domingo, 24 de abril de 2016

¿DIA DE COMO?

Hoy es el día del libro. Bueno, está a punto de acabarse. Unos minutos le quedan; ando tardísimo pues. Y el mismo día de hoy (23 de abril) de 1616 murieron Shakespeare y Cervantes. Celebramos con alegría el cuatrocientos aniversario.
Bueno, todos sabemos que en concreto la cosas no son así. Que Cervantes murió en realidad el 22 de abril de 1616 ya nos lo sabíamos todos.
Y también nos sabíamos, que, en realidad, Shakespeare murió el 3 de mayo de 1616 si nos ajustamos al calendario vigente. Nació el 23 de abril de la Inglaterra pos-isabelina (de la que todos sabemos un montón) que se regía por el calendario juliano, hasta que entró en vigor el calendario que coincide con el actual. Y por tanto el día exacto de su muerte fue el 3 de mayo.
Todos sabíamos que ni Cervantes murió hace hoy 400 años (hoy sería hace 400 años, más UN DIA, bien largo, por cierto (como el que se me ha hecho a mí este día posterior a los 400 años que llevaba muerto desde AYER, Miguel, con el que yo me tomé unos buenos jugos; éramos amigos, de toda la vida)) y que Shakespeare tampoco. Faltan 10 días para que se cumplan 400 años de su muerte.
Aunque yo, como todos, también sabía cosas tristes sobre Cervantes: entre ellas que a diferencia de la vida de su contemporáneo Lope de Vega, quien conoció desde joven el éxito como comediógrafo y poeta y también como seductor, la vida de Cervantes fue ciertamente una ininterrumpida serie de pequeños fracasos domésticos y profesionales, en la que no faltó ni el cautiverio, ni la injusta cárcel, ni la afrenta pública. No sólo no contaba con rentas, sino que le costaba atraerse los favores de mecenas o protectores; a ello se sumó una particular mala fortuna que lo persiguió durante toda su vida. Sólo en sus últimos años, tras el éxito de las dos partes del Quijote, conoció cierta tranquilidad y pudo gozar del reconocimiento hacia su obra, AUNQUE SIN LLEGAR NUNCA A SUPERAR LAS PENURIAS ECONOMICAS.
Por supuesto que me lo sabía. Como todo hijo de vecino.
También sabíamos todos que hasta el siglo XVIII(un siglo posterior a su muerte) William Shakespeare fue considerado únicamente como un genio difícil. Pero desde el siglo XIX, sus obras han conocido el reconocimiento que merecen en el mundo entero. Reconocimiento que todos sabemos que no merecen a ese nivel ni Jane Austen, ni George Elliot (era mujer y no se llamaba George; sino Mary Ann Evans; el camuflaje en nombre maculino le sirvió para ser reconocid@), ni Emily Bronte que en “Cumbres Borrascosas” se sitúa a la altura de las obras de Shakespeare, eso sí, siempre salvando las distancias que hay entre las mujeres y los hombres (me parece tristísimo tener que decir que estoy utilizando una cosa que llaman IRONIA), reconocimiento que tampoco se han merecido sus dos hermanas Charlotte y Ann. Vuelvo a repetir, hay una cosa que se llama ironía; me entristece tener que recordarlo.
Fuera de toda broma o Ironía, casi todo lo que digo sobre Shakespeare y Cervantes (excluyendo, eso sí, sobre todo, lo de los tragos que me tomé con este último, que eso si que me lo sabía, pues es verdad), lo acabo de saber por medio de Internet.
Ángel, tú y yo sabemos que dentro de 400 años serás considerado el mejor escritor de la historia.

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