miércoles, 14 de junio de 2017

POR QUÉ NO VEO EL TELEDIARIO



No veo el telediario porque allí nunca me muestran las sonrisas, que, a pesar de todo, veo a diario en diversas caras queridas. No veo el telediario porque en él nunca me han enseñado lo que algunas personas humildes que han sido muy maltratadas por la vida pero que hicieron las paces con el pasado, me han enseñado sobre la existencia, sobre mí, sobre la dignidad, o sobre cómo defenderme de las ofensas de la vida sin violencia. Esa gente no tiene ni idea de que me ha enseñado y me enseña cada día y nunca saldrán en el telediario. Hace no mucho, al sentirme mal, me alejé de mi compañía de amigos y dados unos pasos, rompí en llanto apartado, en una crisis de angustia, y vi a mis dos mejores amigos a mi lado, mirándome con seriedad pero con respeto y cariño y con su sola presencia me lo dieron todo. Todo. ESO no sale en el telediario y estoy seguro que pasa todos los días en muchas partes del mundo.
No veo el telediario porque allí no estás tú (ya sabes quién eres) ni tú, ni aquella otra, siempre presta a hacer un favor, siempre prestos a ayudar. No lo veo porque en él no aparecen aquellos que aman a pesar de todo y que desean amar aun habiendo sido rechazados. No veo el telediario para no sentirme enemigo de quien me diga que lleva el mal dentro, porque ya no me importa lo que haga o diga ese quien. No tiene ningún interés para lo mejor de la vida.
No veo el telediario porque todos los días me cuentan la Historia desde los mismos patrones maniqueos y porque allí el sufrimiento no se muestra como algo significativo que dé sentido a la dignidad de muchos humanos sino que la mayoría de las veces me lo enseñan como entretenimiento de fuertes sensaciones y casi nunca me informan de lo que necesito saber. Nunca me ha sucedido nada que salga en el telediario y no me ha ido como en disneylandia tampoco. Pero da igual. No cuentan lo bien que me va muchas veces tampoco y casi mejor.
No veo el telediario porque casi nunca me hablan del Bien, sino del "mal", de competiciones deportivas, de la catástrofe (nunca de la maravilla permanente también) del clima y de poco más, como si sólo existiese eso, cuando en realidad lo que existe es mucho más que eso y mucho más hondo que eso, y es lo único que da verdadero sentido en mi vida a "eso" que ellos llaman "cruda realidad" y no se cansan de repetir minuto a minuto.

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