No creo que todo sea cuestión de ego. Y si lo fuera podemos pensar que quien hace algo por
ego, en los aplausos, busca amor. Porque el supuesto ganador mismo no lo sería,
si otros no dieran importancia a su triunfo. Sí, hasta cuando se dice que el
niño busca llamar la atención, el niño lo que quiere es que le quieran. De la
forma más equivocada, como la del ganador, pero ¿qué tiene de malo el buscar
ser querido? Muchos de los que lo buscan también dan amor, también necesitan
amar.
Me refiero
a que estaba hecho un trapo, ni me podía levantar para ir a hacer compras con
una mujer que no sé si merezco pero está conmigo y soy muy afortunado.
Y
entonces pensé, escribe sobre lo bueno, sobre la gratitud, y extiéndelo y quizá
le hagas bien a alguien o le llegues y salgas de ti mismo.
Vosotras
(y digo vosotras, porque es igual de arbitrario que vosotros y no entiendo
por qué todavía se le sigue dando bola sólo al masculino como genérico) sabéis
quizá que en los estados depresivos el miedo se agranda y la cabeza teme que no
es capaz de salir de ese pozo y que viene algo terrible. En muchos casos cuanto
más se esfuerza uno por mantener la calma o por no torturarse y pelear contra
la depresión, el dolor sigue enseñando su cara más terrible y te anula y te
hace pensar cosas que no son ciertas. En mi caso.
¿Es ego el hecho de que se me haya subido el
ánimo pensando que escribiré sobre la gratitud y luego lo publicaré?
Probablemente sí, pero qué más da, si os lo cuento y me siento mejor
comunicándome así con vosotras.
Por tanto,
empiezo, gracias a personas como Magdalena, que me ha sacado una lagrimilla con
lo que me acaba de escribir, gracias a personas como Mercedes, y Ana, siempre
ellas en la línea del frente, Ignacio, Roberto, Pablo, Marjo, Edurne, Kontxi,
María, Josemi (cómo te quiero amigo, cuánto me has dado y das), Guille, Mertxe,
Maria Luisa, en fin, todas las de Why not, y de Otl, mis amigos más cercanos;
los milagrosos artículos de Rosa y su disposición ante el mundo y los otros,
Mari Josés varias, padres, Susana, Dios mío Susana lo tuyo es cotidianamente
espectacular: pero sois muchos, hay mucha gente y esto se convertiría en una
aburrida lista de nombres; muchos, muchísimos lo sabéis, os aseguro que en mi
mente no omito a nadie, lo que pasa que escribir nombres en lista larga no
tiene sentido.
Pues gracias a la medicación, sin la cual no estaría
vivo, gracias a la figura artística y personal del enorme Roberto Moso, gracias
a toda la música que me ha sacado de tantos apuros; gracias a los momentos de
paz y de ilusión.
Gracias a quien me hizo reír, gracias por tener el don
de hacer reír a algunos, gracias a tanta gente que me ha ayudado, gracias a una
preciosa amiga de 86 años, gracias a la
gente que me ha querido incondicionalmente, estuviera yo en el estado en el que
estuviera; gracias a quien me perdonó, gracias a los libros, gracias a la
escritura, gracias a una ciudad que no aprecié en su explosiva belleza, gracias
a que a pesar de que en momentos muy muy oscuros, en que la muerte atraviesa la
cabeza, eso pasa y uno encuentra sonrisas. Y sobre VIVE.
Gracias a los que abrazaron y abrazan de corazón,
gracias a todos los que quieren el bien, gracias a que en este momento yo pueda
pensar que aunque haya pasado dos días de mucho daño ahora que os escribo,
porque os escribo a vosotras, lo hago por vosotras, no me dan dinero, ni
prestigio, y ahora que tengo la capacidad de verbo de dirigirme a vuestro
corazón, que sepáis que me quedaría unas horas en vuestros corazones cuando
estos están relajados y dan amor de forma automática. Porque a veces no podemos
amar, no, no es que seamos malos, es que nos cuesta, en momentos, vivir ciertas
circunstancias, pues hay muchas asperezas y nuestra falta de calma (somos humanos)
nos aleja del amor. No pasa nada, vuelve.
A pesar de ello nos encontramos algunos en calor, nos
sujetamos, nos damos, recibimos, salen a nuestro encuentro, sacamos una sonrisa
a pesar de nuestro peso y el receptor nos hace de espejo con su sonrisa
verdadera, veraz, absoluta. Ese momento, sonrisa cariñosa a sonrisa de amor,
debiera quedarse en la mente como prueba fehaciente de nuestro amor al amor y
al bien. Habrá gente a la que eso no le importe nada, o no les interese el amor
y les de igual actuar con maldad; no es nuestra guerra.
Nuestra trinchera somos nosotros, nosotros con
nosotros, con o sin red, mi trinchera es este texto en que mando un abrazo a un
hombre que dijo que hiciéramos un texto sobre la gratitud y en el aire se
quedó.
Y una cosa, gracias a que recordando que hay cosas que
agradecer, gracias a que muchos deseamos lo que deseaba Lennon al componer
Imagine, algo tiene que haber que provoque ese deseo. No sé si divinidad, no
sé, pero cuánta gente, hecha y derecha y seria se derrite en ternura al ver a
un precioso perrito, aunque luego por orgullo, diga que son mariconadas; hasta
ese que dice eso necesita las mal llamadas sensiblerias cursis o mariconadas;
todos, a no ser de ser monstruos, deseamos amor y eso da a ese concepto una fuerza
impresionante.
Gracias a la palabra escrita, que un día más, me ha
sacado de mi negatividad. Gracias por leerlo.
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