viernes, 2 de febrero de 2018

JORGE LUIS

        
       Recuerdo que en el verano de 2003 (el más caluroso y húmedo que he conocido en mi vida) me dio por empezar a leer cuentos de Borges. Fue mi prima (una vez más mi prima) quien me había regalado su libro de cuentos "Ficciones". En Jaca, al lado de mi hermana y mis sobrinos pequeños revoloteando cerca de una piscina municipal, comencé a leer a este autor por medio del libro "El Aleph", donde figuraba entre otros, un cuento con el mismo título que el propio libro.

      Me quedé absolutamente impresionado. Recuerdo que un amigo me decía: "Pero es que no le entiendo..." Y es verdad, porque en parte, los cuentos de Borges son tan endiabladamente inteligentes pero sobre todo lo que transmite con su prosa es tan absolutamente astronómico que hay pasajes  muy difíciles de entender bien.  Yo todo no le pillaba...Pero no importa. Y eso es lo que hace grande a un autor. Que eso ni te importe y le sigas leyendo. Recuerdo que luego leí "Ficciones" (el libro que me había regalado mi prima), "El libro de la arena", "El informe de Brodie" y otra buena colección de él. Vamos, que aquel verano caluroso lo libré algo por Borges.

          Teniendo en cuenta gustos, yo no soy crítico literario y sé poco de literatura en comparación de muchos, pero para mí Borges es muy superior a muchos de aquellos que  han recibido  el premio Nobel y de  otros a los que se lo quieren dar. Según leyendas sin confirmar, no se lo dieron porque políticamente fue muy ingenuo (no me creo la acusación de antisemitismo, pero sí un error garrafal entablar una pequeña relación con el psicópata de Pinochet, del que poco sabía él) y por un gran resquemor de uno de los que más peso tenía a la hora de decidir quién se llevaba los Nobeles de la academia Sueca.
        El Borges poético es más ácido y duro que el del relato, más pesimista; en la narrativa sin embargo  se muestra como un héroe de las letras auténticamente magistral que hace prodigios con las palabras, de tal manera que Borges te podía comunicar en quince páginas tanto como Mann te podía comunicar, pero necesitando el segundo unas setecientas páginas más  para mandarte al  mismo espacio sideral literario al que me envíaba Borges. Borges, para mí, superior a Mann pues, a pesar de que me gustó Mann. Y un sólo párrafo de Borges, superior a cualquier Best-Seller deshonesto y facilón de 500 páginas. Gustos, insisto.

       Es mi favorito del veinte, hace cuatro años releí "El Aleph", volví a alucinar y lo auténtico de él es que uno de sus grandes autores favoritos era Chesterton (el  relatador  literario, no la figura ortodoxa), y aunque a mí los relatos de Chesterton me gustaron (y lo curioso es que Chesterton se creía destinado a cosas aparentemente mucho más importantes que la literatura, según su subjetividad, y casi pedía perdón por publicar sus relatos, aquellos que tanto entusiasmaron a Borges)  creo sin embargo, que el discípulo supera al maestro y Borges es mucho mejor (para mi gusto) que el mismo Chesterton. Muchísimo mejor. Gustos de diletante a veces delirante.

        Algún mes de estos volveré a releerle y parafraseándo  lo que dijo en su poema "El lector" diré que ni me atrevo a jactarme de lo poquito que yo haya escrito. Yo me siento satisfecho de haber leído a Borges...

p.d: también maravilloso su poema "El otro poema de los dones" vía mi prima  también....

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