PERIODISTAS
DESINFORMADOS: PELIGRO
El porcentaje de enfermos
psíquicos violentos, peligrosos o asesinos es muy pequeño dentro de
toda la comunidad general y absoluta de un país llamado España. Y
también dentro de toda la comunidad de enfermos psíquicos dentro de
esa nación. Si lo comparamos con el porcentaje de criminales sin
enfermedad psíquica grave, en el conjunto del país de nombre
España, veremos que el porcentaje de los enfermos psíquicos criminales, es, por
comparación, absolutamente ridículo en su pequeñez. En la cárcel,
cogiendo como marco a todos los presos comunes, sólo un 4'2% padece
enfermedades psíquicas graves. Estas son tres, y se denominan
“Depresión Mayor Recurrente” (mi primer diagnóstico se llamaba
así, hace más de veinte años) Trastorno Bipolar (mi segundo y
definitivo diagnóstico se llama así) y Esquizofrenia (tres de mis
mejores amigos la tienen; cachos de pan; la esquizofrenia suele
presentar tres tendencias psíquicas diferentes. La más común, y
que nadie se asuste antes de aclararlo en medio minuto, se llama
“paranoide”). Por lo tanto hay muchísima gente con enfermedad
psíquica grave fuera de la cárcel o de psiquiátricos
penitenciarios. ¿Por qué? No son violentos con sus crisis
controladas con medicación. Incluso, muchas veces, sin estar medicados.
Una
importante puntualización. La palabra “paranoico” no denomina a
un loco peligroso. Denomina a una persona que interpreta la realidad
de manera muy equivocada; la mayor parte de las veces se cree
perseguida. Yo que tú no me reiría demasiado. Tú mism@ podrías
engordar la lista de gente con paranoias. Cualquier día. Pero la
persona en estado paranoide (el paranoico) sale de su infierno por
medio de medicación. La mayoría de las veces; conozco un terrible
caso en el que la persona que padece paranoia no responde a
tratamiento y sufre una barbaridad, pues sigue sintiéndose
perseguido. Te vuelvo a decir otra vez que reírse de lo que
te puede pasar, es peligroso. A esta persona y a los que padecen
puntualmente paranoia (crisis a la que se accede vía esquizofrenia o vía trastorno bipolar: euforias y depresiones) lo último que se les ocurre (en general, como también
diría en general, si hablase de diabéticos, calvos o cojos) es dañar
a otro. Por cierto, si utilizo el nombre “enfermo psíquico” y no
“enfermo mental" es por algo que explicaré otro día. Esto se alargaría demasiado y soy un lector lento.
En cuanto a lo que digo, lo hago por medio de los datos que ofreció el diario digital 20 minutos.com
el 24 de mayo de 2011 al respecto del tema que aquí se trata.. Ando tarde, sí. Luego explicaré por qué.
Siguiendo con los porcentajes y los datos que dio aquel día el
diario nombrado sobre lo que nos ocupa, resulta que los enfermos
psíquicos que hay en la cárcel de ese país llamado España copan
un 42'5% de la comunidad formada por todos los presos. Es una cifra
que se sostiene de forma garrafal. No se sostiene de ninguna forma. Pues hay varios problemas ahí. Primero
porque se dice que el 23'13% de los presos padece trastorno de
ansiedad. Es un error que se nos diga eso, cuando nos están
hablando de la enfermedad psíquica. Porque resulta que padecer
trastornos de ansiedad (si eliminamos casos graves de ansiedad
crónica, que no son tan frecuentes) no es padecer una enfermedad
psíquica, y si en pocos casos lo fuera, no es tan grave como las más duras. Por
otra parte y según la fuente de la que hablo (el diario digital 20
minutos), que basó sus cifras en la información que
parece que dio al respecto la señora Mercedes Gallizo (secretaria o dirigente
principal de instituciones penitenciarias entre 2004 y 2011, época
Zapatero; y digo parece porque la forma de dar la "noticia" es cuando menos ambigua) en fin, que según esa o
esas fuentes, según algún tipo de informe, por lo visto, tener problemas con drogas es
una enfermedad psíquica (y no
lo es,
salvo que de ella se derive a una enfermedad psíquica; pero esto,
muchas veces, no pasa), porque se da el dato de que la gente con esta
“enfermedad” (problemas con la droga) engloba a un 17'3% del conjunto de todos los presos.
Y, penúltimo, un 14'9% de todos ellos padece depresión. Cualquier
persona podría padecerla en la cárcel,(delincuente o no), lugar que no ayuda en absoluto a sentirse animado y sin bajones, por cierto. Por tanto ese 14'9% de gente con depresiones es un porcentaje cuando menos muy dudoso y no demasiado fiable para hablar tampoco en este caso de "Enfermedad psíquica" con absoluta rotundidad. Las cifras, aburridas siempre, terminan con ese
ridículo 4'2% de enfermos psíquicos graves en las cárceles (y por
suposición, pero suponiendo fatal, serían los más peligrosos).
Otra
cosa; no se debe confundir psicótico (que es un estado en el que aquél
que lo padece, al interpretar la realidad muy mal, puede pensar que todo el mundo está en su contra, por ejemplo, y está muerto de miedo y no le da por ponerse a descuartizar
gente) con psicópata. La psicopatía no se encuentra dentro de la
psiquiatría. Con los psicópatas no queda más remedio que meterlos en la cárcel, y es peligroso que salgan, pues
no tienen conciencia del mal. Ni se pueden reinsertar, ni “curar”. Y los psicópatas si que son muy peligrosos.
Si
hay que utilizar la palabra “peligroso”, para los enfermos
psíquicos, para nuestra dignidad, los más “peligrosos” son los
periodistas de todo tipo de medios de comunicación, que cada vez que
tienen oportunidad para ello, cuando alguien con enfermedad psíquica
comete un asesinato, dicen, SIEMPRE y como una explicación
relevante, lo siguiente: “el asesino estaba en tratamiento
psiquiátrico” (cuando son la minoría); ni siquiera sabemos si el
asesino mató por tener enfermedad. De todo el resto de criminales
sin enfermedad, no se dice nada.
La
escritora y periodista Rosa Montero, escribió una vez un artículo a
propósito del trágico suceso de un copiloto al que no
correspondía pilotar y se puso a ello forzando la situación, tras
lo cual estrelló el avión para matarse él y de paso a todos los
pasajeros y al resto de la tripulación. Como se recalcó demasiadas veces el hecho de que tenía
depresiones, a Rosa Montero se le agradece infinitamente uno de sus
últimos comentarios en aquel artículo: Aquel hombre no mató a la
gente por padecer depresiones, sino por maldad. Y por carecer de una
mínima compasión hacia el prójimo. Yo haría extensible esta reflexión a los casos en que esquizofrénicos o bipolares cometen crímenes (son minoría). Van
Gogh era pacífico y esquizofrenico, Virginia Woolf era bipolar, y a pesar de padecer una enfermedad psíquica grave, ambos aportaron mucho. Y hay muchos casos más.
Antes
de seguir, debo de decir que aquí hay dos o tres
irresponsabilidades. Una, la del redactor de la noticia, que da datos
sin matizar y a toda prisa. La segunda, probablemente de Mercedes
Gallizo, que puede que fuera la que dio datos de forma tan ambigua. La tercera, y la más importante, es mía, por dejarme guiar
por esa “irresponsabilidad” y no buscar otras fuentes, teniendo
en cuenta que la tal Mercedes Gallizo dejó de ejercer hace cuatro
años, con el cambio de gobierno. No tengo excusa; tampoco mucha
fuerza para ofrecer documentación absolutamente precisa, rigurosa,
exacta u ortodoxa. Coño, que yo también tengo enfermedad y ando
como puedo. Dos antidepresivos y medio, tres pastillas que equivalen
a 12 orfidales (ansiolíticos) diarios, dos reguladores y un
relajante mayor. Y algo más. Pero eso no me justifica. A pesar de
ello busco que se nos entienda.
Pero
estoy seguro de que cualquiera que vaya a buscar datos o conclusiones sobre estos
casos, en los que los periodistas realizan gratuitamente la relación de los
enfermos psíquicos con la violencia, podrá llegar a mi misma deducción, con la ayuda de
Google o de libros especializados al respecto, y teniendo en cuenta siempre que trate de constatar hechos de
una manera feaciente, y legitimados por gente experta en el
tema. Repito por enésima vez:
De todos los crímenes que se realizan, los cometidos por gente
“sana” son miles de veces más numerosos que los cometidos por gente con
enfermedad psíquica.
Por tanto, si cada vez que
algún enfermo psíquico comete un crimen, entre todos los demás criminales (la inmensa mayoría),
los medios de comunicación piensan que es necesario y relevante
decir que ese criminal estaba en tratamiento psiquiátrico, y de hecho
lo dicen, desearía también que cuando informen sobre todas los
demás personas “sanas” que cometen actos criminales, se dijera también que el criminal llevaba gafas habitualmente (alerta con la gente con
gafas), o compraba ropa en el Corte Ingles (peligrosos los compradores
de ropa en el Corte Ingles), o solía ver programas de televisión
absurdos, o tiene pies planos, o lleva tatuajes, o le duele habitualmente
la espalda, es calv@ y le huele el aliento. De forma horrorosa
además. El olor del aliento.
Porque
ya está bien. No basta con los horribles sufrimientos que padece un
enfermo psíquico. Encima, resulta que es potencialmente un criminal.
Y por último, como vivo en un territorio en donde hay que dar explicaciones, las daré. ¿Por qué digo "un país llamado España"? Muy fácil. No consigo definir mi identidad según la pertenencia a ningún territorio. No me siento Donostiarra, ni vasco, ni español, ni europeo (aunque bien que me aprovecho del "bienestar social" (qué término más horroroso, por cierto) que eso me da)); y ni siquiera me siento ciudadano del mundo. No tengo la culpa de sentirme así. Y tampoco me siento orgulloso de ello, precisamente. Es un sentimiento como el de la creencia religiosa. No me los explico.
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