Me gustaría decirte que te quiero, que te adoro, que me sanas y que me llenas. Que llegando tú todo parece perfecto y que todo está bien en tu presencia.
Me gustaría decirte que tú eliminas los miedos y que dejas las cosas donde tienen que estar y que contigo mi interior no necesita de nada más.
Y te lo voy a decir: cuando te presentas, en la sonrisa de alguien, en una agradable conversación, en la dulzura de quien lima asperezas, tú, amor fraternal, eres lo mejor.
Y mientras no estás, seguiremos de pie.
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