jueves, 29 de marzo de 2018

SORPRESAS TE DA LA VIDA


Iba a escribir algo pero es que por casualidad estoy escuchando desde hace una hora (todo empezó leyendo) una música sublime y entonces he pensado que cualquier intento de crear algo mínimamente decente se me iba a quedar en frustración al escribirlo, en comparación a la maravilla que sigo escuchando y que deseo que no se acabe nunca, así que mejor me callo y que siga la música.
El mero hecho de ir a ver una película me parece un acto de lo más miserable abandonando semejante prodigio que sigue sonando (creo que no había disfrutado de música clásica de verdad hasta hoy, menudo cabrón el tal Beethoven, sería un cascarrabias y tendría una vida de perros pero cómo se puede hacer ESO) en USB en un aparatejo que tengo, y que no sabía yo que podía reproducir esta clase de maravilla y gloria de sonidos. Yo de aquí no me muevo.
Y yo que pensaba que la música clásica era un rollo al lado del rock.

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