A pesar de la fresca temperatura, el cielo está completamente azul, sin ninguna nube. A pesar del otoño, el árbol central que se cuadra ante mi ventana, majestuoso como siempre, sigue luciéndose verde, como su alrededor. Al fondo el precioso caserío de pared blanca y tejado rojo. A la izquierda el mar.
Suena Van Morrison y tengo un café con leche en la mano. Eso es TODO.
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