Todavía no sé cómo demonios acepté a ir a aquel
programa de televisión. Yo, que siempre he sido reacio a presentarme
a ese tipo de situaciones. Que además me ponen nervioso y siento
timidez y vergüenza al encontrarme en ellas. Pero es que en un
principio la cosa parecía seria y digna. Se trataba de un programa
nocturno, en una televisión local. Dicho programa solía tratar un
tema diferente cada semana, emitiendo algún vídeo documental primero
para pasar a continuación a una charla debate entre personas
expertas en el tema sobre el que se debatía, o personas que, por
experiencia personal, estuvieran medianamente al tanto de lo que se
hablaba. Yo era un invitado de estos últimos.
El tema del programa, la semana en la que fui invitado,
era “la depresión como enfermedad”; o algo parecido. Me
explicaron que iban a ir dos psiquiatras, un psicólogo y una
escritora que había publicado varios libros de auto-ayuda y de
“auto-realización y crecimiento personal” además de ser
directora de una clínica de curación alternativa, por medios
llamados naturales, tales como la homeopatía, el yoga, la
acupuntura, masajes etc
En primer lugar, tras la breve introducción de la
presentadora sobre el tema que se iba a abordar esa noche, y dejando
para luego la presentación de los invitados al programa, emitieron
un documental sobre la depresión; bastante decepcionante. Era un
documental superficial con frases manidas e imágenes impactantes de
psiquiátricos (información-espectáculo) y de gente perdida en su
calvario o histeria, que lejos de acercar al televidente a la
realidad del problema de forma natural, lo aterraba, contentándose
con un trozo de entrevista por aquí, unas imágenes desoladoras de
un psiquiátrico y sus pacientes por allá, algún comentario suelto
de algún familiar, una voz en off poco informada etc. En fin, un
puzzle en el que toda la atención estaba enfocada en piezas sueltas,
sin ir nunca al fondo de las cuestiones. En cuanto a montaje
audiovisual puede que fuera perfecto; en cuanto al tratamiento del
tema, el documento era un fiasco. Demasiada literatura (y de la peor
clase) y pocas explicaciones objetivas, manoseando los muy dudosos
tópicos de siempre. En un lenguaje comprensible podrían haberse
ofrecido datos y explicaciones mucho más acertadas y concisas que
con aquel acercamiento tan lejano. Por no querer aburrir, lo que
hicieron fue confundir y meter miedo, cuando creo que se puede evitar
esto último con un enfoque más ordenado, veraz y sin aburrir. Un
tema bien tratado y enfocado, siempre puede ser digno de interés
(interesante) y ameno, y por lo tanto, no aburrido. Creo que la
audiencia no pide basura gratuitamente, sino que la basura termina
por “entretener” a la audiencia alimentando el lado más morboso
y bestia de nuestro subconsciente, y la audiencia, en círculo
vicioso comienza a demandar más y más basura. Sé podrá decir que
quién soy yo para pontificar sobre estos temas. La respuesta es
clara: Nadie.
Pero dejando de lado estas opiniones, resultó que para
remate, el debate fue un circo de desconcertante naturaleza. Lo
recuerdo como si hubiera asistido hoy mismo a él.
Tras el documental comenzó dicho “debate”, que a
la hora de las primeras exposiciones, más que debate pareció ser
una sucesión de monólogos de cada uno de los invitados. Pero tras
esos primeros monólogos y al comenzar el intercambio de
opiniones, la cosa cambió.
En primer lugar, la presentadora procedió a las
presentaciones de los cuatro especialistas en el tema. “Don
Fulano, psiquiatra y catedrático de esto y lo otro, además de
reconocido autor de los libros ‘La psiquiatría como...’
‘Últimos avances bioquímicos para combatir...’ Él es también
miembro activo en la organización…,además de haber colaborado
en…” En fin, así con los cuatro que me precedían. Muchas
gracias por su presencia aquí. Luego, la presentadora, tras decir mi
nombre dijo: “el cual ha venido hoy también a hablar con nosotros
ya que se trata de una persona con un trastorno caracterizado, entre
otros síntomas, por la sucesión de largas depresiones.
Afortunadamente a día de hoy se encuentra completamente restablecido
gracias a un tratamiento adecuado y creemos que también tendrá algo
que aportarnos en cuanto a este delicado tema. Gracias a ti también
por haber venido” Quise comentar algo que no recuerdo qué era,
pero ella dijo “Perdóname un momento, luego comenzaremos a abordar
a fondo el tema y tendremos tiempo para todo tipo de matizaciones;
ahora, lo siento, ya saben ustedes el compromiso que tenemos en
televisión con nuestros patrocinadores, pues según me indican
tenemos que dar paso a unos minutos de publicidad. En unos instantes
estaremos aquí para tratar ya, definitivamente, un tema que promete
ser interesante”. Menudos programas: introducción, documental,
presentación de invitados y en ese instante ¿publicidad? En fin, yo
es que no entiendo de estas cosas.
Tras la publicidad, la presentadora dijo: “Bienvenidos
de nuevo a nuestro ‘Abejorro’-- extraño nombre del programa: El
Abejorro--- de esta semana. Como ya les he dicho anteriormente, esta
noche trataremos de ahondar en el fondo de una enfermedad cada vez
más frecuente, la depresión, una palabra que se utiliza mucho, por
cierto, pero de cuyo verdadero significado desconocemos en ciertas
ocasiones muchos datos; es una palabra, depresión, que se utiliza
mucho pero a veces no sabemos exactamente a qué nos estamos
refiriendo cuando decimos “estoy depre””.
Tras esta nueva introducción, lanzó su primera
pregunta al aire para que comenzase quien quisiera: “¿Cuáles
serían las causas principales u orígenes de lo que hoy denominamos
depresión? ¿Habría que hablar de diferentes clases? Que comience
el que quiera”
CONTINUARA…Y SE VA IR MONTANDO UN LÍO GORDO, QUE ERA LA INTENCIÓN DE QUIEN ESCRIBIÓ ESTA HISTORIA, PUES ÉL SE ENCONTRO DURANTE AÑOS EN MEDIO DE LOS DIMES Y DIRETES CONTRADICTORIOS DE TODO TIPO DE TERAPEUTAS QUE TODO LO SABIAN, PERO ESE TODO, ERA DISTINTO EN CADA CASO. ESTO TEXTOS SERÁN REVANCHA
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