jueves, 29 de diciembre de 2016

YA TE LEO YO


   Y recogido ya mi rebaño (en forma de caja de antidepresivos en farmacia de guardia, que tomo sólo para estar contento, yo soy un tío muy fuerte, no un debilucho con tontos delirios de grandeza, sino alguien con buena madera de roble) y limpiados mis dientes y afeitada la barba de mi hermoso rostro, te voy a contar una cosa.
 
       Soy un mal lector. Pero me gusta leer. Este mismo año sólo releí "La loca de la casa" y "La ridícula idea de no volver a verte" de Montero, combinada ésta con "Oona y Salinger" de Beigdeber, del que tras un viaje malísimo (que no llegué a terminar) con "El mal de Montano" de Vila-Matas, leí también 13'99 euros. Algo bestia pero brillante y atractiva, la literatura del  tal Beigdeber. Se pasa  un poco, pero no es más que literatura; hace falta gente así de radical en el plano subjetivo de la literatura. Para mi gusto, claro. Tras este libro leí "La carne" también de Montero y hace un mes terminé de leer "Cinco esquinas" de Vargas Llosa. Salvo con esta última novela, normal y corriente y que no atiende a las reglas que el nobel Vargas Llosa marcó como "necesarias" en la literatura, pues me pareció una historia de lo más corriente aunque bien contada, si termino un libro, es señal de que me gusta mucho. Pero muchísimo. Si no, los puedo dejar al principio. Ya digo que soy mal lector pero mis libros leídos son devorados por el entendimiento y la emoción con gran intensidad y devoción. Y ahora estoy con "Bartleby y compañía" de Vila-Matas, que me está gustando; eso, tras haber rastreado los escritos autobiográficos de Kafka, que he dejado a un lado por respeto a su persona. Kafka hablando de su vida me conmueve demasiado, era un buen tipo y lo pasó mal y su subida al olimpo será justa probablemente pero es que, esa vida, me recuerda a otras que mejor no recordar...Franz, los academicistas que tan bien te tratan no te merecen. Lo mismo  pasa con Cervantes, que criticaba a gente muy parecida a los que estudian y hacen tesis doctorales de su obra y no son capaces de darse por aludidos cuando Cervantes no habla precisamente bien de la gente relamida y elitista. Sólo con leer el prólogo se ve para donde tira Miguel de Cervantes.

    Cuando yo tenía 29 años había leído muy pocos libros todavía, muy poca novela, que fue el género que me gusto posteriormente. Sí que leía artículos. Los domingos leía las columnas de Perez-Reverte y de Javier Marías en la revista del grupo correo "El semanal XL", y aunque me dé vergüenza recordarlo, no me da vergüenza decir que habiéndoles leído durante años, pensaba, que, ejem, tenían la razón. Y con cierto rubor debo de decir que a la señalada edad de 29 años, leía libros enteros de recopilaciones de artículos de Javier Marías, y también creía que Marías tenía, ejem, la RAZON. Yo creo que esta es una de las múltiples razones por las que tuve una treintena tan calamitosa. Pero, enterada mi prima de mis lecturas, me indicó una novela de Javier Marías ("Corazón tan blanco") que me gustó mucho. Luego leí varias más de él que también me gustaron mucho. Él, por fortuna, dejó de ser santo de mi devoción para mí, hace ya bastante tiempo.
       
A finales de 2001 Marías dijo cuáles habían sido las mejores obras literarias del siglo XX y le hice caso. Bien, con Henry James no pude, con Proust sí, pero dejé los tres últimos tomos de sus siete de "En búsqueda del tiempo perdido" para la siguiente vida. Pero me leí cuatro, y con mucha atención. Con "Volverás a región" de Benet, casi me voy al manicomio. Por otra parte,  aunque Marías no habló de él empecé a leer "Crimen y castigo" de Dostoievski, y estaba bien, sólo que ahí se tocaba el tema más traumático de mi existencia y de una manera un tanto retorcida: La Culpa y el castigo. Y no era plan. Sin embargo, entre los recomendados, me encantó "Doktor Faustus" de Mann y aunque no tanto como ésta última, también me gusto bastante "La montaña mágica", del mismo autor. Mucho disfruté con los cuentos de Borges, cuyas constantes alusiones a Chesterton me llevaron a leer los cuentos de este último, que me encantaron. Por mi cuenta, Cercas me gustó mucho, antes y después de 2005 fecha puntualmente básica en mi existencia (y no para bien), así como Paul Auster, un par de novelas de Dickens, "La muerte de Ivan Illich" de Tolstoi, la metamorfosis de Kafka, La Regenta de Clarin también me gustó. Y unas cuantas más, algunas de cosas de Vargas Llosa, Murakami y otros, pero no es cuestión de aburrir. Pero ya digo, todos los leídos, fueron leídos por lo mucho que me atrajeron y me emocionaron.

Resulta que llevando cuatro años de lecturas intensas y a salto de mata, se me ocurre escribir algo que no sabía que iba a ser libro. Era mi vida. Ese libro lo tiene en venta Amazon y no habla muy bien de ellos: porque el libro está disperso y desestructurado (como el autor) tiene una puntuación muy cuestionable, el narrador da demasiadas explicaciones  se justifica demasiado y además parece tomar por tonto al lector, por lo de las excesivas explicaciones, Conmigo que no cuenten para hacer propaganda de un libro, por mucho que lo escribiera yo. Y ahora creo que me iré a la cama con Vila-Matas (libro, libro) pero miraré algo de facebook antes de irme. Cuidado, se me olvidaba, uno de los libros que más me ha gustado nunca, es, LA RADIO ENCENDIDA, de un tal Moso. Extraordinario. No está donde merece, pero sí en mi corazón, siempre.

Evidentemente todo lo dicho no tiene relevancia alguna para nadie que se asome a este blog o a facebook, pero lo quiero colocar ahí, no hago daño a nadie y no creo que facebook me riña por no haber escrito La Odisea en breve.

lunes, 26 de diciembre de 2016

FRANZ KAFKA


  
Kafka escribió una carta a su padre para explicarle por qué le tenía miedo, advirtiéndole ya desde el principio que no sabría explicárselo bien. Como no podía escapar a su condición de excelente escritor de novela, esa carta, probablemente sin buscarlo él, se convirtió en una biografía novelada de alto voltaje.  En una parte de su biografía, mejor dicho... En concreto, es una biografía que abunda en una de las partes más espinosas de su existencia: evidentemente, como el título del escrito bien lo dice "Carta al padre" habla la relación que Kafka tuvo con su padre (atormentadora), de la que algunos estudiosos indican que nació su forma de entender el mundo y hasta la expresión literaria de ese mundo. Y digo algunos porque no se ponen de acuerdo muchísimos. Mira en internet, y ya verás cuanto entendido entiende el mismo tema de forma siempre algo diferente al resto.

Al final, siendo sus novelas casi metáforas existenciales (quizá sin él mismo pretenderlo) y fruto de lo absurdo que se sentía e incluso atormentado en muchas ocasiones, resulta que lo llamado kafkiano (Que tiene el carácter trágicamente absurdo) es,  no sólo la expresión de su literatura, sino que va más allá: alcanza incluso la interpretación de su obra, que se ha convertido en Kafkiana. Cuanto daño hacen los "estudiosos" a la literatura. Mucha gente disfrutó (yo no) de sus novelas, a pesar de (o precisamente por) ser tenebrosas y claustrofóbicas. Quedarán unos pocos que le lean, y serán escritores. Y ya está. La literatura está para hacer preguntas de forma artística, nada más. No está para ser analizada como si fuera una ciencia. Y gracias a dios la literatura no es ciencia.

Franz Kafka. Este hombre produjo un fenómeno tan kafkiano tras su muerte, que por su dignidad y en nombre de la ética personal, debería de tener derecho a volver a la vida a decir "qué están ustedes haciendo, diciendo que soy grande y que he influido en escritores y que soy de los mejores universalmente hablando. Ustedes que forman parte descendiente de los que me despreciaron. Ustedes que se fijan sólo en la "brillante" forma sin saber que el fondo era un reflejo de lo mal que lo pasé en su mundo. Porque es su mundo, que yo nunca comprendí, en el que todo lo quieren encasillar y etiquetar, no yo, yo no soy objeto de estudio, soy una persona que escribió. Nada más."

Para empezar, él siempre dudó de si era un escritor de calidad o no. Utilizó la literatura como forma de terapia, casi no publicó y encima dijo a su "amigo" Max Brod, que quemase toda su obra al morir (que era bastante fecunda). Su "amigo" no lo hizo y pensó más en la literatura universal que en la lealtad a un amigo. No voy a ponerme a juzgar a Max Brod aunque con ciertas dudas le haya puesto unas comillas cuando hablo de él como amigo. Simplemente su acto me parece moralmente cuestionable.

Kafka, sobre todo, sufrió, y malvivió psicológicamente. No pudo cortar el "cordón umbilical" que le ató a la autoridad de su padre, a cuya opinión y relación dio una relevancia abrumadora y obsesiva, que le asfixió siempre.  Su relación con él, con todo lo que le despreció, con todo lo que no le valoró, con su rechazo a su vocación literaria, con su condescendencia autoritaria hacia todo lo que hacía su hijo, (sumada a una forma hipersensible de ser y vivir) le produjo una existencia angustiosa. Lo práctico hubiera sido pasar completamente del padre. No pudo. Se sentía atrapado. 

Kafka era consciente de ser un individuo muy limitado afectivamente y muy dependiente de un azar que se le hacía grande. Era consciente de ser uno más de los "pobres hombres" que podemos llegar  a ser todos, en muchas ocasiones.

En sus escritos se toma la revancha con la vida y casi hasta se ríe de las desgracias de sus personajes, que en ocasiones eran una proyección de sí mismo.

Cuando publicó en vida "La metamorfosis" fue ignorado, y su amada Felice Bauer no reaccionó con ningún entusiasmo ante esa obra, lo que le hizo hundirse "infantilmente" (muchos nos hundimos infantilmente en este mundo infantil).

Y resulta que en "Carta al padre", Kafka se muestra entrañablemente débil, entrañablemente buscador de cariño y comprensión, en desesperación adulta por no haber recibido el aprecio de su padre; y se muestra acomplejado, se muestra como casi todos. Sus cartas a Felice lo muestran a veces desesperado hasta la neurosis más alta.

Y una cosa: eran cartas personales, ¿Con qué derecho las editan y las leemos? Es que era Kafka, claro. Pues por eso mismo. Un respeto.

Mi psiquiatra solía decir que todos somos unos "mierdecillas" y yo me enfadé con él por decir eso, a cuento de qué, le decía. Le entiendo. Nos miramos el ombligo sin darnos cuenta de lo terriblemente humanos (demasiado humanos) que somos, y nos engañamos cuando nos creemos fuertes, cuando dependemos de enfermedades y de un montón de cosas que vienen desde el exterior, ante las que estamos demasiado desprotegidos.

Por mucho que Kafka fuera encapsulado posteriormente como un Grande, un Maestro de la literatura, alguien que rompió moldes, un Genio, Kafka, en general, Franz, era, como el ser humano (hasta el más capullo) vulnerable, muy vulnerable. Cómo sufrió. De qué le sirvió la gloria póstuma. A él lo único que le hizo bien fue escribir; canalizar su tormento creando historias terroríficas, reflejos de su ser, y con un talento literario supremo. Pero el arte está sobre-valorado. Mi madre tiene un talento supremo para cocinar, y ese talento le pone a la altura de todos los que tienen talento para hacer cosas sobre-valoradas, sólo porque producen un placer intelectual o emocionalmente profundo. La literatura está sobre-valorada y absolutizada por quienes la ejercen y la leemos.

Por supuesto, ahora me va a venir uno y me va a decir que Kafka tenía una obra intachable, que era el amo literariamente, que  escribiendo era un superdotado (que ya se está empezando a considerar como una discapacidad, pues el superdotado nunca puede empatizar, en la escuela, ni con los que tienen su edad, pues se aburre, ni con los que tienen su altura intelectual, pues son cronológica y emocionalmente más mayores) y que no se debe de echar por tierra toda la obra de Kafka por su forma de ser. Y a pesar de que pienso  que Kafka escribía muy bien y tenía una capacidad de fabulación de alta categoría (o sea que pienso que era un grandísimo escritor) me gustaría que no se mezclase el tocino con la velocidad.

Franz Kafka muere en 1924. De manera absurda y kafkiana, como la misma muerte lo es. 

domingo, 25 de diciembre de 2016

LO SMART ME VUELVE TONTO



Resulta que hoy, ha ocurrido otro incidente con mi mp3 (y van, incidentes, y mp3-es...). Las teclas no me obedecen y no es que no hagan nada, sino que las teclas que toco provocan una reacción del mp3 que está muy alejada de la  originariamente  correcta. De la que las instrucciones decían que hacía según el botón que tocabas, vamos.

Ya sé por qué es. Este mp3, como otros, tiene la tendencia temeraria de hacer viajes independientes desde mi bolsillo (de la camisa o del pantalón), o del lugar a donde se engancha en el pantalón, con destino a tierra. Suelo, evidentemente. Unas buenas hostias, como decimos los vascos, que somos la hostia. Y claro, estos viajecitos temerarios del mp3 no provocan su fin o muerte inmediata, sino que poco a poco le hacen perder facultades hasta el momento letal en que dice, el mp3, ya no hay más.

Para colmo las nuevas generaciones de mi familia me dicen que estoy muy atrasado con lo del mp3, que la música es mucho mejor con el ipod o el móvil mismo.

 Y ahí llega otro problema. Todavía no tengo teléfono inteligente (traducción literal de smartphone) por el cual escuchar música de mejor calidad que en el mp3; y no es postureo o de que yo me resista a caer en el smartphone, como si este provocara cáncer aunque lo utilices bien. Cualquiera que me conoce sabe que no me considero mejor que nadie por no tener el smartphone todavía, ni por casi nada. Pero es que yo no uasapeo (el error es del autor del blog) y sólo me falta salir con internet a la calle, con los sustos que me da a veces en casa. Llamada o sms. Y justo.

Y además necesito tener todavía objetos tontos, como mi móvil cavernícola  o mi anticuado mp3 aficionado a las  sensaciones intensas y peligrosas (y de esto mejor no le cuentes nada a nadie, lector, que es un secreto y además no quiero que la gente se entere de que no es el mp3, sino que la tara viene de que soy un desastrado), y necesito tener esos  objetos tontos, para que no me vuelvan a mí mismo más tonto, los objetos inteligentes, ocupando el lugar de la sesera que me queda para cosas prácticas.  Pues mi cabeza anda maquinando con cosas y luego uno eskrive halgo vien, por esa maquinación y cierto dominio del idioma o del verbo. Y claro, mientras mi cabeza anda maquinando sin mi permiso, pues voy perdiéndolo todo para recuperarlo finalmente. Tengo un ángel de la guarda. 

Y con lo tonto que soy para las cosas más prácticas e importantes, si me rodeo de cosas inteligentes que hagan las mínimas tareas que NECESITO hacer yo mismo para no perderme en mi propio barrio y para ello terminar  recurriendo a un inteligente gps para caminante (que los hay, los hay, en China y aquí, me suena), pues mal andamos, y más tonto estaré, pues si para no perder tiempo en las cosas más básicas dependo de objetos que vivan por mí, cuando estos objetos no estén, yo ¿CÓMO voy a saber vivir?





Un chiste fuera de contexto de esta entrada: "Un alumno se llamaba 'Tareas' y cuando el profesor dijo 'tareas para casa', Tareas salió de la clase" jejejeje.

jueves, 22 de diciembre de 2016

2016. RESUMEN.




Por lo demás, es seguro que una empresa de trabajo protegido llamada Gureak habrá salido con super-habit este año, una vez más, gracias al sueldo que se da a trabajadores de "bajo rendimiento" que en la práctica ofrecen un alto rendimiento, que se les exige, a veces no con mucha delicadeza. Uno de los máximos responsables de tan digna empresa afirma que la gente discapacitada tiene que trabajar "como los demás"; pero se echa en falta, mucho, demasiado, que si les hacen trabajar "como a los demás" para dignificarlos, a los trabajadores discapacitados les deberían de pagar "como a los demás" sobre todo cuando producen al cien por cien, a pesar de la discapacidad;  por supuesto que hay que tener en cuenta el puesto que ocupa cada uno y cobrar en relación a él pero esto no se hace debido al poder de unas cuantas personas de muy dudosa calidad moral, y por supuesto, en ese aspecto, no se les paga "como a los demás", no, se les paga muchísimo menos que a los demás. 

El lehendakari Urkullu, uno de los políticos más tibios del planeta tierra, les felicita y según un diario guipuzcoano esto es lo que ocurre entre Urkullu y la empresa de la que hablo: (Aviso, por el buen estado de la salud mental de quien lea lo que “dice” esta crónica, que las palabras de Urkullu le pueden calentar la cabeza sin llegar a ninguna parte decente).

“El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha anunciado este miércoles la puesta en marcha de un programa que permitirá obtener un reconocimiento académico a quienes se forman y trabajan en el grupo guipuzcoano Gureak, que emplea a personas con discapacidad, y que se extenderá a otras empresas similares vascas.
Urkullu ha hecho estas declaraciones tras visitar la sede que el grupo empresarial Gureak tiene en San Sebastián, acompañado por los consejeros vascos Cristina Uriarte y Ángel Toña, ha informado el Ejecutivo autonómico en un comunicado.
El mandatario vasco ha aprovechado su visita a Gureak para anunciar la puesta en marcha de este programa, en el que trabajan conjuntamente el grupo empresarial y la Viceconsejería de Formación Profesional del Departamento de Educación del Gobierno Vasco.
El lehendakari ha explicado que los trabajadores de Gureak tendrán la oportunidad de reforzar sus conocimientos a través de propuestas de formación singulares, que se adecuarán a los diferentes perfiles gracias a un sistema flexible”.
Salvo lo del reconocimiento académico (que seguro que servirá para algún diploma que no sirva para nada), creo que es preferible no decir nada a decir tantas palabras para decir NADA.

A nivel personal: De Enero a Mayo, muy bien, ambos incluidos; de Junio a septiembre fatal, ambos incluidos, octubre y noviembre muy bien, y los veinte primeros días de Diciembre, horribles.
Tengo dos alternativas hasta el comienzo de 2017: meterme en la cama y que me hagan levantar el 1 de enero, pues diciembre ha sido un mes de alto riesgo emocional, o si no, llevar el riesgo a la práctica: montar en globo, hacer puenting, cantar villancicos a voz en grito por las calles a capela o ir a preguntar qué tal está a alguien que se esté muriendo, que tendría que responder, debido a que todo siempre va bien: “muriendo, pero por lo demás bien” (la frase entrecomillada es de José Saramago, escrita en su libro, La Caverna (año 2000)).
Por último, me da pena haber leído menos de lo que hubiera querido, pero esto es quizá porque me he tirado el año escribiendo por aquí. Y también por el carromato de pastillas que toma uno y que le pueden poner algo más que torpe.
Deseo lo mejor para todos.. Un amigo de mi madre decía que para ser feliz en esta vida había que ser idiota. Espero que no tuviera razón, pero en tal caso, querría ser idiota.

martes, 20 de diciembre de 2016

RECUERDOS DE LA GUERRA EN PAZ

OS RECUERDO
Silvia y Yolanda. Os recuerdo en esta mañana de tiempo nublado y en la calma que ayer no tuve. Es curioso, recuerdo nuestros compartidos huracanes interiores bestias, con la dulzura que me dabais a pesar de que por dentro llevaseis toda la crudeza, aspereza, y acidez brutal que yo también llevaba.
Recuerdo como tú, Yolanda, con veinte años, saliste a mi encuentro, o a que yo te encontrase diciéndome, "me pasa igual, me identifico totalmente con lo que cuenta este chico" en tercera persona pues todavía no éramos amigos.

Y también Silvia salió, con la que yo ya tuve otros encuentros cariñosos anteriormente. Cariñosa Silvia, muy a pesar de que preferías tener cáncer terminal en vez de aquello que teníamos y que no te dejaran salir por haber dicho en grupo lo que dijiste. 
Cuando el dolor nos había asfixiado hasta llegar a aquel lugar, y nos lo seguía haciendo, cómo es posible que nos tratásemos con tanta ternura y cariño, cómo es posible que tú me dijeras lo más bello ("es muy fácil quererte") que me haya dicho nadie jamás, porque venía de ti, de ti, a quien nadie comprendía porque rechazabas una vida que te rechazaba y hasta algunos te despreciaban por no ser fuerte, o sólo unos pocos podíamos entenderte ante el ignorante "a los demás también nos cuesta". Qué sabía esa gente de ser fuerte cuando un mal te invade como una gripe brutal y uno no tenía ninguna responsabilidad ni culpa por encontrarse así.

Y Yolanda, que decías con naturalidad, vamos a los bancos de fuera, ¿vienes?, todo apertura a quien compartía tu situación y abrazos en dolor pero con esperanza y consuelo de amor entre nosotros, y una lágrima que caía sin poder evitarlo de un ojo sereno de Silvia. Sólo entre nosotros podíamos reír. Sólo nosotros podíamos SER con nosotros, ante el incomprensible (e incomprendido por los otros) y cruel huracán interno y despiadado, que convertía al mundo externo y a las otras personas que lo poblaban,en un lugar desgarradoramente desolador y bombardeado por una hostil y cruel burla insultante; una burla diabólica. Un exterior que parecía en cólera ante nuestros ojos. Que no habíamos hecho nada para ello.
Os recuerdo y en este momento recordaros, sólo me da paz y cariño.
Y desearía que este recuerdo me diera fuerzas para mantener la paz ante la guerra que me declara cada dos por tres mi alma interior o cabeza. Y que sea lo que sea, para qué planear ni pensar nada. Ya nada tiene importancia; seguiré aquí, sólo eso es lo que creo que va a pasar, de lo demás nada sé porque la teoría siempre hace aguas. Todo es complicarse; ojala tengamos suerte de no exigir a la vida más que algo de calma, fuera de ambiciones o deseos o sueños que nunca se cumplen y que nos humillan. Sólo, sólo vivir con un poco de paz. Y que ese vivir no nos torture. Eso os deseo y deseo para mí, amigas de un tiempo fuera del tiempo natural, en ese lugar que prefiero no recordar. Prefiero quedarme con vuestras caras. Y vuestro amor que alivió heridas mutuas por momentos.

lunes, 19 de diciembre de 2016

TRABAJOS FORZADOS



 LA OSCURIDAD ES ASESINA DE LOS MINUTOS
    
      
     Por lo visto existen estudios que relacionan los desordenes psíquicos (la expresión me da la risa, si no estuviera recién llorado, porque no conozco a nadie que no los tenga; además me pregunto cómo serían las personas con orden psíquico absoluto, o aun aproximativo, que tampoco lo he contemplado) con la alta capacidad para la creatividad literaria. Desde el momento en que parece que yo cumplo una de las premisas (loco, después edulcorado con enfermo psíquico o con el insultante enfermo mental) y dicen que la literatura no es sólo novela (hice una, pero biográfica) o poesía, sino que también se extiende a otros "formatos" de expresión escrita, pues yo ya no tengo ni puta idea (perdona) de lo que es literatura o de si yo hago literatura, o de si soy enfermo porque trato de hacer literatura. Creo que en el fondo me gustaría hacer literatura, el problema es que a mí me parece que yo amo más el amor por la literatura que a la propia literatura. Vamos, que estoy absolutamente loco. Y lo sabe todo el mundo. Han salido unas claras cifras y estadísticas en todos los media del mundo confirmándolo hace media hora. Pon la tele y lo comprobarás, no dejan de hablar del asunto.

     Vamos a ver si nos entendemos: Lo kafkiano, originario semánticamente de la literatura de Franz Kafka, es aquello que tiene un carácter trágicamente absurdo. Pues así era la literatura de Kafka. Y los estudiosos dicen que su literatura viene dada por la hipérbole (exageración) o parábola de su relación con el mundo y sobre todo con su padre (que en la realidad no debía de ser tan monstruoso). Si se dice que la literatura de Kafka venía de exagerar lo absurdo de forma trágica, no se entiende que a mucha gente le guste ver esa realidad absurda y dolorosa de forma exagerada, a no ser de que quienes admiran y leen con fervor a Kafka se puedan sentir identificados con semejante absurdo de existencia por la que por lo visto atraviesa el ser humano del nacimiento a la muerte; con dolor. Y debe de ser así, pues no sólo tienen en cuenta el estilo de Kafka, sino sus historias noveladas. Su fondo existencial. Y le consideran uno de los mejores.

      Me he desvíado kafkianamente, pero no tiene ninguna importancia, porque yo no venía de ninguna parte. Sólo sé que este blog paga las consecuencias de los trabajos forzados a los que la mente del autor de dicho blog, se ve abocada a hacer en ciertas horas; y entonces sí, entonces todo cuadra. Y todo cuadra en una cosa: aquí no hay nada que cuadre. Las instituciones, la gente y organizaciones ponemos un aparente orden o etiquetas a las circunstancias exteriores, pero me jugaría el cuello a que toda la gente (hasta los gurús) tiene cosas en su interior que no cuadran en absoluto, y que no hay manera de explicar ni de entender desde la razón, sólo que todos hacemos comedia social (somos grandes actores) y que la psicología individual de todo cristo es, consecuentemente y repetidamente, un caos muy bien disfrazado. Pero yo no supe disfrazarlo y por eso tomo pastillas. Aunque vamos, que tampoco me voy a poner en plan víctima ni a buscar compasión porque aquí todos tienen en su mochila cosas que, y cuecen habas, y si rascas un poco ya te das cuenta de que en el fondo,  y que todos tenemos problemas y que a ver qué me voy a creer.... 

     Y tienen razón, no pasa nada porque de cuando en cuando te sangren las neuronas hasta destrozarte el pecho, utilizando la sangre de las neuronas tu propio cuello como puente hasta el pecho, porque mira, los hospitales están llenos de gente que está mucho peor, y otros están en guerras y en África hay gente que se desvive por vivir así que con qué derecho te crees tú para tener ganas de largarte a la NADA a veces, eh, ¡¡Contesta!!!...

      Voy a cumplir 45 años en un mes (prepárame una sorpresa regalo o un evento facebook para la ocasión, tienes tiempo) y estoy seguro de que cuando tenga 75, si tengo la mala y errónea idea de decir que me duele algo o alguna situación o persona, entonces me va a venir alguien de mi edad de ese momento, o sea 75 años, o de 80 o de 90, diciéndome: "Mira chico, en la vida te vas a encontrar con muchas situaciones así" y entonces sí que le responderé, "No, no hay problema ya en ese aspecto, porque he decidido suicidarme mañana a las diez y cinco de la mañana, porque como dijo una mujer muy sabia, soy un cobarde con consciencia de serlo y no podrás detenerme pues ya salgo corriendo..."; y como en esa edad puede que nadie me necesite ya, pues estoy deseando que pasen treinta años para soltarle esa frase a cualquier mocoso o señorito gilipollas de ochenta años que me suelte la tontería.
         
        Genial. Estupendo. La vida es tele-cinco y qué tiempo tan feliz.

          Ahora en serio. Llevo con toda la dignidad que puedo lo que me ha tocado, pues a todos nos toca algo; ahora bien, yo no puedo ser como Jesucristo, que supo resignarse en paz ante su tortura, que miró con amor al ladrón, a las dos Marías y a Juan en medio de su crisis de pánico real que tienes que sufrir, sin duda, en su situación.
       
          Pues no va el otro día una persona y me dice que ya que digo que Jesucristo perdonó,  yo debería de perdonar también. Primero de todo, yo no soy Dios. Y segundo yo puedo perdonar pero debo de evitar la relación con alguna persona, que por ser cercana (bueno cercana, relativamente cercana, humanamente, muy cercanamente cruel) a veces me trata bien y luego me trata fatal. Por lo tanto renuncio a ese bien y como el mal es mayoritario, esa relación destruye mi ser, más que construir nada decente. Consecuencia, poner distancias que eviten todo choque bestia.
       
  Y yo no sé por qué estoy escribiendo esto, pero me da igual en realidad. Trabajitos forzados nos toca hacer a veces y decir en la calle que todo bien ¿verdad? Sin que te den tiempo a decir, no, todo bien no, horrorosamente hoy. Bah, pero hay que decir bien cuando te pregunten eso. Pues yo te diré la verdad y como no tenga un buen momento y debido a mi honestidad y sinceridad intelectual, a ti ya se te quitaran las ganas, no ya de preguntarme sino de imponerme el ¿Todo bien verdad? Porque te llevaré la contraria con toda dignidad. Cómo te atreves a meter a Walt Disney en mi vida. Quién te ha dado derecho.

Creo que quien ha escrito esto soy yo, pero como no me conozco bien igual no es así.

            

lunes, 12 de diciembre de 2016

MALISMO



                

  "Buenismo es un término acuñado en los últimos años, y aún no recogido en el diccionario de la real academia de la lengua española, para designar determinados esquemas de pensamiento y actuación social y política (como el multiculturalismo y la corrección política) que, de forma bienintencionada pero ingenua, y basados en un mero sentimentalismo carente de autocrítica hacia los resultados reales, pretendan ayudar a individuos y colectivos desfavorecidos o marginados." 

  Me gustaría saber de dónde saca Wikipedia esa información si todavía no está en el diccionario. Me gustaría saber si Wikipedia piensa que los esquemas de pensamiento y actuación social política debieran ser astutistas o piensamalistas o capullstas; para no caer en ingenuas actitudes bienintencionadas y sentimentalistas.

 Porque lo entrecomiillado es lo que dice Wikipedia sobre el buenismo. Me gustaría mucho también, saber dónde está la barrera entre unos esquemas de pensamiento y actuación social y política "ingenua" y sentimentalista y  entre la actuación no sentimentalista. Creo que ya lo sé. Lo bienintencionado, sólo por serlo, es sentimentalista e ingenuo, porque este mundo es, (para quienes hacen bandera de una palabra recién inventada), una mierda en la que hay que pisar antes de que te pisen, pues si no, los "resultados reales" serán peligrosos (para quien gobierna y domina, añado; la banca siempre gana señores), y  lo bienintencionado es ingenuo porque el mundo, para esta gente que acuña el término buenismo siempre que pueden, está lleno se cabrones (entre los que además, no estarán ellos incluido; por supuesto que sí, me convencen)
. Los cabrones, (muchos de los cuales os habéis sacado esta palabra de la manga para hacer impunemente lo que queréis) estáis arriba y mucha gente no quiere ponerse a vuestra altura porque no quieren dejarse sus principios en el W.C ni pasarse los derechos humanos por el forro de los testículos (por no decir cojines), que es la manera en que os basáis los malistas para subir  al poder.

       Sí la RAE va a admitir la palabra buenismo en su diccinoario sería necesario añadir a ese diccionario, las palabras malismo y cabronismo. Para designar a quienes se la inventaron. Porque los que se la inventaron hacen trampas. Juegan con doble rasero. Por una parte dicen que la buena intención no debe de ser ingenua, pero siempre que pueden se ponen con cara digna y preocupada como careta, para hablar de los derechos humanos y de la injusticia del mundo (cosa que les importa un rábano pero les queda bonito, digno y elegante, un tal Felipe hace esto muy bien y es una persona buenísima, aunque haga negocios con gente que no lo es); ellos son maiistas, con su apoyo mediático a gente que gobierna pensando sólo en ellos y no en el ciudadano. Malistas metidos a políticos y a periodistas estrella que sólo miran su ombligo, para enriquecerse.


       

       

sábado, 10 de diciembre de 2016

YO


Llevo dentro a uno al que trato de comprender.
Llevo dentro a alguien que no es exactamente yo.
Llevo dentro a alguien que me sorprende. Alguna vez de forma desagradable, pero cada vez de manera mejor.
Llevo dentro a alguien que me estaba pidiendo tregua.
Llevo dentro a uno que me ha pedido que le trate muy bien, porque si no, no acepta las condiciones de unión y habría que pensar en alguna otra cosa.

Llevo dentro a alguien que me pide que le quiera , que le respete y que le acepte por favor, tal y como es, Sus miedos incluidos.
Llevo dentro a alguien que me ha convencido de que deje de castigarle. He dejado de hacerlo. Le perdono TODO.
Y le quiero, y le acepto. Y me quiere y me acepta.
Llevo dentro a alguien que utilizó un espejo público para entenderse. Un libro (book) que le enseñase mejor su cara (face).
Y el de dentro y yo estamos cada vez más juntos. Es muy probable que algún día lleguemos a ser sólo uno y entonces TODO nos preocupará todavía mucho menos. De momento nos mantenemos serenos ante TODO (interior y exterior), para que ese total nos IMPORTE de forma constructiva

Pero ahora, ahora, ahora, estamos en paz. 
El futuro nunca necesitó de crisis para amenazar. El futuro inmediato es un tercero en nosotros al que no hacemos ni caso, y sigue amenazando pero ya se cansará pues, repito, no le hacemos mucho caso.
Por eso me alegro de no estar en el futuro.
A pesar (o precisamente) por no estar convencido de nada más que de este momento que vivo a las 23:49 del día 10 de diciembre..

viernes, 9 de diciembre de 2016

EL ARTE PUEDE SER ESPECTÁCULO

                                       
Y ENTRETENIDO  


     En su ensayo posterior a la obtención del Nobel, titulado “La civilzación  del espectáculo”, Mario Vargas Llosa viene a decir lo siguiente: Los novelistas verdaderos, sobre todo los del XIX, están dejando de ser casi totalmente, un referente, ya en el siglo XXI, y llegando a la gente de ese modo también  desde ciertas épocas del XX. La indolencia de la gente, parece decir, hace espectáculo de todo, perdiéndose concepciones universales de “alto vuelo intelectual”. Él ve al novelista como un removedor de conciencias o un representante de valores de verdad (con las mentiras del novelista se llega a algo parecido a la verdad venía a decir en su ensayo “La verdad de las mentiras”), como guía ante los interrogantes de la vida; en fin, que el novelista presentaría las profundidades de la alta literatura al pueblo de manera enriquecedora para éste, haciendo de puente entre gente de alta categoría intelectual y los demás. Que la función del intelectual literario debe de ser la de hacer pensar en lo insondable y nunca la del puro pasatiempo o entretenimiento. Ante el hecho de ser llamado elitista o ingenuo en las críticas respecto a este ensayo, él respondió que no todo el mundo tenía la capacidad de leer a Proust, o Joyce o a los grandes autores (a Proust no creo que lo nombró en el ensayo, no lo recuerdo bien; además no lo leí entero, pero en otras ocasiones lo ha colocado como a un grande).

Hablaba de que se estaba banalizando la literatura con el peligro de que ésta dejara de serlo si se convertía en pasatiempo frívolo En entretenimiento, de todas las maneras.

Creo que hay un problema semántico en este tema. La palabra “entretener”  tiene connotaciones de algo ocioso, de aquel que no hace su “tarea intelectual” correctamente. 

Tengo un amigo que se “entretuvo” mucho leyendo a Kafka, a Dostoievski,  a Tolstoi y a otros. Yo me entretuve leyendo a Chesterton, Borges, Mann, Auster, Marías (eterno candidato al nobel, considerado uno de los mejores novelistas del planeta; soy tan bueno que no me haría ilusión ninguna que le dieran el nobel) ,a Montero,  a Tolstoi en “La muerte de Ivan Illich”, a Cercas, de quien Vargas Llosa dice que es un gran escritor y que un libro de Cercas (Soldados de Salamina) es una obra maestra, e incluso me entretuve leyéndole a él, al propio Vargas Llosa. Su última novela no pasa de ser algo entretenido en donde no veo ni de lejos esa trascendencia y esa profundidad  que ofrece en exclusiva a las llamadas grandes novelas. Nos han gustado los libros intelectuales entendiendo  la intelectualidad como la entendía  Borges, o sea, un pasatiempo enriquecedor, verbal y estéticamente pero nunca como una enseñanza humana o social; en mi opinión esa enseñanza te la da la vida, no los libros; pues hay candidatos a Nobel que son zoquetes emocionales y a uno le tengo cierta antipatía; Borges se asombraba que lo tomaran en serio literariamente;  decía que no buscaba que lo tomaran en serio literariamente, sino como ciudadano; no buscaba la trascendencia literaria como guía de vida (la que Vargas Llosa indica como punto de referencia) y que leía filosofía sin otro objetivo que pasarlo bien, pues no buscaba conclusiones y que se sentía orgulloso de lo que leyó y no de lo que escribió. Llegó a decir que Schopenhauer, ACASO, descifró el universo. Para Vargas Llosa ese Acaso parece no entrar en juego.

Opino que la ópera es arte pero también espectaculo. Y que el rock es entretenimiento o espectáculo pero también arte. Lo que dice Vargas Llosa es un punto de vista, y nada más. Creo que en su idea de lo que es arte o no lo es (siendo sólo entretenimiento) mira desde un punto de vista demasiado elevado al ciudadano común, y esta sociedad está metida en tal lío que me parece una consecuencia lógica y no criticable lo que ocurre con los smartphones; no creo que sea criticable que ante la situación tan difícil en la que vivimos haya gente que necesite respiros y pausas en la calle, por medio del Smartphone; y esto tiene relación con que no se lea pero no con que la gente sea imbécil; pienso que el intelectual debiera de  estar con la gente, sin mirarla desde arriba.

Las estrellas y la luna también son arte.

jueves, 8 de diciembre de 2016

Y TÚ DE QUÉ TE RÍES.




Ander, compañero de clase de COU letras en el Instituto, me decía bastantes años después de aquel curso, que tenía que escribir sobre las cosas que me habían pasado debido a las aventuras que corrí, gracias (?) a mi salud. En aquella época no tenía ninguna gana de hacerlo.
Lo que sí me apetece hacer ahora es recordar lo bien que lo pasábamos por medio de nuestras bromas constantes; algunas veces llegábamos a reírnos a carcajadas simplemente observando lo que se nos presentaba ante nuestros ojos. Ander y yo fuimos testigos de una de las cosas más graciosas que yo haya presenciado nunca, y que durante años tantas veces recordamos; algo que no puede olvidarse. Bueno, me doy cuenta de lo peligroso que resulta decir que algo va a ser gracioso antes de contarlo.

Es igual que en los chistes. Un chiste prefabricado y fuera del contexto de una conversación espontánea es para mí una de las cosas más antinaturales que existen. Precisamente porque la risa sincera no se puede programar, por eso nos hace sentir tan libres en el momento más inesperado. Alguien dice, voy a contar un chiste. Bien, ya ha creado una pequeña tensión entre él y sus oyentes, y entre los propios oyentes, que deberán medir su propia reacción; el contador siente que debe contar bien el chiste y que debe hacer reír; más tensión; tensión enemiga de toda la espontaneidad humorística que puede darse, por ejemplo, en medio de una conversación en donde nadie se espera que alguien diga alguna payasada, y ese alguien, va, y pum, la suelta, ahí va, a bote pronto y porque sí; entonces la gente, que no estaba predispuesta a escuchar la gansada, ni “obligada”, como en los chistes, a reírse o a decir “qué malo” o el socorrido“¿Hay que reírse?” (que muchas veces no son más que formas de responder a la tensión creada) puede llegar a reírse sorprendida y con muchas ganas, si la broma no es del todo mala.

En mi opinión, poca gente se ríe muy sinceramente tras un chiste (no me refiero a los monólogos humorísticos), y esto si que es un parecer muy arbitrario porque nunca podría demostrarlo. Parece como si la gente riera mucho menos espontáneamente, que en la inesperada y sana carcajada ante algo absurdo. La risa se puede fingir, pero se nota el fingimiento muchas veces. Por eso me han gustado siempre Faemino y Cansado, porque el chiste son ellos, su manera de contar las cosas. No lo que cuentan, sino cómo.

Yo contaba muchos chistes de pequeño. Lo peor es que las primeras veces hice gracia en mi inocencia y en mi espontaneidad, fuera de toda obligación; a partir de la gracia que hizo el niño, aquello se convirtió en una pesadilla para “el niño protagonista” (todavía recuerdo el maldito chiste que creó tanta expectación) un niño imitando a dos mexicanos que...mejor no seguir.

A ver, majisimo, cuéntale a los tíos ese chiste, ya veréis qué gracia tiene, es un primor, cuenta, sí cuenta, pero levántate, ala, que nos vamos a reír todos un poco, venga. Al niño ya se le han quitado todas las ganas de contar nada, pero tiene que contar el impuesto chiste (tiene que ser lo buen niño que se le supone que es) y tiene la responsabilidad (siendo un inocente crío) de hacer reír.

Y el niño nota, vaya si lo nota, cuando se ríen de cumplido y de condescendencia, el niño se da cuenta de que se finge. El niño ya no siente que el chiste salga espontáneamente de sí mismo, sino que se convierte en un tenso lorito que reproduce las palabras, y está nervioso por si no consigue hacer reír, que parece ser su obligación absoluta. Y el niño, tras pocos años, no contó chistes nunca más (miento; volvió a contarlos en 2014 y en 2015, sin embargo; quizá algún otro antes también). 

 Pero durante muchos años, le cortaron la espontaneidad en ese terreno. De esa experiencia, cualquier estudiante de psicología absorbido por teorías psicoanalíticas, o incluso cualquier reputado psicólogo, incluso alguien que no haya estudiado psicología, puede sacar la sesuda conclusión de que mi teoría sobre el carácter prefabricado y artificial de los chistes no responde a otra cosa que a una reacción ante esa experiencia “traumática” de mi niñez que yo no terminé de superar del todo. Lamento tener que decir que pienso que eso podría estar bastante cerca de ser cierto.

Así que, dónde íbamos. Ah sí, despierta, despierta lector, hazme un poco de caso; ya he dicho que es gracioso lo que vivimos Ander y yo y eso ya no se puede arreglar. Prepárate para analizarlo pronto, no vaya a ser que se vea que no has entendido el chiste real, ponte tenso y decide tu reacción, pues ya no hay vuelta atrás. “Saben aquel que…” no, en serio, quiero decir, en broma:

Ander, otros dos colegas del instituto y yo, estábamos en un bar al que acudíamos siempre en los recreos. Un bar pequeñísimo. Uno de los ilustres colegas de nombre algo aparatoso, de voz aguda y a veces chillona, me estaba hablando. Por continuar con la rutinaria conversación le hice un comentario habitual por aquellos tiempos “Oye, tú, a ver si nos afeitamos ¿eh?” Comentarios para salir del paso, prestados, socorridos y sin más. Él, sin embargo, le dio mucha importancia a mi frase, pero no por sentirse negativamente aludido; más bien parecía halagado por tan sosa expresión y entonces comenzó a decir con su peculiar voz (a un potentísimo volumen, debido al cual se le escuchaba en todo el bar) lo siguiente:

Es verdad oyes, eso me dicen en casa mi familia, me dicen, tú, oye, me dicen siempre —en ese preciso instante, y todo fue cuestión de unos dos o tres segundos, atravesaba la puerta entrando al pequeñísimo bar un policía municipal con una barba de unos cuatro o cincos días,o de cuatro y medio (niño, ya te vale con la tontería) ; el colega de la voz chillona estaba lanzado en su entusiasmo y aunque me hablaba a mí, por azar tenía la mirada fija y dirigida hacia la puerta por donde el poli estaba entrando, probablemente mirando pero sin ver al poli, tan metido como estaba en su comentario; evidentemente, el policía no conocía los comentarios que habían precedido a lo que iba a escuchar a un tipo algo rechoncho que parecía gritarle a él, pues tal tipo rechoncho de estridente voz miraba hacia la puerta, hacia el policía. Lo que el policía, en conclusión, creyó que le gritaban al entrar fue-:¡¡¡Pero aféitate puto guarro, aféitate, serás guarro, aféitateee!!!”.

 La cara de desconcierto del municipal fue algo que no nos dejó indiferentes precisamente. A mí me tuvieron que sacar del bar pues me dio un ataque de risa nada oportuno, cuando los demás intentaban disimular y el poli empezaba a mirarnos con cara de pocos amigos. Consiguieron sacarme del bar sin mayores consecuencias y no nos pasó nada. Y ahí acaba el supuestamente jocoso hecho, basado en hechos más reales que la propia realidad.




AMABLES DESPERTARES


Puf, esto ¿qué es? Siento como si me hubieran metido una enorme paliza.
Es fácil concluir que mi sueño no es reparador, sino agitador, muy agitador. Es como si siguiera dormido, pero en pesadilla. Pueden ser las pastillas. Pues ya sabes, deja de tomarlas, para llevar una vida normal, me dice alguien, a todas horas, constantemente. Deja las pastillas, deja las pasti...Cállate ya...
No sé lo qué es tener una vida normal. Como los que están condenados a una silla de ruedas tampoco lo pueden saber, pero es que ni tú, ni tú, cacho sabelotodo, ni tú mismo, tío super guay, ni tú lo sabes, ni tú eres normal, define la palabra "normal"...Pero tú, a los de la silla de ruedas, no les dirías quítate la silla, que te impide llevar la vida normal. A mí sí me lo dijiste, tantas veces, pesado. La ignorancia, de lo atrevida que es, falta además al respeto y la ignorancia se puede enfadar contigo si no le haces caso, como es natural que no se lo hagas. Y te puede dejar en la cuneta. Me aconsejan que pase de ella pues nunca le haré cambiar de opinión. Tienen razón.
Quienes dicen estas cosas, de tan normales que son, no son conscientes de su profunda anormalidad. De la anormalidad que reina en cada uno, pero todos escondemos nuestro trueno.
Yo soy demasiado escaparate, demasiado confiado diciendo cosas ( y algunas que se supone que deberían de ser íntimas); que no me desnude, me ha dicho alguno que otro; eso todavía no tiene multa, el desnudo emocional que suelo hacer me refiero. Sí que la tiene el desnudo físico; tuvimos un caso de un hombre que andaba por aquí en bicicleta en pelotas, hasta que la ley puso cartas en el asunto.
Por otra parte alguno piensa que si yo cuento mis puntos débiles, luego podrán ser utilizados para hacerme daño. Estoy esperando a esos que me pueden hacer daño, desde que se hizo un libro en el que mostraba todas mis mediocridades de salud y algunas de "débil" carácter; bueno, yo lo de la fortaleza y lo de la debilidad de carácter no me lo creo mucho, tampoco creo en la cacareada fuerza de voluntad, el resto del mundo, sí; qué soledad; según mi prima de zumosol los seguidores de Confucio decían en paradoja (porque en la vida hay muchas paradojas) y hablando sobre lo que me traigo entre pies, algo parecido a esto "Nuestra fortaleza radica en nuestra debilidad".
Como los que me conocen saben que soy más listo que Confucio (además de más humilde) añadiré a esa frase esta otra: "Si asumes y amas tu debilidad, amandote, perdonandote y aceptándote ("¿Alguien sabe si esas palabras llevan tilde?" preguntó el escritor) serás más fuerte y mejor persona, pues al ser tolerante y cariñoso contigo también lo serás con otros; y más feliz; si no eres un gran capullo, claro...Porque de esos hay unos cuantos." Menuda petulancia citarse a uno mismo. Lo que hacen las mañanas.
Pero, de todos modos, todavía estoy esperando; a ver si vienen con piedras aquellos que quieren hacerme daño por medio de las palabras que utilicé, y por mostrar con ellas mi debilidad en público; no creo que empeorasen más mi situación, y repito que estas cosas que me da por decir no se dicen a modo de auto-compasión, ni son duras conmigo mismo sino que me posiciono privadamente en público. No sé por qué, pues no pido ayuda al respecto. No la deseo ni necesito ya.
Veo que hay nueve notificaciones en la bola del mundo del facebook; ayer como consecuencia de haber confesado que me estaba volviendo cuerdo, lo que por lo visto no es muy habitual, empezaron a aparecer disparos por todas partes (amistosos y jocosos, pero no había forma de ser amable y seguir en todos los flancos) en forma de comentarios al respecto. Y como ha quedado dicho más arriba (en el facebook lo de arriba se va quedando abajo sin embargo), al querer contestar a todos casi me da un espasmo, porque era un tiroteo bienintencionado sí, pero el que hacía un comentario no sabía que había otros tres que lo estaban haciendo a la vez. Y si yo quiero contestar a esas notificaciones que me indica facebook que tengo, me tendría que marchar de este texto (ahora mismo acabo de ver otro) y lo perdería. El ser atento puede conseguir que vuelvas a tu encantador estado de locura.....
Sobre todo si hay alguien muy insistente al que no eres capaz de entender y puede llegar a sacarte más que UN POQUITO, de tus Casillas. No voy a decir Iker, (al que sí le sacaron de sus Casillas no dijo nada, que yo sepa) porque el chiste es tan lamentable, que ya no habría lector ninguno, y uno `por lo menos, quieres que quede. Así que luego tendrá que ser lo de mirar o atender notificaciones. Pero todo tiene sus ventajas. Volver a tu natural estado de locura como consecuencia de estas cosas, puede llegar a ser bueno, pero muy molesto.
Está empezando a irse la incómoda sensación. Estoy mejor que cuando he empezado, momento en el que no sabía ni dónde estaba... Y se está bien aquí en mi compañía, haciéndome bien o cuidando a mi incómodo y desagradable estado; estar escuchándole y sintiéndole, en vez de rechazarlo e irme a cualquier sitio para escapar de él, sabiendo que ese estado vendría conmigo a todas partes pues no me quiere soltar. Bienvenido seas. Acomódate y tómate algo, que yo te lo daré. Creías que me iba a asustar pero estoy acostumbrado a ti, mi querido malestar mañanero. Voy a pasar este texto a blog también para el día que coleccione todos y me den el Pullitzer...
Eutsi goiari!

Cuya traducción sería "la levedad del ser es insoportable".

No, es broma, quiere decir, literalmente: "mantente arriba"...

martes, 6 de diciembre de 2016

ESTOY HARTO DE CASUALIDADES

                 
               PORQUE YA EMPIEZO A DUDAR DE QUE EXISTAN
                                            AL MENOS HOY


Sí, porque una vez alguien (bueno, más personas opinan igual) me dijo que las casualidades no existían, que todo tiene un porqué y que todos habíamos venido a este mundo con una misión que cumplir. Yo creo que con lo de la misión deliraba, y pensaba que lo de que las casualidades no existen,  era, o es,  también falso.

Desde hace un buen tiempo me están ocurriendo muchas (raras) casualidades.

Contaré las  dos de hoy: 

Uno: al mediodía estaba escribiendo en el blog ya ni me acuerdo qué. En ese momento aparece encima del blog un recuadro de aviso de facebook, con una nota que decía: la persona X ha comentado tu publicación; siempre escribo con música; en ese momento estaba sonando en mi reproductor de mp3 una canción que cantaba esa persona X que ha comentado mi publicación, y que perteneció a un grupo euskaldun que cantaba en euskera. Para colmo esa canción era mi favorita del grupo. Dedicada a Urtain, boxeador...¿Casualidad? Seguro que sí. O no. O no sé.

Dos: estaba con un amigo en un bar cuando ya se había ido mi chica y he pensado pasarme por la biblioteca para alquilar alguna historia. Llevaba los cascos puestos. Cuando estaba llegando a la biblioteca he caído en la cuenta de que hoy era festivo, día de la  constitución española. Ni me he acercado ya a la biblioteca cerrada, pero al pararme para darme la vuelta se me ha ocurrido mirar casi de reojo el escaparate de una tienda llamada Idatz, que estaba ahí donde me he parado, y no al revés; esta tienda estaba especializada en libros religiosos. No es sólo que no se vendan casi libros, sino que los religiosos se venden todavía menos, por tanto, esa librería se ha puesto a vender libros de todo tipo de ramas, de toda clase. En el escaparate lo primero que veo es la cara de Bob Dylan en la portada de uno de los libros del escaparate. Eso no puede ser, me digo. Me acerco. Pues sí, Dylan en portada y un libro titulado "De Dylan a nosequién". Repito que llevaba los cascos del mp3 puestos. Sé que ya lo has adivinado pero yo no te he interrumpido (que diría Ilesias, Pablo); Dylan no es uno de mis músicos favoritos. En el mp3 tendré casi cuatrocientas canciones y unas seis de Dylan (las únicas que me gustan). Sí, ya sé, repito que hace tiempo que lo has adivinado, pero es que corres más que yo. Efectivamente, en el momento en que he visto el libro sobre Dylan,  y como es  del todo lógico y natural, en el mp3 me estaba sonando  de forma totalmente aleatoria y arbitraria, su canción "Sara", del disco Desire. Casualidad....,...

Y yo ya no digo más.

Bueno sí. Esta tarde, segunda crisis de ansiedad en lo que llevamos de semana, lágrimas que no han podido ser retenidas en pleno bar. Alguien me ha dicho que es muy difícil sobrevivir siendo muy bueno; como me lo ha dicho a mí, supongo que se refería a mí. Pues tengo una respuesta. La única forma de sobrevivir llevando esta enfermedad encima, es siendo bueno, lo más bueno que puedas.
Y para que se vea que no soy tan bueno diré lo siguiente: estoy hasta los cojones.

GOLPES DE ESTADO DE LA MENTE.

Aquí hay algo que folla. Uy perdón, falla, falla, qué van a pensar de mí.
Lo que FALLA es esto: Tardo poco tiempo en escribir un texto y quizá me pueda tirar el mismo tiempo atrancado, leyendo dos, una, o tres páginas de un libro.
O sea que tengo un amigo que se lee libros a toda velocidad, y lee desde hace 2 años y yo, que leo desde hace mucho tiempo, voy al ritmo  del caballo del malo.

Porque mi maquinaria de asociación de ideas provoca el peligro de mezclarlas todas de forma muy poco ortodoxa; menos mal que nunca quise ser ortodoxo, pero una cosa es eso y otra, que en la lectura, mi cabeza me declare la anarquía y la independencia unilateralmente, a mí mismo, y me dé golpes de estado en los cuales por cada párrafo, o a veces cada dos líneas, que leo, dichos golpes  de estado que la mente me da a MI, consiguen paralizar mi atención cuando quiero ir al siguiente párrafo, pues mi mente independiente y anarquista, se marcha, sin mi autorización, a otros lugares del pensamiento y del sentimiento, a veces difíciles de aguantar, otros muy agradables.

Gran problema para la lectura, la asociación de ideas. Como habré dicho (¿o sólo pensado?) miles de veces, y no sé si aquí también, las asociaciones de ideas son una bendición para descargarme escribiendo, pero una maldición para la lectura, que me gusta pero es más difícil para mí; de manera que, como ya he dicho (¿entonces para qué lo repites?) puedo tardar más en leer una página de otro que escribiendo dos mías. Y el único escribidor  al que consigo leer con interés centrado y sin problemas, soy yo. Lo que pasa que escribo tanto que no consigo seguirme la pista. Como para ponerme a coleccionar todas las entradas de blog en un libro. Que lo hagan mis herederos y así seré inmortal. Que se forren; lo mío es la austeridad, yo obedezco al gobierno.

Por otra parte, como me gusta escribir, suelo, no obligarme a leer a base de látigo, porque también me gusta hacerlo (casi más, no sé), pero sí me he solido poner a veces a ello con ánimo o motivo de escribir mejor, para ampliar mis campos de expansión de contenidos, y para acostumbrarme a las tildes (qué vergüenza recordar que me las explicaron con diez u once años y tódavía fálle en ellás) y a una buena colocación de los signos de puntuación.

No tengo otra explicación que pensar que pensé asociativamente tanto tanto tanto tanto durante veintidós años, que lo de la asociación de ideas fue algo que mi mente  aprovecha para escribir, pero también creó un vicio peligroso. No sólo para leer. En ciertos estados algo bajos la asociación de ideas puede llegar a hacerte pensar qué harás el día siguiente a aquel en el que te jubiles, aunque te queden 40 años de trabajo en la mina (creo que es mejor no decir que la última frase es mentira, pues así estropearía la broma (es que soy graciosillo) y por eso lo dejaré sin decir)). A veces pienso que estoy loco de verdad. Pero SE que no, porque todos me llevan la corriente.

Hasta más ver, queridos hermanos; ojalá que pronto.




lunes, 5 de diciembre de 2016

LA PASTILLA DE RESCATE




No hago más que escuchar en los entretiempos de mis "tareas", la canción "Where do you go when the stars go blue?" O sea "¿A dónde vas cuando las estrellas se entristecen?" o, en el estribillo "¿A dónde vas cuando te entristeces (go blue)?" (bueno, es una traducción pedestre, porque aunque tengo el título de profesor de inglés de primaria, nunca lo llevé a la práctica y mandé al inglés al despeñadero, hace bastante); canción ésta, cantada por Paul Hewson con la chicas de The Corrs. Irlanda está llena de músicos geniales.
La música es una gran rescatadora o aliviadora de los días que pesan algo más que otros.
Cambiando irresponsable e incoherentemente de tema: Resulta que ayer venía andando por la bahía de la Concha (no lo que vosotros entendéis por concha, Vero, si es que te has metido en este lugar) y llegando al Boulevard, donde creía haber quedado, escuché a un hombre casi gritarle al móvil lo siguiente: "Hace aquí en San Sebastián un tiempo estupendo para ser diciembre". Pues no, no me parece estupendo. Subjetívamente sí, la temperatura es agradable.
Aunque tenemos un viento sur y una humedad siempre molestas, para todos los que tienen "algo". Y objetivamente no es estupendo que haga este tipo de tiempo estupendo.
Porque me recuerda que lo hace porque la tierra está quizá, o ya, en un estado completamente anormal y ya sabemos por qué, digan lo que digan los que todavía se atreven a decir, que lo que ocurre con el clima es solamente un cambio climático de ciclo universal como lo ha habido en otras épocas. Ese argumento me huele mal. Porque ya no hay estaciones con su tiempo correspondiente, sino algunos días de Verano casi fríos y lluviosos y otros de otoño o invierno, calurosos. Me inquieta. No quiero amargar a la gente y por tanto no le voy a recordar a nadie, mucho menos públicamente, que el ártico se derrite, y que al amazonas le han hecho, y seguirán haciéndole, salvajadas.
Lo que me ha inquietado más, e incluso asustado, es que esta mañana se han acumulado en mi sentimiento, unas vivencias encadenadas en relación a compartidos recuerdos que me han hecho llorar como a un niño en ansiedad. He ido a Ocio y Tiempo libre. Tienes que aguantar Antxon. No te rindas. Merece la PENA; eso me decía. Llevaba en mi bolsillo eso que se da en llamar pastilla de rescate. Es esa que, a pesar de no estar diariamente pautada, se toma (por indicación médica previa) cuando uno puede llegar a extremos casi imposibles de soportar. Te acostumbras a las putas crisis de ansiedad. Y mejor que te acostumbres si tienes esa tendencia.
Tras comer y estar en unos locales muy especiales, decía, ¿me la tomo? es que es fuerte, ya se irá; en ese estado, además, la mínima tontería puede aumentarte el malestar; imposible concentrarte en una lectura de un libro, o en otra cosa. En un tiempo solía querer escapar de mí. Ahora me suelo quedar conmigo, haciéndome compañía con cariño.
Pero un amigo que se siente rescatado por mí, ha evitado que yo acudiera a la pastilla de rescate. Nos hemos sentado en un banco a las cinco menos diez de la tarde y mientras él fumaba, yo le hablaba despacio, de todo menos de lo que tenía dentro. Es una persona suave, habla poco, yo mucho; dice que está a gusto con nosotros. Cuando le hablo a él, despacio, para no aturullarle, y veo que se va calmando de su puta crisis crónica de ansiedad (es un héroe, un auténtico mártir fuera de serie, es bello mi amigo), cuando se ve tranquilo y valorado, y yo no lo valoro para hacerle sentir mejor, sino porque me da lecciones con su comportamiento cordial, con pocas palabras, a pesar de lo que padece diariamente, yo entonces me voy calmando, viendo que si le hablo con el cariño que me saca de dentro, él se va calmando. Menudo gran cabrón agradable. No hubo pastilla de rescate sino amigo de rescate; tras un día difícil voy a estar con mi chica. Otra. Y sí. También he escrito este texto como una manera de rescate. Ya se sabe que los rescates son complicados, pero a veces acaban bien, como hoy; pero no te confíes chaval que aunque mañana es festivo, el trabajito que me da mi querda y supuesta bipolaridad, es de tiempo completo. 24 horas al día, 365 días al año. Y no es compasión, es saber donde ando, porque la vida tampoco es para tanto.. Chao.

All you need is love.