martes, 18 de octubre de 2016

PEREZ-REVERTE LO SABÍA TODO


 Entre los 26 y 29 años solía leer muchos artículos de Arturo Pérez Reverte y Javier Marías en el semanl X.L  que solía acompañar siempre a un periódico muy vasco que solían comprar  mis padres en aquella época;  en su tiempo me gustaron mucho. Yo no sé bien qué es la madurez, no sé si soy maduro; sólo sé que era muy inmaduro  cuando leía los artículos de estos simpáticos individuos; ni siquiera sé si el hecho de leer y casi idolatrar a estos dos articulistas significaba inmadurez. Pero puede tener algo que ver.  Quizá bastante. Dos individuos que se ponían por encima del resto del mundo indicando qué era lo bueno y qué mal lo hacía todo casi todo el mundo; es posible, que, con los coscorrones de la vida, yo me bajara del trono en el que se apoltronaban los que todo lo sabían y les dejase predicando y pontificando sobre lo bueno y lo malo de este mundo. Porque ellos no decían nunca, yo pienso que, o creo que, o desde mi punto de vista; no, ellos sabían y dejémonos de tonterías. Pero gracias a los artículos de Marías, de los cuales no puedo leer hoy día ni el primer párrafo sin atragantarme, leí sus novelas. Y me gustaron mucho.

Tras muchos años de no leer a Pérez-Reverte (que es un tío que tenía lo que había que tener para ser un hombre hecho y derecho y que sabía  muy bien de qué iba  todo esto ("todo esto" sería  la vida, en todas sus dimensiones humanas, con conclusiones seguras de que somos gilipollas; en su época, como él no se incluía, lo eramos el resto de la población, menos sus amigos, supongo)); perdón, que se me ha atragantado un paréntesis; decía que llevaba muchos años sin leer un artículo suyo; pero he encontrado un viejo archivo que habla de Julio de 2015; y el archivo me cuenta esto:

Un día de Julio de 2015 entré en una cafetería y como no tenía ningún libro que casi siempre suelo llevar, se me ocurrió mirar “El semanal”, revista del grupo Correo; y también me dio por leer el artículo también semanal de Arturo Pérez. A ver si anda más calmado, pensé.

               Terrible. Después de decir que el tema político ardía últimamente en España, volvió por donde solía. No dejó títere con cabeza. Los políticos de derechas, de centro y de izquierda, además de los periodistas y todos los tertulianos y medios de difusión de prensa o televisión, incluida internet y sus redes sociales, le hacían pensar, cuando les escuchaba o leía, que no se podían hacer las cosas peor. Eso era lo que se entendía, y muy bien, pues además termina el artículo como ese gran torero que es él con un "...España inculta, estúpida, elemental y nunca dispuesta a aprender de sí misma". Esa es la actitud, tío grande. 


Y mira que hacía años que no le leía; en ese aspecto sigue igual. Pero no, hace poco me encontré con un artículo en el que se incluía dentro del apelativo cariñoso que utilizó para referirse a todo el mundo: "nos hemos vuelto gilipollas"; bueno, aunque no está bien hablar por los demás, sino que lo correcto (que tanto defiende con incorrección Él mismo) sería hablar por él mismo , ya es un paso su inclusión dentro de lo tontos que somos todos, por lo visto.


Terminado con este tema, Arturo Pérez-Reverte escribió en una ocasión (tengo muy buena memoria y además me chuleo cansinamente de ello) que se podría atravesar España entera saltando desde la cabeza de un tonto (o imbécil o idiota) a la cabeza de otro idiota o tonto; puede ser que afirmara que lo dijo Manuel Vicent (ahí mi memoria me falla) lo que tengo claro es que de una forma o de otra, él suscribió esa idea o la escribió directamente. De que la pensaba y la dijo, de eso estoy seguro.
Dicen que no hay que criticar; cierto. Pero me agarro a la excepción que cumple la norma; se puede criticar sólo a los que no paran de hacerlo, pues tú y quienes quieres son criticados de manera muy  poco sutil.




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