sábado, 18 de noviembre de 2017

ADELANTE


Son 28 días ya los que han dejado atrás al infierno y aunque la vida, sigue siendo, en momentos, dura y áspera y ácida, ya no eres, de momento, el mismo.
Te levantas y el mecanismo entra en acción. Por fin te concentras en la lectura, por fin dejas de tratar de resolver problemas que no resolverás pensando; te observas desde fuera y ves algo que se supone que hay que resolver pensando con urgencia. Estás curado de espanto para saber que si haces caso a esas suposiciones alarmistas, te puedes meter en otro lío,   y además, actuar respondiendo a miedos impulsivos agrandaría la maraña y puede terminar hundiéndote. Y para salir del hundimiento utilizarías técnicas que te hundirían más.
No cantes victoria. Sigue caminando. No al día, sino estate atento al momento dentro de la disciplina que más libre te haga, lejos de las cárceles a las que te llevaban los insensatos "me apetece" de cada segundo a los que servías de forma esclava.

Podrías volver a caer. Podrían darte el alta y volver a los infiernos, pero has decidido seguir y pase lo que pase, a las duras y a las maduras, la vida ofrece, (cuando cumples unos años en los que se supone que estás de vuelta  y decaída o decadencia o resignado fatalistamente), inesperadas novedades.  Todo ese peso abrumador se va haciendo bagaje, citando a Manolo García. 
Pero te insisto, cautela, cuidado, no hay prisa, todo está por ver y cada momento por vivir, así que la página vuelve a estar en blanco y no hay teorías totalitarias y entumecedoras que dicten y obliguen por dónde ir. Sólo referencias, imprescindibles pero intercambiables por otras igual de válidas, mientras no te estanquen. Caminas. Ha merecido la pena mantenerte en pie. Quizá mañana la desgracia se cierne de nuevo contigo y vengan otros oscuros días, pero eso no lo puedes controlar y si ocurre, pues qué le vas a hacer; si no, la vida es tuya....Adelante.

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