LOS APASIONANTES PERSONAJES
Me
parece un error (ya subsanado por una organización) enfocar la
enfermedad psíquica desde el punto de vista del “consuelo” de
que la tuvieron Van Gogh, Beethoven, Lincoln y otros muchos VIP de la
historia. Como si eso nos sirviera de consolación a los que no hemos
llegado a esas “cotas universales”. Con lo desgraciados que
fueron además muchos de esos humanos “relevantes”. Beethoven y
Van Gogh sufrieron un montón, entre otros muchos casos…
O quizá el
mensaje que querían mandar era: “mira, esta gente tuvo los mismos
problemas que tú y mira lo que hicieron”. A mí me importa un
rábano lo que hicieran; (cuidado, algunos dejaron un gran legado muy
de agradecer e importante e hicieron un gran bien a la humanidad
universalmente, eso no lo discute nadie y viva por ellos desde ese
punto de vista); pero yo estoy hablando desde el punto de vista de
Beethoven persona, Van Gogh persona, Virginia Woolf persona; como
personas que sufrieron mucho, demasiado, me importa un rábano (y
seguro que a ellos también en sus últimos momentos de su vida) que
pasaran a la historia o que fueran admirados por habilidades
artísticas o por ser personas relevantes en la historia; fuera de sus habilidades artísticas sufrían como todos, incluso en una cota más elevada, mucho más; a mí lo
que me importa es no ser infeliz y a quienes cito el hecho de ser
grandes artistas o personas relevantes creo que no les dio ni un
gramo de felicidad que compensara la inmensa infelicidad de sus
males. O sí. Pero era felicidad y gloria efímera de reconocimiento
y aplauso puntual. La gloria del ego dura poco y además, ese ego
pide más. Creo que sólo disfrutaron haciendo lo que tenían que hacer para no sentirse fatal:arte. Luego, los aplausos duran unas semanas, como máximo.
Y desde mi
punto de vista, repito esto, es mi percepción (pues yo no he llegado
tan “alto” (qué horror ver a los artistas en plan competitivo
con la palabra “alto”, porque algunos se las dan muy buenas en sus
“bajos”, recordar cómo murió el “gran Hemingway”)), esa
GLORIA, no les compensó a quienes sufriendo tanto pensaban mucho
en desaparecer, por mucho aplauso de fondo. No creo que les mereció
la PENA (es demasiado bestia). Preferiría que la organización que nombro hubiera puesto
ejemplos de gente no “importante” (y lo de “importante” me
suena ridículo), gente normal y corriente que supo (porque PUDO)
llevar una vida satisfactoria a pesar de la enfermedad. Por suerte he
conocido a unas cuantas personalmente (algunos, muy amigos), y no me
hace falta ya ese tipo de campaña. Para colmo, en un periódico,
hicieron un reportaje sobre compañeros míos con un titular del tipo
“Los locos salen del armario” con comentarios del tipo “Hace X
años estaba atado a una cama en un psiquiátrico y ahora hago
programas de radio”. Una vez más, mira lo que hago tío, mira cómo
lo consigo tío, me sacudo el pecho con la palma, aquí estoy yo,
aquí he llegado a pesar de las dificultades, mi lucha me ha llevado
a CONSEGUIR estas cosas tan estupendas. Y llevo la cabeza bien alta
(ten cuidado que es malo para la espalda y llegará un momento en que
esa cabeza será agachada por las circunstancias, ¿de qué te
sirvió?)).... Genial.
Por mí
como si haces el pino en pelotas durante seis días sin comer y con
la sola ayuda de los pinchazos de antipsicótico o antidepresivo que
te vayan metiendo cada día. Me importa un rábano lo que consigas.
Lo que me importa es que estés bien, hagas lo que hagas, trabajes o
no, seas un as o un cero a la izquierda. Aunque sólo des paseos,
aunque pases la tarde sentado en un banco mirando el mar. ¿Eres así
feliz por fin? ¿Tienes dinero por una pensión que te dieron por haber trabajado durante mucho tiempo con enfermedad? Pues sigue así, te lo mereces, después de las
torturas que has pasado.
Lo que me importa es que puedas disfrutar
del sol y de buenas compañías, que seas capaz de dar amor y
recibirlo. Y si ni siquiera eres capaz de esto último porque la
enfermedad te lo impide, quiero que estés tranquilo y bien, que tu
interior no grite en un mutismo machacante en una soledad brutal. Me
importa que seas un ser humano que no sufre demasiado. Me importa que
SEAS o ESTES a gusto. Me importa que te haga ilusión hacer
cualquier cosa, que no tiene porque ser relevante: qué manía con
cifrar la felicidad en la belleza física, que hay que cuidarla y
conseguirla y operarla, en tu capacidad intelectual (sí, eres un
genio resolviendo problemas matemáticos o escribiendo poemas de alto grado) pero ¿te
sientes bien? ¿Estás cómodo en tu piel? ¿no? ¿y lo otro de qué
vale entonces?.
Y es
que, directamente relacionado con esto, quiero comentar que hay una
cosa que me molestó de la película “Una mente maravillosa” y
que tiene que ver con lo que estoy comentando. Para contar una
historia explicativa de la esquizofrenia de forma entusiasta,
recurrieron a un enfermo psíquico ganador. Claro, Muy importante ser
ganador.
A pesar de sus
dificultades, Nash, pudo con todo y tras luchar contra la enfermedad
(pienso que luchar CONTRA la enfermedad, por lo menos en mi caso, por
lo menos en la enfermedad psíquica, es un error; le das alas; pero
dejémoslo, es sólo un problema semántico) decía yo, antes de la
publicidad explicativa del paréntesis, que Nash, a pesar de la
enfermedad, consiguió el Nobel y el reconocimiento social.
Vamos a ver,
si el mensaje que queréis mandar es que Nash luchó contra viento y
marea y a pesar de la dificultad logró el Nobel, y como consecuencia
merecía la PENA pasar por la enfermedad en favor del maldito Nobel,
os diré que ya estaba demasiado harto del sueño americano ("si
luchas lo conseguirás"; es una mentira para que el que no tiene
suerte piense que la culpa es suya por haber competido mal. Estados
Unidos quiere capitalismo competitivo para seguir teniendo al mundo
bajo sus pies, por eso destrozó la Chile socialista, por medio de
Pinochet, e hizo otras maravillas).
Porque es fácil decir que se está agradecido a la
enfermedad, pues gracias a ella esto y lo otro. Es fácil decirlo y
hasta creértelo DESPUES. Seguro que DURANTE, no darías ni un minuto
de tu infierno aunque supieras que muchos minutos de esos acumulados,
te harían conocer cosas muy bellas. Es cierto que, en mi caso,
debido a las consecuencias de la enfermedad e incluso a la
enfermedad, he conocido gente maravillosa, almas sencillas
bellísimas. Eso no quiere decir que yo crea que debía de haber pagado, semejante peaje. No lo considero ni
justo ni justificable. NO.
Viva por
Russel Crowe de todos modos que se documentó para el personaje. Que
es evidente que trató directamente con esquizofrénicos en Crisis,
pues la cara que se le pone, que pone, que interpreta, es exactamente
igual a la que yo, tantas veces, desgraciadamente, he visto en mis
ingresos. Esa expresión no se olvida si la has visto sólo un par de
veces (yo la he visto demasiadas veces), esa expresión es de quien
está roto por dentro pues su cabeza le hace pensar que está
dividido, partido por la mitad, que sus deseos de “superación”
(otra expresión que no quiero que me mal-vendan) se ven frustrados
en cada intento de salir de su estado, en donde la fuerza de
VOLUNTAD, es imposible
de aplicar para salir de un estado que te aboca demasiadas veces a no
tener un mínimo de VOLUNTAD o deseo de nada vital. Y a veces esa
VOLUNTAD o deseo se convierte en tener sólo ganas de desaparecer.
Esas son las ganas que quedan en momentos. Esas
ganas. De morir.
Cobardes
¿verdad? A vosotros también os cuesta ¿verdad? Hay que echarle un
par, pensar en positivo, no compadecerse y tirar siempre para
adelante ¿verdad? Cuéntale ese discurso a los niños de la guerra,
a las familias que no tienen hogar y huyen a la desesperada no
sabiendo ni a dónde. Porque aunque no lo sepas, un esquizofrénico, o una persona con bipolaridad o depresión grave, para
la que vivir en estado de crisis es un infierno comparable al de una persona sin
enfermedad pero en circunstancias de guerra y terrible penuria, o a
una persona con una depresión que le rompe el alma cada minuto,
cuando le sueltas tu moral supuestamente progresista y de lucha ante
las dificultades, siente lo mismo, (estoy seguro) que sentiría
alguien sin comida y techo si le cuentas esas cosas tan
hollywoodienses; con el añadido de que a estos últimos no les
sueltas eso y no les culpas de vivir en una catástrofe; cosa que a
veces sí ocurre con nosotros. Porque esa persona siente que lo que le
dices es absurdo, pero como está indefensa y no está segura de
nada, cuando le culpas, y le aumentas la culpa, y se siente
incomprendida, y le desprecias de forma sutil por estar mal, se
siente todavía peor gracias a tu “ayuda”. Y se da cuenta que te
molesta que estés mal. Y le haces pensar que no hace las cosas como
debe hacer. Claro, lo de los neurotransmisores y la depresión es una
excusa para no hacer lo que hay que hacer. “Es que vosotros os
escudáis en la enfermedad para no hacer algunas cosas, es que os
creéis que con las pastillas, es que tenéis que poner de vuestra
parte...” Demasiadas veces no hay PARTE. Pero tenéis razón por
supuesto, por supuesto, además somos unos vagos inmorales. Por
supuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario