sábado, 7 de mayo de 2016

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA

TAMPOCO LA LITERATURA ES DIOS

Todo lo que viene a continuación pretende ser ficción pero hay algunas verdades muy mal camufladas y muy fáciles de intuir como hechos de no ficción:

Hacia finales del siglo XX (diciembre de 2001) acudí a casa de un sabio venerable: 

Yo llevaba muy poco tiempo en el mundo de la lectura y quería, quería, bueno, no sabía lo que quería. Pregunté al sabio cuáles habían sido las mejores obras literarias del siglo XX. No cuáles eran las que más le gustaron, porque yo creía que él SABIA lo que era lo bueno, con gran exactitud lterariamente científica:

--Mira pendejo, no tengo mucho tiempo que perder, pero como me das un poco de pena te iluminaré unos minutos: Había un hombre llamado Henry James y otro Joseph Conrad; escribieron ambos algunas obras en el siglo XIX pero también en el XX. De estas últimas te hablaré primero. Bien, de Conrad debes de empezar con “Lord Jim” que no es muy buena pues gustó mucho al populacho, aunque con la cara que tienes te gustará...A continuación lee “El corazón de las tinieblas”...
---Eh tío tío (dije vulgarmente), espera, que esas dos Conrad las escribió en el XIX, la primera que nombras en 1900, y la segunda en 1899; lo sé pues me lo contó mi prima de zumosol.

La mirada que me lanzó tras decir esto, fue de un tipo de asco que no tengo ganas ni de recordar, y por tanto no describiré.

--La siguiente vez que me interrumpas, te saco a la calle a patadas, no sé ni por qué te he dejado entrar; y no me llames “tío”, no se puede ser más vulgar. Déjate de tonterías, eso era casi el XX. Sigo. James, Henry: “Otra vuelta de tuerca” (me tuve que callar, 1898) y “Los Embajadores”. Con estas lecturas te irás adentrando en la alta literatura, que es la única que merece la pena, por eso la hago yo.

Pero donde mayormente te encontrarás con un universo imprescindible para tu vida será con Marcel Proust ("En busca del tiempo perdido", Reserche); opino que quien muera sin leer a este hombre ha tenido una vida totalmente inservible...Todo está en Proust. Si lo vas a leer no leas la pedestre edición de Mauricio Armeinado. Qué vulgaridad. Como me queda poco tiempo te diré rápidamente otros nombres: Thomas Mann, que aún siendo un estúpido maniático hipocondríaco, (pensé que Proust lo fue más, pero había que callar para que no me diera de hostias) escribió dos obras maestras: “Doktor Faustus” y “La montaña mágica”. Faukner, tienes que leer a Faulkner; y también a Nabocov; esos (con Proust), son imprescindibles si quieres saber lo que es la literatura de verdad. Entre los españoles, por favor, no leas a Cela, no leas a Umbral, qué horror; tienes que leer a Benet, grande entre grandes. Impecable en su obra “Volverás a Región” y otras muchas... Lee también a Borges, sólo que te advierto una cosa de éste: sus cuentos pretenden ser tan impecable y superdotadamente inteligentes que cansa un poco su pretenciosidad...Pero debes de leerle, pues a pesar de eso es bueno. Hammet y Chandler. García Márquez: “Crónica de una muerte anunciada” y “El amor en los tiempos del cólera”. Si te preguntan sobre alguna mujer que recomendar di Isak Dinensen. Las mujeres ya se sabe, pero hay tanto imbécil suelto diciendo cosas incoherentes sobre la igualdad intelectual y todas esas tonterías que bueno, para sobrevivir a la tontería reinante tienes que disimular.

Dijo bastantes más antes de mandarme a patadas de su casa, entre ellos, dijo, Thomas Bernhard, pero me estoy aburriendo un montón con esta lista.

Debo mucho a este hombre. Con Faulkner, James, y Benet me hizo entrar en un mundo extraordinario, pues sufrí mucho y ese sufrimiento me ha ayudado a encontrarme a mí mismo, o mejor dicho a saber lo que es importante para mí. Con estos autores a rastras (Faulkner, James, Benet), tuve que ingresar en el psiquiátrico a finales de 2005, en 2008, en 2009, algunos días de 2010, también en el año 11, 12 y 13 del siglo XXI. Lo pasé muy mal, pero una vez que descubrí, tras tantos malos ratos, cuál era la llave para salir de mi infierno interior, al que me llevó, por encima de todos, el libro “Volverás a Región” (pues pienso que este fue el libro  detonante y responsable de que volviera a conocer la locura (figuradamente), que creía superada desde 1997 (manicomio de Usurbil)) me encontré con la aceptable felicidad que dejé de sentir cuando dejé de ser niño, y que recuperé 30 años después de ello.

Las experiencias que esas lecturas me provocaron fueron horribles, pero tras dar un giro de ciento ochenta grados a la situación, en una mañana de lucidez en la que contacté, por medio de mis relaciones con el más allá, con el Manso y Bueno Miguel (de Cervantes) todo cambió.

Miguel me trató con mucho cariño, no en su libro, su libro me sentó mal; pero es que salió en persona de sus preciosos prólogos de la primera y segunda parte de EL LIBRO, como hombre humilde que es, y al veme tan mal, me comunicó, una mañana de 2014 qué era lo que me convenía hacer. Gracias Miguel, nunca he podido con Alonso Quijano ni con Sancho Panza, pero tú sabías que la verdadera sabiduría no estaba en la literatura ni en eso que llaman cultura refiriéndose a las artes; la cultura más importante es la cultura de la vida y de la experiencia, me dijiste. Tú estás con nosotros, con los quijotes y panzas que tú mismo sabes que eres tú y otra buena gente del planeta, los ignorantes son los que pegan brutalmente a Sancho. Quienes los aplastan y apalean día a día Te quiero de forma inversamente proporcional al repudio que sentimos los dos hacia lo que han hecho de tu figura y tu libro, insignes catedráticos podridos en avaricias intelectuales y estudiosos de tu obra. Pero no nos hagamos mala sangre Miguel. Tú me enseñaste que era mejor no ponerse a pensar en los que hacen daño. Tu me enseñaste mucho (gracias a todas las penurias que habías pasado, y por medio de compañeros que habían tenido experiencias calamitosas como tú, y en los que te encarnaste en entrañables sonrisas y cariño a mansalva) tú me mostraste qué era lo que merecía la pena en la vida y me acompañaste hasta este cruce de camino en donde estoy ahora. Gracias a ti, encarnado en todos los males que padeciste por medio de otras caras, y a las cuatro palabras que me dijiste y que abrían la llave de mi encerrado sol interior (y que me hiciste jurar que no diría a nadie) vivo Miguel, vivo. 

(sáltate este párrafo ahora que Antxon no nos oye, soy su pepito grillo excéntrico, y él se siente tan importante que se cree que es interesante que sepamos qué libros le gustaron)

Para terminar citaré los libros que me gustaron; cometí el error de pensar que sólo en estos estaba la felicidad (pienso que se puede ser muy feliz sin leer; pero lo hago más que a veces porque me gusta “It's only literature, but I like it”) pero a pesar de ello me gustaron dos libros de Thomas Mann, varios de Borges, varios de Chesterton, “La muerte de Ivan Illich” de Tolstoi, novelas de Javier Marías, de Auster, de Javier Cercas, el libro “La radio encendida” de Roberto Moso, cuatro libros de Rosa Montero, la Regenta de Clarín (de los que menos entre los que me gustaron, pero me gustó bastante) y otros libros que ya no diré; las listas me aburren y yo escribo para pasármelo bien.. Que a nadie se le ocurra ponerse a leer los libros que indico; aunque me gustaron, con Mann y Marías correríais el peligro de merodear por todo el recorrido que me hice yo. Un fuerte abrazo. Siempre.



















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