YOUTUBE: U2 ONE SLANE CASTLE:
Viernes 29 de Julio. Son más de las tres de la madrugada. La pasión juega a la alta.
La canción que escucho ha marcado mi vida. Escucho la mejor versión en directo de esa canción. One. De U2. Lo único que no me gusta es que son mastodónticos como grupo y Bono es megalomaniaco, pero su voz ha cubierto mis heridas tantas veces....
Canción One en el SLANE castle 2001.
Han pasado 23 años y pico desde la primera escucha. En esta versión, esa canción que encierra quizá metáfora, me sigue impresionando.
Comienza suave, escarceos leves de la guitarra y la voz. Una lancha a motor sale del puerto, suave, despacio, sin prisa. El mar, dejado atrás el puerto, se muestra más movido, la lancha aumenta de velocidad y va vislumbrándose una isla de mágicos colores, lejos todavía....
Quien marca el ritmo principal de la lancha se hace preguntas sin respuesta, poco a poco, cada vez más intensamente, obsesivamente, aumenta el ritmo cuando dice que somos uno, pero no lo mismo, no, no lo mismo, tenemos que agarrarnos los unos a los otros, pero nos hacemos daño, y dice que es demasiado tarde esta noche, para poner algo de luz en nuestro pasado. Entonces a la voz repetida de un amor, una vida, la lancha va convirtiéndose en un bellísimo barco de hinchadas velas que mágicamente y sin necesidad de motor surca el mar hacia la gran luz de una isla que se va acercando a la vista, una luz como nunca nadie vio en la historia. Bajo y batería surcan intensamente el mar acompañando la voz del capitán y el imprescindible guitarrista que da todo el movimiento de apoyo principal en la navegación del barco.
Pero el capitán del barco recela de la luz y dice que si el amor es lo mas grande y esa isla quiere recibirle, ¿Cómo sujetar ese amor que ofrece esa isla si lo que lleva con ella es un gran dolor? (¿Cruz y amor en la misma ecuación? El capitán no entiende nada. Yo tampoco.)
El barco brilla cada vez mas y acaricia el más paradisíaco paisaje. Hermanas, hermanos, una sangre, un amor, somos uno, pero no somos lo mismo. La vitalidad y la pasión de los navegantes va aumentando progresivamente hacia el climax que roza la euforia.
El barco en todo su esplendor brillante de humilde y sencilla serenidad, va en encuentro de esa isla paradisiaca que en los entresijos de su esplendoroso brillo, guarda sospechosas sombras; llegando al Olimpo, el capitán parece no fiarse e insiste "tenemos que sujetarnos los unos a los otros, los unos a los otros". El que debiera ser apoteósico encuentro se confunde con las últimas palabras del capitán: "¿Nos escuchas señor? ¿Nos escuchas llamando? ¿Nos escuchas golpeando la puerta? ¡¡¡Y nos haces arrastrarnos!!!".
Esto último desconcierta al esplendor de la isla, a los tripulantes, al sol, a la luna y a las estrellas que se habían concentrado todas a la vez para presenciar el gran milagro que no se produce porque el capitán no acepta todas las condiciones. Se niega a arrastrarse como la isla le pide que haga para llegar a su GLORIA.
Quince años más tarde, el mismo viaje se produce, pero esta vez, el capitán se rinde ante la grandeza de algo que llaman amor y pide la Unión de todas las tierras mientras entra en paz en una isla de la que nadie tiene ni quiere tener noticia, porque no está en el planeta donde vivimos. El smartphone en el que yo también viviré en pocos días.
Sobresaliente Antxon. Eres guapo, listo, inteligente, grande, hermoso, sensible, cojonudo, la hostia y tu único defecto es que no tienes defectos.
ResponderEliminarMe gusta el hilo conductor y la facilidad con la que escribe el amigo Antxon.
ResponderEliminarGracias!!
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