En nombre de Robert Walser, (que no
quiso ser nombrado, que quiso ser un cero a la izquierda y que pasó a la
historia a su pesar)
Gracias a Dios por darme el don de saber expresarme bien, a pesar del dolor aceptado en general, muy difícil de aceptar en ciertos momentos.
Quien habla entre comillas soy yo en confusiones nocturno-matinales diarias.
"Si el fin viniese
no sé cómo reaccionaría al verlo venir.
Nadie lo sabe.
Hay demasiadas muertes en vida
No sólo las de los atentados y los
terremotos y hambrunas
Hay personas que viven en muerte, las
conozco y las he conocido.
Hay momentos (no pienso decir si muchos
o pocos)
En que yo vivo mal-muriendo, pero
sonrío.
No ahora, en momentos, en esos momentos
la MUERTE no da miedo, no asusta,
desaparece todo apego al vivir.
Y a quién le importa, y quién no ha
sentido, ante terribles vivencias,
ganas de que todo acabase por la vía
rápida,
aunque no vaya a buscarla ni provocarla.
Se acabarían todos los problemas, suelen
pensar algunos al respecto,
Sí, ya te escucho, luego, si te
mantienes, merecerá LA PENA.
.Puede ser...
Oh dios mío, esto de escribir en público es
tarea de alto riesgo, pues los veo
venir, centenares, millares de ejércitos,
MORALISTAS, que sois tan ignorantes que
creéis saberlo todo.
Y el positivismo por el positivismo y el
deber de estar BIEN.
Os veo venir, sé lo que ya me ibais a
decir,
pero que sólo lo vais a pensar,
y no lo vais a decir, porque lo voy a
decir yo,
en esta vida hay que salir adelante
(define adelante en terroríficos
contextos),
hay que sacarle el lado positivo a todo,
(a la tortura también)
uno no puede rendirse
(¿por qué? sólo si hay gente que necesita
que no te rindas, de acuerdo; pero define dignidad, rendición o lucha y luego
te llevo a un manicomio, con el que sueño a menudo, porque estuve en él),
Uno debe ser valiente, dicen los más
cobardes,
parapetados detrás de una bandera de
dignidad hecha pedazos,
vete al sanatorio de Mondragón, y dales
una charla sobre
LA dignidad,
y a los niños de la guerra, convénceles,
LA dignidad,
y a los niños de la guerra, convénceles,
tú, que no sabes lo que es estar muerto
en vida,
tú, siempre recta, siempre en tu sitio,
siempre digno/a, siempre
con la cabeza bien alta y el puño en
pecho, tú, que todo lo sabes,
no sabes lo ridículo que quedas ante
otros, que callan,
y que no tienen navidad nunca, ni
felices años, NADA tienen,
y yo no callo pues porque igual te lo
piensas dos veces,
antes de imponer un decreto sobre lo QUE
es, CÓMO es, y
lo que hay que hacer en esta vida, tú
eres ley, y como ley, podrida estás,
porque por dentro, no soportas tu temerosa, agresiva, y colérica sensación "progre" (mentirosa)
y la disfrazas de coherencia, contundencia y lucha,
tú que decides lo correcto, cómo te
atreves,
tú que no sabes más que yo ni que nadie
y sin embargo crees que sí, en tu
ignorancia de absurda rectitud
y sin verme cuando me levanto, por
dentro, me mandas hacer,
cosas incoherentes, me dices lo guapo
que soy en los anuncios,
El fariseísmo ya había parecido tocar
cumbre en el XX,
y en el XXI se expresa en paroxismo
equilibrista hasta lo absurdo,
tú te vas a atrever a decirme, a pesar
de todo, que la vida es dura, SI,
para todos, cuando yo no hablo de todos,
y que es cómodo mi punto de vista;
¿dónde están las leyes éticas sobre lo
cómodo o incómodo de no tener miedo a la muerte?
¿Dónde indican qué se debe de sentir, o
actuar como tú dices?"
Tú, moral retrograda y autoritaria eres
un MAL endémico."
Por fortuna y fuera de las comillas, yo
no me siento siempre así, son más que suficientes las ocasiones en que no
siento ese desgarro alienante y hay veces en las que soy muy feliz y no quiero
compasión,
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