domingo, 3 de enero de 2016

CUANDO LA INTERPRETACION ES ABSOLUTAMENTE IMPECABLE


           Una vez leí en algún sitio (no sé si en un prólogo de libro, no sé si en una revista, apostaría por el prólogo) un comentario que hacía una mujer, a propósito de  que, para ella, la actriz Sarah Polley sería siempre el personaje de la película "Mi vida sin mí." . O sea "Ann". Que no quería ver a Sarah Polley representando ningún otro papel, pues en esa interpretación Polley se convirtió en "Ann" de una manera tan genuina, vital y absoluta, que la fuerza de la interpretación hizo que el personaje se comiera a la actriz, en el sentido más positivo. Esto debe de ser frustrante para la actriz "Sarah Polley", si es que le sucede con más gente, pero yo siento  lo mismo que lo que indicaba la mujer del supuesto prólogo. Lo que Sarah Polley transmitía por medio de "Ann" era tanto y tan intenso que el personaje se te quedaba para siempre marcado en tu mente y en tus sentimientos, con la cara de Polley, claro. El argumento de "Mi vida sin mí" tenía una base relativamente sencilla: una mujer sabe que le quedan dos meses de vida y decide utilizarlos, para, una vez que ha escrito en una lista todo lo que quiere hacer para aprovechar a tope esos dos meses que le quedan, llevar a cabo lo que se propone, siguiendo al pie de la letra todo lo apuntado para afrontar esos dos meses límite. Hasta ahí todo es una expectativa que se podría antojar ingénua o soñadora. Ya, ya. Lo que viene a continuación, si estás centrado, te mantiene delante de todo lo que pasa en semejante historia, con la boca abierta. La recomiendo vivamente. Estará todavía en DVD.
       Yo no sólo comparto la sensación de la mujer que sólo quería ver a "Ann", por medio de Polly, y no a nadie más por medio de la actriz. El hecho de no querer ver a un actor o actriz en otro papel que aquel en el que le ha impresionado muchísimo, me pasa a mí con otros interpretes.
         No me gusta nada ver a Liam Nesson en una película en la que él no sea Schindler, de "La lista de Schindler". Schindler sólo puede ser para mí Nesson, o mejor dicho Nesson nunca me puede decir nada si no es Schindler. Esa genial interpretación de Nesson haciendo de Schindler lo desborda todo, y se sale de todos los cauces más rutinarios o cotidianos. Sé que es muy injusto para el actor y que no debiera ser así, pero la pasión es así de caprichosa.
        Me ocurre lo mismo con Tim Robbins, al que casi siempre (salvando su papel en Mystic River) veo como Andy Dufresne de "Cadena perpetua". Andy Dufresne es un personaje que se te hace mítico en tu propia vivencia; por lo menos en mi caso. Es el héroe personal de un antiguo amigo.
        Y sobre todo, para mí, para mi capricho más especial, Javier Bardem siempre será el "medium" de Ramón Sampedro. Nunca he estado agusto viéndole hacer otro papel. De hecho, he intentado evitarlo. No es justo, lo sé. Pero es lo que siento
     Una vez escuché decir al fallecido Antonio Vega que le molestaba que le pidieran que cantara, siempre, siempre, "La chica de ayer". Esto le provocaba no poco malestar, pues él decía, con razón, que había hecho muchísimas canciones que no tenían nada que ver con  aquella. Que él no era el de "La chica de ayer". Lo triste es que le comprendo a él igual que comprendo a los que adoraban tanto aquella canción ,que hacía que la canción convirtiera en estatua perpetua al interprete. Él era un autor vivo y quería cantar otras cosas y no ser "un gran éxito" perpetuo, repitiendo y repitiendo lo mismo siempre. Es injusto, pero ocurre...

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