Una
sangre, una vida
Durante
el año de 1993, a cuyos principios (enero) cumplí los 21 años, fui
saliendo de (es que no tengo ya ni ganas de nombrar ese tema) una de
ésas. Me preparé para sacar el Ega (título oficial más alto del
euskera, y que que es muy efectivo a la hora de apuntarlo en tu
curriculum); para completar el año empecé a recibir clases de
Inglés en una academia llamada Inlingua.
Esas clases de inglés, yo las recuerdo como las más
desfasadas y geniales a las que haya acudido nunca. El profesor se
llamaba Stuart, y en clase había dos alumnos muy, pero que muy
graciosos; pero destacaba sobre todo uno de ellos; el más gracioso,
no sé si aprendió mucho inglés, pero lo pasamos genial gracias a
él y también con las surrealistas conversaciones que tenía este
alumno con Stuart, que también era todo un personaje, y que con su
improvisada y también cómica manera de dar clase era un chorro de
aire fresco en nuestras vidas (o quizá sólo en la mía). Stuart nos
dejaba, y con mucho cariño además, tomarle el pelo cada dos por
tres; no sólo eso, sino que él colaboraba para hacer más graciosas
nuestras ironías y cachondeos; o sea, que no sólo encajaba bien las
bromas, sino que además él mismo se apresuraba a reírse, con
muchas ganas y gracia además, de él mismo. Diría que celebraba las
bromas que le gastábamos.
El
estudiante más gracioso de esas clases de inglés, tenía el nombre
de Carlos (aunque en realidad se llamaba Hugo); ese tío era tan
ingenioso, el cabrón, que me sacaba unas carcajadas que no me había
escuchado a mí mismo desde dos años antes, allá por el año 91 del
siglo pasado. Daba gusto ir a clase; bueno, aprender inglés, creo
que no aprendimos mucho, pero ya nadie nos quitará aquel baile.
Desenfado y bromas. ¿Qué haríamos sin ellas ante tanto análisis y
actos calculados por medio de mi mayor imperfección, o sea el
perfeccionismo?
En
una de las clases, Stuart nos repartió unas hojas. Vaya, era una
canción del grupo U2; la letra quiero decir. Ya conoceréis muchos
de vosotr@s estos ejercicios. La letra estaba escrita de tal manera
que había huecos que teníamos que rellenar mientras escuchábamos
la canción.
U2 a las siete de la mañana
Bueno, U2, ¿Qué era ese grupo?
Desde luego un grupo que yo conocí gracias a su mítica
y archirepetida canción “With or Without you”, que, lo
reconozco, me impresionaba mucho. De hecho, en mi segundo Cou (19
añitos y matrícula de horror; sería muy largo de explicar por qué
“horror”) grabé de un vinilo que me pasó un amigo, el Álbum de
U2, llamado “The Joshua tree”, a una cinta virgen. Aquel disco
salió a la luz, me suena, en 1987. Me gustaba bastante, o incluso
más que bastante. Tanto, tanto, que, cuando me levantaba a las 7 de
la mañana para llegar a tiempo al instituto, y debido a que en aquel
tiempo mis despertares eran bastante buenos, mientras me preparaba
y me tomaba el desayuno, con energía además, solía tener el
radiocasete encendido muchas veces, haciendo sonar la cinta virgen en
la que había grabado del disco de U2 “The Joshua tree”.
Lo más gracioso de esos desayunos, era que mi hermana
mayor aparecía en la cocina con su pijama rosa (es que la estoy
viendo, con su gesto medio dormido y alucinado) y me decía “¡¿U2
a las 7 de la mañana?!!” Lo que sonaba a una especie de: “¿Pero
tú estás loco?” Se llevaba el dedo índice a la sesera y repetía
“¿A las siete de la mañana, U2?”. Yo bajaba el volumen y ella
volvía a dormir a la cama, pues su hora de salida le permitía
levantarse como una hora más tarde.
Efectivamente, U2 a las
siete de la mañana. Año 1990-91
Pues bien, ese era el recuerdo que
tenía yo de aquel grupo cuando Stuart nos puso en el radiocasete
una canción llamada “One” del disco “Actchung Baby”, una vez
que ya teníamos en nuestro pupitre la letra de la canción con los
huecos a rellenar. Entre el “Joshua Tree” que yo escuchaba a las
siete de la mañana dos años antes, y el “Actchung Baby” (disco
al que pertenecía la canción “One”) los de U2 habían hecho un
disco algo fallido en mi opinión:“Ruttle and Hum”.
Lo
cierto es que tras el disco “Rattle and Hum”, U2 publicó el
álbum llamado, sí, repito, “Actchung baby”. La primera vez que
oí una o dos canciones de ese álbum pensé que los irlandeses U2
se habían vuelto locos y que no tenía intención de grabar o
comprar ese disco, a no ser que fuera bajo amenaza de asesinato.
Marzo de 1993, U2, esta vez entre las nueve y las diez de la mañana .
El
título de la canción, cuya letra nos dio Stuart a cada uno de los
alumnos, con huecos a rellenar, era, repito, “One” Yo no tenía ni idea de
que con esa escucha estaba empezando una historia de amor apasionada
y muy duradera. Hasta
hoy mismo. De hecho, yo
creo que la canción “One” la he escuchado más veces que los
mismisimos componentes de U2.
Yo, en esa primera escucha, pensaba, hombre, ese
guitarreo pues bueno, no está mal esta canción, y la voz, la
cadencia es bien buena, que ya me gusta algo vamos...Estoy mintiendo,
yo no pensé en la cadencia ni en cosas técnicas; esa canción me
empezó a decir algo y nada más (algo que con el tiempo se
convertiría en casi todo). Hoy pienso que, por lo menos en mi caso,
las canciones que me han gustado muchísimo la primera vez, terminan
por gastarse en el lugar de tu afecto hacia ellas. Al contrario,
algunas canciones que al principio no me han dicho mucho y bueno, he
pensado, no está del todo mal, pero nada más, han sido las que más
me han gustado al final.. Este ha sido el caso de Achtung Baby.
Meses más tarde y durante el mismo año de las geniales
clases de inglés, cuando ya me veía recuperado para siempre, iba yo
en el coche de Txema, que conducía él, evidentemente, y tenía
sonando en su cinta de casete varias canciones; entre ellas estaba
“One”. Ostras, esta canción, le dije a Txema, qué buena. ¿Te
gusta? Dijo él algo extrañado. Le dije que sí. A veces Txema era
un gran detallista y me grabó el compact de U2 “Achtung Baby”
también a cinta, con un buen detalle final. En esa cinta, la última
canción era de un tal Springsteen, “I’m on fire” en concreto.
Sigo. La cinta de U2 que me grabó mi amigo (el extraordinario L.P "Achtung Baby"), ya para el año
noventa y cinco y noventa y seis del pasado siglo me la había oído
cientos de veces.
En la canción One se dicen cosas fuertes. “¿Te he
decepcionado? ¿Te he dejado un mal sabor de boca? (…) Somos uno,
pero no somos lo mismo....” A continuación la frase más dura de
la versión original: “Bien, nos hacemos daño el uno al otro,
entonces lo volvemos a hacer...” Posteriormente ,“Tú dices, el
amor es un templo, el amor es la más alta ley...” (con una subida
de voz potente y rasgada, de una belleza tal que me ha solido
producir escalofríos): "love is a temple, love the higher law". Y a
continuación, en la versión original, se dice algo que es casi una
frase sinónima (si es que hay frases sinónimas) a la que solía
añadir Bono, hasta hace muy poco tiempo, en vivo. (Advertencia para
no herir racionales sensibilidades: dicen que Bono es muy
inteligente; a pesar de ello cree en Dios, Jescucristo en su caso;
yo, que soy mucho más tonto todavía, también) Tras el paréntesis
de advertencia, escribo lo que entiendo que Bono decía al final de
la canción, pero ya en vivo: “¿Me oyes llamando Señor, me puedes
oír golpeando, golpeando la puerta,...,? y entonces me haces
arrastrarme”.
La super mega estrella adorada mundialmente y odiada por
muchos privadamente, BONO, confesando al final que interiormente se
arrastra, (que pasa calvarios, vamos) y preguntándole a Dios de
forma indirecta por qué. Y sin embargo, la melodía vocal
prodigiosa, la guitarrra, el bajo y la batería como contrapuntos
excepcionales e imprescindibles, han hecho de esa canción una de las
más recordadas por algunos colectivos universales. Moraleja: hay
dolor, cruz, nadie lo entiende, pero, a veces, más que a veces,
también mucha belleza. Es más, a veces lo más bello, viene tras (o
provocado por) un inmenso dolor. La bella planta o flor, salen en
belleza por medio de una durísima raíz, que rompe una porción
de tierra para salir. También nacemos así. No pienso pedir perdón
por pontificar. Este es mi sitio. Y siempre que quieras, el tuyo. Y
me gustaría recordar también el “recíbeme hermano, con tu beso
desleal, ¿o vamos a dejarnos solos el uno al otro, en las calles de
filadelfia?” ¿Y por qué nunca nos recuerdan que resulta que los
mega guays exitosos mundiales U2 (en especial Bono) o el mismísimo e
impresionante boss Springsteen (los cuales viven de puta madre,
dicen) también lo pasan fatal muchas veces?
Upss, ahora el que ha ido de guay soy yo. (ez zegok
irtenbiderik, galtzailea)...
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