADA QUE DECIR EN CONTRA. 

PERO NO ME SIGAIS VENDIENDO LA MOTO PORQUE TODO LO QUE HE ESCRITO ANTES DE ESTAS MAYUSCULAS EN NEGRITA ES SOLO MI OPINION, MUY VINCULADA A MIS PROPIAS EXPERIENCIAS, QUE EN CADA CASO SON DISTINTAS. 

   ES SOLO MI MODO DE VER LAS COSAS Y SI HA PARECIDO QUE QUIERO IMPONER MI VISION NO ES ESE MI OBJETIVO Y PIDO DISCULPAS. MI UNICO OBJETIVO ERA TRANQUILIZAR A LA GENTE QUE VIVE BAJO UNA AUTOPRESION QUE NO SOLO NO NECESITAN SINO QUE LES HACE MAL. PORQUE PIENSAN QUE NO VALEN. SE VEN COMO OBJETOS. COMO RESULTADOS DE EXAMENES DE EVALUACION. Y NO ES JUSTO QUE SE VEAN ASI. NO ES JUSTO QUE SE CASTIGUEN. PORQUE SON. MUCHO.
 POR FAVOR, VIVID Y DEJAD VIVIR... LO DIJO UN ILUSTRE: 

"NO JUZGUEIS Y NO SEREIS JUZGADOS." NADIE LE HICIMOS CASO.


     

lunes, 25 de abril de 2016

SER ALGUIEN EN ESTA VIDA



¿Te suena de algo, aunque lejano, la frase, "por ese camino, nunca llegarás a nada en la vida"?
Yo ya he llegado; no pienso decir a QUE.

Ya me desnudo demasiado en otros aspectos. Sólo que mi cabeza (no yo, la capulla de ella, que, por medio de enfermedad sumada a mensajes incoherentes que me lanzó esta sociedad, me machacó hasta ciertos tiempos no muy lejanos) no se reeduca de un día a otro, por mucho que veo el camino por el que voy, y en el que ya estoy y ES el que deseo, no quiero más, pues me gusta este camino, que está rozando lo suficiente ( me gustaría de manera Sobresaliente si no viera en ese mismo camino a millones de gente sin hogar, sin medicina, sin nada de lo que yo tengo); sí,  mi cabeza no se reeduca de un día para otro, repito; pues esa cabeza había sido muy gilipollas por el caos que se originó de una enfermedad que no me dejó organizar una personalidad mínimamente estable; el caos que originó la enfermedad, y no YO, queridos psiquiatras  regañadores (bueno, y no sólo psiquiatras estos últimos, sino gente que sabía mucho de la vida), se me presenta todavía en la cabecita, en forma de tics fascistas contra mi persona, que se van borrando sí, pero la cabecita, cuando estoy desprevenido, todavía pulsa mecanismos muy tontos. Los posos de toda la porquería que me mandó. Ya se irán, yo me voy por otro camino y no me pienso poner a hacerles caso, aunque me hagan daño. Pues esos mensajes en los que la cabeza me dice cuatro cosas bien dichas (cuatro tonterías, quise decir), no me los creo ya.

Eso. Ya he llegado a ALGO EN ESTA VIDA. Y ya está. Y ya está bien. Y ya era hora. No me vais a engañar más con cantos de sirena en forma de sutiles anuncios comerciales. He tirado el mando a distancia de selección de vuestros discursos destructivos a la basura.

Siempre suelo recordar una anécdota al respecto de estas historias. En la boda de mi hermana, una amiga de ella, que había sido profesora mía en COU letras, y por la que siento un enorme cariño y simpatía, dijo a mis padres, en mi presencia que "yo iba a llegar lejos" (yo tenía 19 años): Mi querida P.M, conociéndote como te conocí, sé que lo dijiste con un cariño y una bondad muy grandes. El problema no eras tú, nos han educado así a todos. Y yo me puse a obedecer, sin saber además que aparte del enemigo de unos mensajes externos alocados, pero tomados con mucha solemnidad, tenía también un enemigo dentro. Y así salió todo.

Ya lo he contado, seguro que también por escrito, pero me merece (a mí) la pena, repetírmelo. Mi querida pareja, precioso ángel de la guarda con la que estoy desde hace 12 años y medio, cuando le conté lo de la profesora amiga de mi hermana me dijo la frase más genial que he escuchado al respecto: "Ya has llegado lejos: al psiquiátrico"...Y me quiere.

La cabeza, entre otras tonterías que me suelta cuando estoy desprevenido, sin vivir el momento en donde estoy, lanza órdenes dictatoriales: "Escribiste un libro, luego otro sin editar que desperdigaste a pedazos en el blog, desde el 30 de septiembre hasta el veintidós de febrero; ahora debieras escribir otro, en vez de andar con lo del Facebook y el blog" Y me exige que cumpla con esa bobería. Y si me pongo a razonar con la imbecilidad de lo entrecomillado, que tiene demasiado que ver con "lo que hay que hacer en esta vida, objetivos que marcarse..." peor. Sólo le puedo decir esto:

 El objetivo, todos los objetivos, ya están cubiertos, atontada cabeza. Estoy en el objetivo (u objetivos ya), se acabaron los proyectos para ser feliz. No pienso ser  esclavo de esas ideas. Estoy vivo ahora, y escucho a Lehonard Cohen mientras escribo y tomo un cafecito con una calefacción insólita que tenemos que poner por mucho que estemos en abril.

¿Y me exiges más cosas, cabecita tirana? ¿Y quieres que me preocupe por esas chorradas? NO NO NO. No te das cuenta de que vivo como un burgués, no te das cuenta de que aunque tenga pesadillas por las noches y malas mañanas, de que a pesar de que me medico, de que a pesar de los malos ratos que los burguesitos tenemos, otros están viviendo en una pesadilla crónica, día tras día. Así que cabecita, yo estoy muy bien como estoy. Siendo yo.

domingo, 24 de abril de 2016

¿DIA DE COMO?

Hoy es el día del libro. Bueno, está a punto de acabarse. Unos minutos le quedan; ando tardísimo pues. Y el mismo día de hoy (23 de abril) de 1616 murieron Shakespeare y Cervantes. Celebramos con alegría el cuatrocientos aniversario.
Bueno, todos sabemos que en concreto la cosas no son así. Que Cervantes murió en realidad el 22 de abril de 1616 ya nos lo sabíamos todos.
Y también nos sabíamos, que, en realidad, Shakespeare murió el 3 de mayo de 1616 si nos ajustamos al calendario vigente. Nació el 23 de abril de la Inglaterra pos-isabelina (de la que todos sabemos un montón) que se regía por el calendario juliano, hasta que entró en vigor el calendario que coincide con el actual. Y por tanto el día exacto de su muerte fue el 3 de mayo.
Todos sabíamos que ni Cervantes murió hace hoy 400 años (hoy sería hace 400 años, más UN DIA, bien largo, por cierto (como el que se me ha hecho a mí este día posterior a los 400 años que llevaba muerto desde AYER, Miguel, con el que yo me tomé unos buenos jugos; éramos amigos, de toda la vida)) y que Shakespeare tampoco. Faltan 10 días para que se cumplan 400 años de su muerte.
Aunque yo, como todos, también sabía cosas tristes sobre Cervantes: entre ellas que a diferencia de la vida de su contemporáneo Lope de Vega, quien conoció desde joven el éxito como comediógrafo y poeta y también como seductor, la vida de Cervantes fue ciertamente una ininterrumpida serie de pequeños fracasos domésticos y profesionales, en la que no faltó ni el cautiverio, ni la injusta cárcel, ni la afrenta pública. No sólo no contaba con rentas, sino que le costaba atraerse los favores de mecenas o protectores; a ello se sumó una particular mala fortuna que lo persiguió durante toda su vida. Sólo en sus últimos años, tras el éxito de las dos partes del Quijote, conoció cierta tranquilidad y pudo gozar del reconocimiento hacia su obra, AUNQUE SIN LLEGAR NUNCA A SUPERAR LAS PENURIAS ECONOMICAS.
Por supuesto que me lo sabía. Como todo hijo de vecino.
También sabíamos todos que hasta el siglo XVIII(un siglo posterior a su muerte) William Shakespeare fue considerado únicamente como un genio difícil. Pero desde el siglo XIX, sus obras han conocido el reconocimiento que merecen en el mundo entero. Reconocimiento que todos sabemos que no merecen a ese nivel ni Jane Austen, ni George Elliot (era mujer y no se llamaba George; sino Mary Ann Evans; el camuflaje en nombre maculino le sirvió para ser reconocid@), ni Emily Bronte que en “Cumbres Borrascosas” se sitúa a la altura de las obras de Shakespeare, eso sí, siempre salvando las distancias que hay entre las mujeres y los hombres (me parece tristísimo tener que decir que estoy utilizando una cosa que llaman IRONIA), reconocimiento que tampoco se han merecido sus dos hermanas Charlotte y Ann. Vuelvo a repetir, hay una cosa que se llama ironía; me entristece tener que recordarlo.
Fuera de toda broma o Ironía, casi todo lo que digo sobre Shakespeare y Cervantes (excluyendo, eso sí, sobre todo, lo de los tragos que me tomé con este último, que eso si que me lo sabía, pues es verdad), lo acabo de saber por medio de Internet.
Ángel, tú y yo sabemos que dentro de 400 años serás considerado el mejor escritor de la historia.

¡¡ESTAN TONTOS ESTOS HUMANOS:T.O..........!!!


Existían en estas tierras, tres articulistas de revistas muy importantes que se ponían las botas cada Domingo, criticando al resto del mundo en forma de artículos dominicales. Y hablo en pasado porque ahora igual no lo hacen. Y digo igual, porque el médico me prohibió leerles. Pueden haber cambiado.
   
Pero en un pasado no muy lejano era normal que los articulistas hicieran eso; nadie podía llegar a ser tan MACHO como ellos. Si en el mundo fuéramos exactamente siete mil millones de personas, yo entendía, o interpretaba  muy mal, que cuando hablaban mal de todos, estaban hablando de las 6.999.999.999 personas que no somos como el que escribía cada uno de esos artículos, y que no nos enterábamos de lo que valía un peine.


Pienso que lo que les ocurría es que no soportaban sus propios fallos humanos, y cuando los veían presentes en otras personas iban a  por esas personas (de hecho, el más humilde de ellos llegó a decir que era insoportable la soberbia de Ada Colau; como no sigo la política creo que esa mujer ha sido alcaldesa de Barcelona y seguro que todavía lo es porque me hubiera enterado, por mucho que ya no lea periódicos ni vea telediarios).
Yo creo en lo que he dicho hasta aquí  porque me parece de manual vivencial. No hace falta haber leído a Freud, ni haber estudiado psicología. Basta con haber pasado algunas temporadas en un par de psiquiátricos. Allí nadie se puede esconder ases en la manga, como se hace fuera.
(Pero ¿Cómo me atrevo a descalificar a tres personas? Porque en el fondo, por mucho que vaya de listo, está claro que soy un envidioso y no soporto que haya gente superior a mí, y pienso, en mi subconsciente, que en el fondo lo son, a pesar de su prepotencia.)

Si no tuviéramos en cuenta el hecho de que mi subconsciente se acaba de meter entre paréntesis, tendría que ser lo suficientemente consciente como para darme cuenta de que estoy haciendo con ellos exactamente lo mismo que les critico que hacían con otros. Y como el hombre más insólito que he conocido, dijo que la honestidad intelectual es la base de todo, pues sí, tengo que reconocer que soy igual (o mucho peor) que esos a los que he comenzado criticando. Igual de mediocre, o peor.

Los marcianos, que existen, vaya si existen, (de hecho el otro día hablé con un par de ellos) me contaron que ellos tienen un dicho sobre nosotros: cuando nos ven cómo andamos en el planeta tierra, la expresión que suelen utilizar es “están tontos estos humanos”.

Me dijeron que se compadecían de nosotros pues no salimos adelante por una grave enfermedad que tenemos todos: dicen que a nuestra enfermedad le llaman “el trastorno del orgullo”; que hablamos de legitimidad moral, de dignidad y de valores, de solidaridad y de otras cosas, pero que nuestro “T.O” (a partir ahora al “trastorno del orgullo”, lo llamaré “T.O”) nos hace mal y esa enfermedad, hace que vayamos todos cuesta abajo y sin frenos.
Vamos, que el T.O, es el que hace ir al mundo a peor. Y que la tenemos todos, salvo una tal Susana, que es la pareja de un terrícola que se llama Antxon Rabella  que anda, este último, diciendo o escribiendo muchas chorradas por internet. Dicen que Susana es como ellos, que le da lo mismo que le digan que es muy buena y maravillosa y muy agradable, o que le digan que es una superficial y una tonta del bote. A ella esas cosas, elogios o descalificaciones, le entran por un oído y le salen por el otro. Que no conocen más casos.  Y que ella se libra de muchos tonterías por las que sufrimos los terrícolas, al no padecer T.O. Que por lo visto, la enviaron ellos mismos a hacerle compañía a un tal Rabella, que andaba muy perdido, y que sin esa marciana tan poderosa, el tal Antxon no habría salido adelante. Lo único malo que se ha provocado con el bien de Susana, es que su novio, al salir adelante diga: Donde dije digo, digo Diego.

Pues eso es lo que opinan los marcianos de nosotros, que nos miran con mucha compasión por nuestro “T.O” : “Están tontos estos humanos...”

miércoles, 20 de abril de 2016

NUNCA ENTENDERAN



 A aquellos compañeros que están en sus crisis más torturadoras, en el vacío, en el miedo abismal, en la incertidumbre tenebrosa del pánico. Encerrados en sus brutales crisis; sólo descansáis del infierno al dormir, y,  a pesar de la medicación, a veces, vuestra vida es una crisis de ansiedad crónica. Qué infierno sentís. Qué solos, qué desesperanzados, qué extranjeros en vosotros mismos. Rotos, hundidos, pensando que si acabáis con vosotros mismos, todos los problemas se acabarán, y que quizá queréis  hacerlo o penséis  en ello.

No hagáis caso a los del "Pon de tu parte", ni  a los del "¿Qué te crees que los demás no tenemos problemas?  A los demás también nos cuesta", al "Deja de compadecerte".  Esta última es de traca (pero no de risa, sino de impotencia). Se interpreta mal la palabra compadecerse. Yo no la veo como lamento lastimero continuo. Es otra cosa. Porque debemos de tener capacidad de compasión con el prójimo, pero, vaya, con nosotros no. No os quejéis delante de ignorantes que no entienden, que nunca han entendido y nunca entenderán. Porque no lo han vivido. Repito, no lo han vivido. En ese sentido, sobre vosotros, no saben nada y creen que lo saben. No hagáis caso a los del "deja de compadecerte y disfruta de lo que tienes". No saben que tú, no puedes ni siquiera disfrutar de nada.  Ni de novias ni de amigos.

 No os digáis, por favor, "pobre de mí", "no valgo nada". Valéis muchísimo aunque la cabeza diga que no. No tenéis que demostrarle nada a nadie. No os valoréis por si sois o no útiles. Vosotros, los más castigados, os soléis convertir en personas buenísimas pasadas las crisis. ¿Sabéis por qué? Porque habéis sentido un tipo de soledad tan afectivamente brutal, cuando no os podía curar el cariño,  porque no lo recibías de hecho (a cambio habéis tenido que escuchar regañinas de incomprensión), y por tanto no podíais darlo,  que cuando estáis bien, tenéis tal necesidad de querer y ser queridos, que es la mejor recompensa: el afecto multiplicado en vuestro interior cuando respiráis. Y queréis hacer bien. Os sale de forma natural.

Lo más básico: Compadeceos, en el sentido más sano de la palabra, que quiere decir, trataos con cariño aunque estéis mal, aunque lo hagáis mal. Sois seres humanos respetables. Por mucho que la cabeza y las ideas negativas os insulten, no peleéis contra ellas; buscad, si tenéis fuerza, aquello que os guste, sed egoístas en eso, lo importante es salir, y tratad de disfrutar, os lo merecéis, qué narices. Con todo ese sufrimiento os merecéis regalaros cosas buenas (no hablo de lo material, aunque si  se puede, también)...No hagáis caso de los estúpidos mensajes "culturales"...
  
Compadeceos en silencio, con cariño, con amor, con fuerza, con dolor, con lágrimas, con todo; quereos con todas vuestras cosas malas y buenas, trataos bien; no os castiguéis porque otros os castiguen con sus juicios. No es vuestra guerra convencerle a nadie de nada. Nuestra guerra es aceptar, dejar de luchar contra nosotros, y darnos buenos momentos; no penséis en la culpa, no la tenéis; si os dejáis disfrutar, el mal se va a ir yendo. Mandad a la mierda al deber y a la culpa. No soy mal hablado, pero en este terreno tan duro y radical, repito, mandad al deber y a la culpa a la mierda, a la puta mierda; no se merecen que les prestéis cortesía, porque os maltratan. Estaréis mejor, seréis mejores personas sin ellas. Buscad a gente que viva la misma experiencia que vosotros, os vais a querer en seguida, os vais a comprender sin palabras.
     
Compadeceos del ser humano sufriente que sois, con cariño, con regalos en forma de canciones, de paseos, de películas, del amor que podáis dar (como a ti mismo, nunca más que a ti mismo) y recibid el amor con los brazos bien abiertos. Siempre hay alguien, no estáis solos, pues aunque lo estéis físicamente, tenéis a alguien que os quiera, que os respete, que os ame. Sois  vosotros mismos. No olvidéis que sois grandes, sólo por ser seres humanos, estéis como estéis.

LAS TILDES ME DESCALIFICAN

      
   Cuando en el colegio se dedicaron solamente (que es una palabra muy útil a utilizar para no meter la pata y así no poner sólo con tilde  cuando dices: "Estoy solo (ahí, ahí, sin tilde, ahí sí) pues mi mujer y mis hijos me han abandonado")), decíamos hace tres paréntesis, cuando en el colegio se dedicaron solamente, e intensa y extensivamente, a explicar cuándo había que poner tildes y cuándo no a las palabras, y por qué había que ponerlas o no, y según qué reglas había que colocarlas en algunas palabras, yo me encontraba ingresado en el hospital con una neumonía grave durante el mes dedicado al asunto de las tildes. 
      Los que asistieron a esas clases atildadas, en las cuales se explicó lo de las agudas, llanas y esdrújulas, durante aquel mes desafortunado para mí, con neumonía hóspitálizado, lo aprendiérón múy bién. Yo Nó. 
     No me entró en el temario y me aprobaban lengua y literatura, sin decirme, "eh chaval, tú con esas carencias no debes hacer la selectividad..."...........
     
         Y esóóó, me hace sentirme muy solamente solo. Pero mejor solo que mal acompañado con una tilde cuando no hay que ponerla y yo la pongo.
       
       

FUERTES Y DÉBILES

 
Se nos ha dado a entender muchas veces que en esta vida hay que ser ganador/a (triunfar y toda la historia del sueño americano que está empezando a gastarse bastante, por suerte; pero ahí sigue; enciende la televisión un momento y delante de nuestras narices hay gente "muy fuerte"). Antes de la crisis había gente que se planteaba la vida en estos términos: "Aquí quien manda es don dinero, así que..." Así que nos haremos sus esclavos, para ser felices, como en los anuncios: Supongo que esta última frase antes de los dos últimos puntos, sería la que rellenaría los puntos suspensivos de lo entrecomillado. Todavía hay mucha gente con ese planteamiento.
Para ser ganador, hay que ser fuerte. Según demasiados programas de televisión y demasiadas películas, ser fuerte es saber imponer tu fuerza ante el "supuesto enemigo"; ser fuerte es saber dar un fuerte puñetazo en la mesa para poner orden y para que se vea quién manda aquí, y quién los tiene mejor puestos... (un inciso; espero que, por mucha razón que puedan tener, no sean los miembros del partido "Podemos", (a quienes voté), los que suban videos a youtube con títulos del tipo "Iglesias se merienda a una periodista facha",
 "Iglesias, puto amo, le da un zasca al impresentable de..." "El miembro X de Podemos humilla a un listillo de..."; y lo espero porque ese tipo de actitud les perjudica a ellos a la larga, pues no estamos en el recreo del colegio y la mejor técnica para mí, es no hacer aprecio (aunque sea supuestamente defensivo),  o razonar sin faltar o sin humillar al que te intenta humillar; sé que eso es muy difícil, pues yo mismo caigo en esa actitud ciertas veces, pero.....)))...
Ser fuerte y ganador es poner zancadillas a los cabrones (y por lo visto, poner zancadillas no convierte en cabrón al que las hace) aclimatarte antes de que te machaquen. Ser fuerte es incompatible con ser bueno según estas teorías. Porque si eres bueno te machacan.
Bueno, para mí, no hay mayor fortaleza que la que da el amor con mayúsculas, no hay poder más intenso y feliz que el afecto en su mayor dimensión. No se trata de poner la otra mejilla sino evitar al violento, salvo para defenderte de él directamente si va a por ti . 

Por mucho dolor que se pueda sentir, si nos mantenemos, y tratamos de no arreglarlo machacando a otro/a, lo cual, a la larga va a crear más violencia y más dolor y odio (que es un sentimiento, que en las entrañas de uno mismo hace más daño que el peor enemigo) al final, tendremos una recompensa interior genial. No sin dolor. La felicidad hay que pagarla a veces con fuertes cotas de dolor, pero termina llegando. Y es mucho más plena si nos mantenemos ante el daño.
Estoy tratando de llevar esta teoría a la vida desde hace poco y no sé si todo serán palabras y puede que yo mismo vuelva a caer en la estupidez de contestar al energúmeno como otro energúmeno.
Pero hay una cosa que me da valor. No tengo nada que perder. Un amable periodista, al respecto de la enfermedad psíquica de alguien que contó sus experiencias alrededor de ésta, citó a G.K Chesterton con estas palabras: "Loco no es aquel que pierde la razón; loco es aquel que ha perdido todo, menos la razón"; y menos el corazón se le puede añadir.
Para los cristianos, cuando escribí este texto, moría torturado su ser más representativo.

Ese ser representa, desgraciadamente, a muchos, a demasiados, a todos los excluidos y desfavorecidos, a todos los refugiados, torturados, desposeídos de tierra y casa por la guerra, a los familiares de gente inocente que muere por la ambición de grandes potencias, a todos los que están en hospitales, muriendo unos, deseándolo otros, pasando por situaciones de malestar extremo. Nuestra impotencia es grande y no podemos entender como un Dios puede permitir eso. Prefiero mantener la calma en vez de enfadarme con el mundo, con Dios, y con quien sea cuando hay que sufrir en carne propia los golpes de enfermedades crueles, o de situaciones difíciles. Luego suele llegar una gran alegría en forma de lágrimas de felicidad.

Espero no quedarme en la teoría. Tengo que tener en cuenta que somos humanos y no super-héroes. Pero eso no quita para intentar hacer todo lo que se pueda, por mucho que eso no signifique nada ante los focos de lo supuestamente "importante, brillante, o destacable" en esta sociedad.

GOD BLESS AFRICA AND THE REFUGEES. FORGIVE EUROPE AND USA, BECAUSE, AS YOU SAID WITH YOUR REAL CROSS, TORTURED AND BEFORE EXPIRING, "THEY DON'T KNOW WHAT THEY ARE DOING"...
 



 

 


 
 

viernes, 15 de abril de 2016

QUÉ ES ESCRIBIR BIEN


              Entro en este cuadrado de mi blog, que enmarcaría un hipotético texto mío, si es que al final sale, a tumba abierta y sin tener ni idea de qué es lo que voy a a escribir, sin saber de qué va a ir la historia. Por eso pongo el título al final. Si lo pongo al principio me siento en la cárcel del tema elegido y no puedo volar.
            Yo, sobre los escritores, he escuchado mucho la mítica frase del pánico a la hoja en blanco, de cómo rellenarla, o de la cantidad de material en forma de hojas, cuando escribían a máquina, que rompían tras horas de esfuerzo haciéndolas. Me suena ("¿me suena?"; expresión nada fiable en terreno de citas) que Flaubert dijo una frase al respecto, del tipo: "Esta tarde he puesto una coma, y al final la he tenido que quitar." Ese había sido todo su trabajo literario de horas de reflexión y atormentadas dudas delante del papel. Y mira que yo soy perfeccionista pero si esa frase que me suena, fuera cierta, Dios mío, escribir debía de ser una tortura para quienes quisieran alcanzar la gloria literaria por medio de la perfección en la forma y en el  fondo.
              
             Pero es que para mí, que tengo la suerte de que escribir me hace disfrutar (algo bueno, aparte de Susana, tenía que haberme tocado), lo bueno de la literatura, es que no es ciencia exacta, es que admite la imperfección. Es más, esa imperfección puede ser más bella que la fría matemática de la perfección literaria (si existiera): bien, sí, bonito, pero no me hace sentir nada.
         
            También me suena (la verdad es que no tengo vergüenza; qué poca seriedad; qué  forma tan literalmente indocumentada para escribir; "¿te suena?; tú lo que eres, es un perroflauta de la pseudoescritura"; por cierto ¿Será correcto decir "tú lo que eres, es un perroflauta"? ¿Dos veces seguidas el verbo ser aún en tiempos verbales diferentes? Me da igual, hoy busco el desmelene punk o hippie  pseudoliterario... ( no te engañes, es una excusa para justificar los fallos)), también me suena, decíamos hace unos minutos, que Borges hacía, tras un arduo esfuerzo, un primer borrador de un cuento,  y luego escribía otro borrador sobre el primero, otro sobre éste etc etc; nunca llegaba a estar contento del todo con cada nuevo borrador y decía que solía comentarle a su amigo Bioy Casares, también escritor y con el que escribió, por lo menos, un libro a cuatro manos, que en realidad él lo que hacía era entregar el último de sus borradores a la editorial, como texto definitivo y por aburrimiento, pues él podría seguir perfeccionándolo... El perfeccionismo literario te puede volver loco, porque, ¿Dónde está la barrera entre lo correcto y lo no correcto en la literatura? Es más, "corrección" es una palabra que me casa fatal en la cabeza para referirme a la literatura. Luego diré qué es lo que pienso sobre la expresión "escribir bien".
        
           Francamente, y como diría Angel Mosterin, yo de estos temas no tengo ni idea; pero temerariamente voy a opinar (una opinión que puede ser disparatada, pero opinión) que para mí la literatura es duda, obsesión (hermana del miedo) y sentimiento universal hecho letras o arte, y la duda, la obsesión y el sentimiento general no admiten las frías ciencias exactas, pues en la expresión del sentimiento y la duda puede haber un sólo paso entre lo ridículo y lo sublime. Y no lo digo yo (expresión esta última que utiliza mucho Pablo Iglesias), lo de que en las artes hay un solo paso entre lo ridículo y lo sublime, lo dijo el cantante de Siniestro Total, que es una autoridad literaria, no tan alta como la mía pero autoridad. ¿Ves? Ya estoy haciendo el ridículo por querer ser graciosamente sublime.... Pero a pesar de hacérnoslo pasar mal, a mi parecer, la duda  o la obsesión (hermanita del miedo), son el material con el que se cocina la belleza artística. Y también el humor. Es más, el humor nos compensa de los malos ratos que pasamos por la incertidumbre o las obsesiones universales, utilizando éstas mismas, paradójicamente. Aunque igual estoy diciendo chorradas.

           Marcel Proust iba más lejos en la búsqueda de la perfección literaria; corregía, corregía y no dejaba de corregir; reescritura tras reescritura (el escritor Javier Cercas dice que le encanta reescribir, por cierto), y al final, entregaba el supuestamente definitivo texto. Hay fotos en las que se observan libros ya editados y supongo que salidos a la venta, de Proust, en los que se ven correcciones a bolígrafo o a pluma  del propio Proust  en su propio libro ya editado y salido a la venta. Yo pasé años buscando el libro perfecto; para leerlo me refiero; nunca lo encontré.
       
     No suelo tener problemas ni sufrimientos al escribir (por eso cometo fallos en tildes, en puntuación y meto palabras que sobran, aunque otras veces faltan); escribir, ya lo repetí dos veces,  me cuesta menos que leer aunque también me gusta leer y disfruto con la lectura; yo he sido perfeccionista pero en el comportamiento  (y todavía lo soy, más de lo que me gustaría), lo que me hizo meter la pata y pasarlo mal demasiadas veces...
       
        Y ahora qué digo. Lo que te dé la gana. Pues eso, que creo que la vaca no da hoy para más, que a pesar de que quieras espantar malos espíritus (o por lo menos incómodos espíritus interiores) por medio de la escritura, no siempre se le ocurren a uno cosas minimamente dignas de ser publicadas una vez escritas... Hace unos años un amigo me dijo que había un escritor, que era un obseso de la escritura, que no podía dejar de escribir casi todo el tiempo, rozando la locura, y que escribía en una especie de diario todo lo que le pasaba, no sólo por la cabeza, sino en cuanto experiencia práctica también. Que llegaba a decir cosas como "He apagado el gas". Y le publicaban esas cosas.
         
          Hoy en día es peor; con internet,  hasta los más idiotas podemos publicar en blogs gratuitos y hasta en el facebook; y como dijo una mujer muy sabia los mediocres publicamos mucha morralla....
    
       Cambiando de tema de forma insolente y absolutamente irresponsable (que es el lujo que nos podemos permitir los mediocres): Yo lo que no quiero pensar en esta vida es, por qué pensaré lo que suelo pensar que pienso que solía pensar cuando pensaba todo lo que no quería pensar si me ponía a pensar según qué cosas. Nunca me perdones por esta última frase, lector; y si te has tenido que ir al psiquiátrico por ella te visitaré todos los días.
          
         Ay Dios mío: Pensar, pensar, tanto llegué a pensar que al final ni yo mismo llegué a saber qué era lo que pensaba realmente. O lo que es peor, nunca estaba seguro de si lo que pensaba a cada segundo era lo correcto, y como el pensamiento del sentimiento, precedía (ansioso, impaciente, impulsivo y con mucha presión y  con una agonizante sensación de incertidumbre) al comportamiento, pues  la acción que llevaba a cabo en la práctica, me producía,  consecuentemente, una tormentosa duda de si lo que hacía era lo correcto o no. Me vigilaba como un policía torturador, dudando y poniendo en cuestión cada pensamiento y cada acción consecuente a ese pensamiento. Qué infierno. Y cómo respiro ahora. 
      
           Salí. ¿Publicaré esta basura? ¿Es basura lo que he escrito? ¿Le doy a publicar y lo llevo al facebook o lo eliminaré enseguida? QUE MAS DA. HAZ LO QUE TE DE LA GANA, me dice el psiquiatra que tengo en mi interior, que acaba de darle una gran paliza a mi vigilante y torturador policía que me quiere machacar con la conciencia del DEBER de las cosas bien hechas, y no me quiere dejar disfrutar. 

               En cuanto a la cuestión de, en qué consiste escribir bien, yo no lo sé. Me tranquiliza saber, que Roberto Bolaño, antes de autodenominarse novelista de vanguardia, escribía y leía mucha poesía y cuando le preguntaron qué era poesía para él, contestó con mucha sinceridad: " No sé qué es poesía". Yo le creí.Y le creo, aunque esté muerto.
                   
             Bueno, algunos me dicen que escribo bien. Mi prima, con respecto a lo que publiqué sobre Rosa Montero hace unos días, me dijo, nada menos, que, esto: "Estás a la altura de ellos cuando escriben artículos dominicales". 
        Sinceramente, de verdad, sinceramente, yo no tengo ni idea de si lo dicho por mi prima es cierto; no me preocupa, de verdad, será que es algo con lo que me he encontrado de churro. Será que al haberme puesto retos muy altos en mi lectura (Marías novelista, Proust, Thomas Mann, Borges, Tolstoi en novelas cortas, Auster, Cercas (infravalorados y grandes escritores)...; releo lo anterior y veo lo machista que fui al elegir escritores; gracias a Dios que la gran Montero me está llevando a otros terrenos interesantes)), al haberme puesto retos muy altos en mi lectura (pido disculpas a los que les irrita mi maldita manía de usar paréntesis que les hacen perder el hilo; en defensa de esto, algunos escritores dirían que son exigentes con el lector; no: volvéis/volvemos locos al lector) por tercera vez pues, digo, al haberme puesto retos altos en mi lectura, mis escritos me parecen vulgares y corrientes. Pero como esto le pasaba al mismísimo Borges, "Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído" dijo en un poema, pues igual es que soy bueno. Y aseguro que no escribo esto buscando mimos del tipo "Pues claro que eres bueno tío". Lo aseguro. Sólo sé que no sé qué es escribir bien.
          

jueves, 14 de abril de 2016

AMIGOS DE VERDAD

El mundo oficialmente guay: "Bataren atzetik bestea, egun multzoa, eta horri, jendeak deritzo bizitzea; ta zeatik deritzo bizitzea?" "Uno tras otro, un conjunto de días y a eso la gente le llama vivir; ¿Y por qué le llama vivir?" Joxe Mari Iturralde.


SE BIEN DONDE ESTAN
  
         Se está muy bien entre los “condescendientemente” llamados excluidos muchas veces.  Quiero estar con gente que no es cool, con gente que no es guay, con gente que no es fascinante, con gente que no es socialmente interesante (para mí lo son, mucho); son el espejo en el que me miro con paz, nos miramos con tranquilidad entre nosotros. Los mal llamados pequeños son mucho más cálidos que las grandes personalidades. Fachadas.
        
         Estar con los supuestamente excluidos, es una especie de, encontrarte en un lugar llamado CASA, a la única que pertenezco; yo no soy de ninguna nación, yo soy de ellos y ellos están conmigo. Ese es mi único nacionalismo.
       
        El mundo de los que saben montárselo muy bien, de los victoriosos, es un sitio donde hace mucho frío, es un sitio donde hay que actuar en un teatro, es un sitio donde no se puede decir la verdad (lo que uno siente como verdad); es un lugar de alimento del ego, que suele terminar en discusión, disimulo y enorme hipocresía; es un lugar de máscaras; y  como si no fueran suficientes las mentiras que nos decimos, ahí se les da cobertura pública; es un sitio donde acentúo mi insatisfacción y donde, repito, el ego, el amigo que hay que aceptar, te puede hacer mucho daño. Porque para no quedarte fuera del rebaño, tienes que actuar, aparentar que eres tan de puta madre como los demás. El problema es que yo no quiero ser de puta madre. No en el contexto del que hablo. Porque se toman confianzas que nunca les diste; te dirán cínico, fantasma, que estás siempre con la pena en la boca, que tienes que hacer X, que no seas un robot, que esto y lo otro. Pero aun sabiendo que yo no quiero estar en esas zonas de "éxito", yo soy igual o peor que los que andan peleándose por eso, o dicen esas cosas; aunque me gustaría no serlo.

     El mundo de la paz y del cariño sincero, el mundo de la sonrisa espontánea, el mundo del encanto de dar y recibir de manera espontánea, está en los pequeños de mi CASA, que para mí son los más grandes. El mundo donde uno se puede mostrar tal y como es, en donde no hay que fingir para ser aceptado, está donde ellos están. Qué bellos son mis amigos de verdad, qué generosos con los que pertenecen a una vida que les ha tratado tan mal. Qué lecciones me dan sin que ellos lo sepan. Porque ellos viven con naturalidad su descanso, tras haber sido magullados y torturados. Cuando ya la vida les dio tregua, simplemente respiraron el aire con una paz que nunca antes habían sentido, pues cuando la tuvieron hicieron lo que les dijeron  "que había que hacer en esta vida”, y se pusieron a ello de forma humanamente antinatural.  Es curioso, pero gratificante, que uno de los guays cantara “…qué difícil es buscar la paz, convivir venciendo a los demás, nuestra sociedad es un buen invento para el mal”. Sí, un sistema basado en la competitividad, está provocando tantos muertos inocentes como los que se produjeron por una forma fatal de entender el comunismo. Stalin no era mucho peor que aquellos que, para mantener una dictadura económica, con la que dominan el mundo, no dudan en dar órdenes que, de manera "colateral", provocan grandes calamidades. Muertos inocentes.
        
        En CASA, nadie te juzga, nadie te regaña, nadie te indica COMO hacer las cosas, nadie gana, nadie pierde, sólo nuestra serenidad común, que en ese lugar viene de la aceptación del otro, tal como es. Es bien evidente por qué razón, en CASA, nadie margina a nadie, nadie considera a nadie un freaky, un rarito, un tipejo raro a esquivar. Es evidente, sí, porque cada una de las, digamos 16 personas que se reúnen allí, ha pasado por etapas en las cuales “no aportaban”. Y no solemos querer estar con gente que no nos aporta. Lo que ocurre es que cuando has sido uno de los que no aportaban, y los demás (como hubieras hecho tú) te han dejado de lado, cuando llegas a CASA, ves que hasta el/la que sería considerado el último mono, tiene cariño que recibir y hasta te lo da con una simple sonrisa de aceptación y cariño de verse aceptada/o; muy a pesar de encontrarse en el infierno, sonríe agradecida/o a tu caricia que te  sale de dentro. ¿Cómo va uno a dejar de lado a la persona que habla poco o que no aporta socialmente si ese uno fuiste tú mismo? Es más, lo sigues siendo, lo somos todos cuando la suerte y las circunstancias se nos tuercen en este mundo tan violento humanamente. Puedes estar roto y no tienes que "mantener el tipo", no importa que te vean llorar, no importa que te vean mal, no importa que te vean "débil" o "apocado", o que te contradigas, o que seas incoherente, o que estés perdido en la vida. Allí, ante eso, ellos sonríen con cariño hacia el otro, pues anduvieron y andan igual.  Ahí estamos a salvo de  cosas  desagradables y cínicas...
       Se habla de que cada uno lleva dentro lo mejor y lo peor. En CASA, nadie lleva lo mejor ni lo peor. Ahí cada uno sólo lleva su alma sin disfrazar, su circunstancia humana en estado puro. Por eso nos gusta tanto ir a nuestro territorio, a esa casa nuestra, que dejaré de escribir con mayúsculas, a esa nación a donde uno/a vuelve cada día para sobrellevar todas las caras adustas del autobús o la inhumanidad de calles en donde ya nadie habla con nadie. Es cuestión de  ver que la cruz tuvo y tiene grandes recompensas, que la resurrección no es, de momento, la de la otra vida, sino que está allí donde vamos los de casa, allí donde somos refugiados en el sentido más confortable y reconfortante de la palabra. Todos los días, y sin esfuerzo, recompensados por la paliza; todas las cicatrices, aun cerradas, desaparecen con ellos. Es entrar y sentir un, yo soy de aquí, este es mi fuego de la chimenea ante todo lo gris, lo frío y el auto-bombo individual de marketing social que se lleva lejos de esa chimenea y que termina por introducirse en uno. Algunos dirán que llevamos el mal dentro, de forma intrínseca. Me gustaría que me lo demostrasen. Porque pienso que en esencia no son así, sino que les gusta ser así. Yo con esa gente, ni para cruzar la acera. Si quieren ser malos, adelante, pero que conmigo no cuenten.
    
        Cuando no hay nada por lo que competir, la gente sonríe, por lo menos en mi experiencia en ese territorio del que estoy hablando.
        
          No busco contar algo bonito o feo; busco contar lo que siento. Y en CASA, el sol aparece en fraternidad, tras años de terribles tempestades.

martes, 12 de abril de 2016

ROSA MONTERO

LITERATURA HUMANA EN MOVIMIENTO

A finales de Junio de 2013, y por recomendación de mi prima (a quien debo la literatura, en la que me introdujo por medio de otro novelista) leí, en dos días, “La ridícula idea de no volver a verte”, de Rosa Montero; me la he vuelto a leer a pedacitos; de hecho estoy todavía en las últimas 7 páginas, terminándolo.

Tras aquella lectura leí “La loca de la casa”, también de la misma autora (me lo releí hace unos meses también) y posteriormente, otra tercera obra de Rosa Montero “El amor de mi vida”. En este último libro, Rosa Montero habla de los libros que le han gustado y que le habían hecho muy feliz, pues leer es para ella una fuente de disfrute enorme, con reflexiones encantadoras. Es más, Rosa Montero necesita leer literatura como una forma de respirar y de reconciliarse o de relacionarse con la vida. Mi prima opina, cómo la propia Rosa, que la literatura salva la vida. Hace un rato me ha salido sin querer la expresión “reflexiones encantadoras”; quizá haya ocurrido que algún tipo de magia ha hecho aparición en este escrito, pues la palabra “encantadora”, define a la Rosa Montero que yo conozco. Y es que en los dos libros nombrados al principio, Rosa Montero se muestra así. Y por lo que contaré luego, esa palabra se afianzará más, por lo menos desde mi punto de vista.

En el libro “La loca de la casa” y también en “La ridícula idea de no volver a verte”, Rosa Montero se te dirige de tú, se pone a tu nivel, te hace confidencias, se ríe de ella misma o habla sin rubor de sus propios fallos o miserias. Todo ello tras el trasfondo del tema general, en el caso del segundo libro nombrado: la vida y logros de la heroica mujer que fue Marie Curie. En ningún momento se pone como referente ni como ejemplo de nada. Cuando le lees en los libros híbridos que no son ni novela, ni ensayo, ni nada que se pueda clasificar con un solo término, tienes la sensación de que ella quiere hacer al lector partícipe activo de lo que cuenta. Es como si hablase contigo pero de una manera verbal de alto nivel literario. Esto resulta muy gratificante porque te pones a reflexionar con ella de forma fascinante y es como si tuvieras la suerte de estar hablando con ella de cosas muy interesantes. Todo esto, acompañado de una escritura preciosa en su forma y en su fondo, todo ello tocando fibra, todo ello mostrando una lucidez y una capacidad de comunicación literaria, ante la que no queda otro remedio que rendirse y aplaudir.

Por si todo esto fuera poco, en “La loca de la casa” se ríe de la vanidad y de la inseguridad de escritores entre los que se incluye; llega a cuestionarse como escritora. Reírse de la vanidad de uno, es, en mi opinión, una muy genuina forma de humildad.

Por mucho que “En la ridícula idea de no volver a verte” diga que no es capaz de hacer escritura autobiográfica y que sólo se puede mostrar por medio de sus personajes, ella es, a pesar de todo, y quizá en contra de lo que opina, preciosamente transparente: hay mucha humanidad en esos libros, para lo bueno y para lo malo. Hay un gran ser detrás de esos libros. Y no me da pena estar terminando “La ridícula idea de no volver a verte”, porque en cuanto termine iré con la primera novela que le leeré “El peso del corazón”; de esta novela, mi prima, una vez más mi prima, habla maravillas, y los consejos de mi prima Marijose, siempre han dado en la diana de mi placer leyendo los libros recomendados por ella.

La historia no acaba aquí, más bien comienza. En sus artículos dominicales, de la revista dominical de El País, Rosa, no puede evitar ser todavía más Rosa. Solidaria y con una capacidad de empatía y de compasión con los más desfavorecidos insólita, no se corta un pelo en señalar injusticias brutales y en dar voz a los que no tienen el acceso e influencia social que ella se ganó con su trabajo. No deja de ser curioso el hecho de que en “La ridícula idea de no volver a verte” diga que lo que menos le gusta de su admirada Marie Curie es ese afán estoico de lucha sin cuartel por la humanidad en plan “misionera” de la vida. Entiendo lo que quiero decir, pero es que resulta que aunque Montero sabe disfrutar de los placeres de la vida (que era una cualidad que quizá Marie no tenía; salvo en picnics y en paseos en bicicleta, Marie Curie parecía disfrutar sólo cumpliendo con su “obligación humanitaria”, que ella se había impuesto) Rosa Montero, es, en cierto sentido, igual que Marie Curie.

Su página de Facebook, da buena fe de ello; a mí, simple y llanamente, me impresiona esa página cuando me ha dado por visitarla; luchadora y peleona, habla de gente no famosa, con nombre y apellidos, de gente “loca” que quiere cambiar el mundo o por lo menos embellecerlo, de gente muy necesitada socialmente o de los excluidos, a las que da voz; defiende y pide ayuda para ellos (además, ella, sin jactarse de ello, pues lo dijo de paso y de forma casual, también da dinero a identidades de motivación humanitaria); también  defiende los derechos de los animales, a favor de los cuales ella lanza los dos brazos.

Rosa responde a mails de gente desconocida como yo con un cariño y una ternura que me conmueve. Evidentemente dice que soy un ángel porque no me conoce. Evidentemente dice que escribo muy bien, para hacerme bien en respuesta al cariño que me sale cuando me dirijo a ella. Y es que me he dirigido a veces a ella por mail, pues tras algún artículo o una preciosa información que da, comienzo a hacer algún comentario en su página, que se extiende tanto que me entra rubor publicar y lo que he hecho (dos veces) es copiar mi comentario (sin publicarlo finalmente) y pegarlo en redactar de mi correo electrónico, poniendo en el lugar del destinatario su dirección electrónica, de la que me enteré por una carta de papel que le mandé hace tres años, con mi dirección de correo electrónico por si acaso; dirección que nunca daría sin su consentimiento…Respondió, amable; posteriormente, cada vez más amable.
Rosa, GRACIAS. Porque, entre otras cosas buenas, eres la única periodista que nos da buenas noticias…